Los protocolos de resolución de conflictos del Gobierno de coalición han cambiado radicalmente desde el pasado jueves. Ese día almorzaron en Moncloa el presidente del Gobierno y el vicepresidente segundo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, respectivamente para dar por cerrada la crisis en torno a la Ley de Libertad Sexual, llamada Ley Montero, y sentar las bases de los pasos a seguir en caso de nuevos conflictos. Y la conclusión es que, en caso de colisión dentro del Ejecutivo, serán ellos, y nada más que ellos, los que aborden la situación para buscar una salida y fuercen, posteriormente, una reunión de la comisión de seguimiento del pacto para dar a conocer los términos de la paz.

Y ese fue exactamente el ceremonial que se siguió la semana pasada, pues un día después del almuerzo monclovita se reunió sorpresivamente la comisión de seguimiento -tal y como habían acordado Sánchez e Iglesias- para destacar "la importancia del anteproyecto de ley integral de libertad sexual", que se vendió como "un logro colectivo del movimiento feminista y una ley de todas". Además, se ponía el acento en que "el trabajo continuo de la coalición se basa en el diálogo constante, que hace mucho más fuerte al gobierno".

Calvo seguirá en el día a día, pero en caso de colisión o conflicto, intervendrán Sánchez e Iglesias

Producto de esta decisión hay una clara damnificada, Carmen Calvo. Primero porque en calidad de vicepresidenta primera le corresponde coordinar a los ministros y, por tanto, intervenir en caso de choque, colisión o conflicto. Y, segundo, porque desde el momento en que Unidas Podemos le culpa de haber organizado una campaña en contra a la ley de libertad sexual, consideran que el pacto Sánchez-Iglesias refuerza al socio de coalición, que se cobra una pieza de caza mayor.

"Calvo seguirá llevando el día a día, la reunión de secretarios y subsecretarios y coordinando los proyectos de ley, pero si hay discrepancias o enfrentamientos con cualquier asunto la resolución pasará por Sánchez e Iglesias". La comisión de seguimiento del pacto, que mantiene su reunión ordinaria del próximo jueves, actuará a modo de correa de transmisión, explican fuentes próximas al vicepresidente segundo.

Es más, lo mismos medios aseguran que Sánchez abroncó a su número dos por entender que estaba dificultando, poniendo trabas, a la ley estrella del departamento de Montero. Que, explícitamente, le dio "un toque de atención para que trabajara por sacar la ley y no para entorpecerla ni retrasarla". En definitiva, si Calvo pensaba que "iba a salir reforzada o con una desautorización a la ministra de Igualdad, se ha equivocado".

Unidas Podemos asegura que Sánchez abroncó a Calvo por entorpecer la Ley Montero

En Unidas Podemos no dudan en apuntar a Calvo como responsable de la filtración del documento de Justicia con sus acotaciones a ley de Montero. Aducen que "no es normal que se filtre desde el Gobierno, desde la vicepresidencia. Es contraproducente". Sin embargo, se muestran algo más contemporizadores con la desautorización que Moncloa hizo al Ministerio de Yolanda Díaz por poner en marcha un protocolo de actuación para las empresas en caso de detección de casos de coronavirus. Entienden que su coincidencia en el tiempo con la polémica en torno a la Ley de Igualdad pudo llevar a alguien a "interpretar" la iniciativa de Trabajo como un desafío, que no fue tal, aseguran sin darle más trascendencia.

En todo caso, Moncloa hizo ayer un intento por trasladar una imagen de normalidad en la relación de los vicepresidentes primero y segundo del Gobierno, al asegurar que ambos habían trabajado "mano a mano" en la reforma de la Ley de Arrendamiento Urbanos para frenar los desahucios por impago de alquiler, especialmente aquellos que se dan en zonas de mercado de alquiler tensionado y por grandes tenedores de vivienda. Iglesias cumplió con su parte al agradecer, vía Twitter, el trabajo de su compañera de Consejo de Ministros.

Aunque haya malestar interno en el Ejecutivo y muchas heridas abiertas, la relación principal, sobre la que se sostiene el entramado gubernamental, parece sobrevivir, lo que cambia el juego de reglas internas por el cual, Calvo se queda sin voz ni mando sobre los ministerios que controla Unidas Podemos, mientras que Iglesias mantiene línea directa con su jefe de filas.