Vox insinúa que entre las exigencias planteadas por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) para facilitar la investidura de Pedro Sánchez figura la destitución como máximo responsable de la Guardia Civil en Cataluña del general Pedro Garrido, cuyo discurso con motivo de la última celebración de la patrona del Cuerpo -la Virgen del Pilar- irritó al independentismo.

"ERC aplica el Manual del perfecto extorsionador que le ha enseñado el PNV. ¿Está entre sus exigencias la cabeza del General de la Guardia Civil de Cataluña D. Pedro Garrido? Esa es la información que me llega y que espero que no se confirme. Temblará el Congreso", ha difundido en Twitter la diputada de Vox Macarena Olona, portavoz adjunta de esta formación.

El pasado mes de octubre, la Generalitat de Cataluña pidió por carta al Gobierno la destitución inmediata de Garrido, al considerar como una ofensa inaceptable el discurso ofrecido por el general en el que defendió la actuación de la Guardia Civil durante el 1-O y las investigaciones realizadas con posterioridad, en las que se ha cimentado la instrucción de las causas contra dirigentes independentistas en el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional.

"Han sido las intervenciones realizadas en defensa del orden constitucional, en el sentido más estricto y literal de la palabra, las que más nos han otorgado el respeto y simpatía de los ciudadanos convencidos de que la ley es el soporte básico del Estado de Derecho», mantuvo el alto mando. Y añadió: "Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con España de trabajar por la libertad y la seguridad de todos los ciudadanos. Lo demostramos hace dos años, lo hemos hecho de nuevo recientemente y, cada vez que sea necesario, lo volveremos a hacer porque tenemos la plena convicción de que la sociedad a la que servimos entiende, y cree, que no hay libertad ni seguridad fuera del marco de la ley".

Efectos "a largo plazo"

Aquellas palabras, pronunciadas días antes de que el Tribunal Supremo notificara la sentencia condenatoria a los líderes del procés, se entendieron como una "provocación" en el Govern de Quim Torra. "Sus manifestaciones han sido toda una provocación, teniendo en cuenta el momento especialmente tenso que vive la relación entre Cataluña y España, y a las puertas de conocer una sentencia judicial que, nos tememos, no hará más que incrementar el nivel de conflicto", detallaba la carta que la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, envió a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.

Para el Ejecutivo autonómico, la actuación de Garrido estuvo "absolutamente fuera de lugar" y tendría efectos "a largo plazo", al tiempo que -en su opinión- "socava la relación de colaboración entre ambos cuerpos, que debería basarse en la confianza mutua con el objetivo de garantizar la seguridad de todos los catalanes".

Budó consideró que intervenciones como la de este general "nos recuerdan tiempos pasados que creíamos que, por suerte, en nuestro país habían desaparecido hace ya años", por lo que pidió al Gobierno que emprenda "las acciones oportunas ante la ofensa y el agravio ocasionados, así como el cese inmediato del actual responsable de la Guardia Civil en Cataluña".