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Los países que dicen librarse del coronavirus

Una docena de naciones de las 193 reconocidas por la ONU no registran casos positivos, si bien varios son sospechosos

Imagen: Carmen Vivas

Todo el planeta ha caído víctima del coronavirus. O casi. Aún quedan paraísos libres del Covid-19. O eso dicen. En diciembre el Covid-19 se circunscribía a Wuhan, en China. Cinco meses más tarde hay cerca de 4,5 millones de casos en el mundo, han fallecido más de 300.000 personas y se han recuperado casi 1,7 millones. De los 193 países reconocidos por la ONU, tan solo hay una docena, la mayoría islas de Oceanía, que declaran haberse librado de la pandemia.

Los países donde no se han registrado casos de coronavirus, a fecha del 14 de mayo, son: Corea del Norte y Turkmenistán, en Asia, junto a Kiribati, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Samoa, Islas Salomón, Tonga, Tuvalu y Vanuatu, en Oceanía, más las Islas Comoras en África. El último país en reconocer su primer caso ha sido Lesotho.

Sin virus por decisión del máximo líder

Uno de los países que asegura que el coronavirus ha pasado de largo es Corea del Norte, una de las naciones más herméticas del mundo, pero que mantiene estrechos contactos con China, foco de la enfermedad.

Corea del Norte fue el primer país que cerró sus fronteras, el 21 de enero, incluso dos días antes de que se confinara toda la población de Wuhan, foco del virus. El régimen norcoreano asegura que se mantienen a salvo y no han informado de un solo caso.

El presidente chino, Xi Jinping, principal aliado de Kim Jong Un, respondió el sábado 9 de mayo a un mensaje del líder nororeano, que le felicitaba por el éxito de China en la lucha contra el coronavirus. Xi ofrecía ayuda a Corea del Norte para combatir la pandemia, según informó la BBC.

China necesita contener el virus para mantener a su población a salvo. También a Pekín le preocupa que una crisis ligada al coronavirus pueda desestabilizar al frágil régimen de Kim Jong Un", dice Hatton

China sabe bien que el sistema sanitario de la vecina Corea del Norte es muy frágil y no podría hacer frente a una oleada de contagios. "Pekín tiene buenas razones para querer ayudar a Pyongyang. En un nivel práctico, China necesita contener que el virus se expanda por Corea del Norte si quiere mantener a su población a salvo. También a Pekín le preocupa que una crisis ligada al coronavirus pueda desestabilizar el frágil régimen de Kim Jong Un", señala Celia Hatton, editora de Asia Pacífico en el BBC World Service.

Kim Jong Un, de 36 años, estuvo sospechosamente desaparecido desde el 11 de abril hasta el 1 de mayo. Faltó a la celebración del aniversario de su abuelo, Kim Il Sung, fundador de la nación. Incluso llegó a correr el rumor de que había muerto y que le sucedería su hermana, Kim Jo Yong.

Hubo muchas especulaciones sobre su salud. Nada se ha confirmado, pero se dijo que le habían sometido a una operación debido a su elevada presión arterial. También se especuló con la posibilidad de que tuviera coronavirus o que hubiera una oleada de contagios descontrolada y se hubiera aislado para ponerse a salvo.

A pesar de su juventud, Kim Jong Un, con exceso de peso, fumador, y poco deportista, dista mucho de ser un líder en plena forma. Finalmente volvió a dejarse ver el Día del Trabajo en una fábrica de fertilizantes. Aparentemente, sano y salvo.

¿Hasta cuándo? Los cálculos sobre su sucesión ya han empezado: su hermana asciende como la espuma y gana escena pública. Su tío, Kim Pyong Il, acaba de regresar después de años de misiones diplomáticas.

El negacionismo de Turkmenistán

Situado en Asia Central, Turkmenistán linda con Kazajstán, Uzbekistán, Tayikistán, Irán y Afganistán, países donde hay casos y muertes por coronavirus. De hecho, Irán registra más de 114.000 casos y 6.800 fallecidos. Es uno de los países donde la situación es más grave, dado que con la aplicación de sanciones la situación económica ya era grave de partida.

Las fronteras se cerraron en Turkmenistán hace un mes, y a principios de febrero suspendió la mayor parte de las conexiones aéreas, especialmente la conexiones con China.

Incluso se llegó a decir que Turkmenistán había prohibido el uso de la palabra "coronavirus". Exactamente no es así, como explica Catherine Putz en The Diplomat, pero lo que es cierto es que el gobierno de Turkmenistán niega la realidad por sistema.

Turkmenistán despierta escasas veces la atención internacional y cuando lo hace es por cuestiones estrambóticas. Su presidente, Gurbanguly Berdymukhamedov, es tan enrevesado como su nombre. Fomenta el culto a su personalidad, como su predecesor.

Berdymukhamedov cita poemas en televisión, es fanático de los caballos, los perros y le apasiona aparecer en el libro Guinness de récords por cuestiones como tener la ciudad con más edificios de mármol blanco del mundo.

Levantó unas pesas de oro en una reunión del gobierno. Llama la atención sobre estas excentricidades, y parece que todo queda ahí. Pero más allá de prohibir la palabra lo que hace el régimen turkmeno es ignorar la gravedad de la pandemia.

El oasis africano

Lesotho, con algo más de dos millones de habitantes, es un país encerrado en Sudáfrica, donde hay 12.739 casos y 238 fallecidos. Sudáfrica es uno de los países que ha aceptado la cooperación con médicos cubanos.

Con las Islas Comoras, era el único territorio africano donde no se habían confirmado positivos en coronavirus hasta el miércoles 13 de mayo. Acaba de reconocer su primer caso. Lesotho suspendió todas las conexiones aéreas el 23 de marzo.

Recientemente, Lesotho ha saltado a las páginas de los medios internacionales por un asesinato el que estaría implicado su primer ministro. Motsohae Thomas Thabane, conocido como Tom, dejará el cargo este mes y será reemplazado por su ministro de Finanzas, Moeketsi Majoro.

El octogenario Tom habría concertado con su actual esposa, Maesaiah, el asesinato de su otra esposa, Lipolelo, en 2017, de quien se estaba divorciando. Hubo una batalla sobre quién era la primera dama que acabó con la muerte de Lipolelo. Measiah ya está siendo juzgada. Lo que más ha sorprendido ya no es que lo orquestaran sino que se haya investigado.

Lugares recónditos en Oceanía

Varios de los países menos visitados del mundo, en Oceanía, son los que realmente sí parecen libres del coronavirus. Las Islas Salomón, con una población de unos 700.000 habitantes, recibe pocos turistas, aunque hay vuelos directos desde Australia o Papúa Nueva Guinea. Para entrar, desde febrero, se requiere un certificado médico. Quien proceda de un país con altas dosis de contagios ha de estar 14 días en cuarentena.

En Vanuatu, con 300.000 habitantes, las medidas son estrictas con los visitantes desde febrero. Samoa, donde viven 200.000 personas, lleva confinada desde el 25 de marzo bajo estado de emergencia. Se han suspendido todas las conexiones internacionales. En Kiribati, con cerca de 120.000 habitantes, también se ha declarado el estado de emergencia, y las escuelas están cerradas desde el 30 de marzo.

Desde principios de febrero están prohibidos en Micronesia, con 100.000 habitantes, los viajes de China y a China. Tonga, donde viven unas 100.000 personas, también aplicó el confinamiento desde el 29 de marzo. Hubo ocho casos sospechosos pero todos dieron negativo.

En las Islas Marshall, con 59.000 habitantes, también se han suspendido las conexiones aéreas. Es similar la situación en Palau, donde viven 18.000 personas.

Tuvalu, de unos 12.000, que parece ser el lugar menos visitado del mundo. A Tuvalu llegan unos 200 turistas al año. Su reducida población, junto a este mínimo número de incursiones del exterior, ayudan a librarse del coronavirus.

Nauru, con menos de 11.000 habitantes, es tan pequeña que puede recorrerse en un solo día. Hay paraísos perdidos, oasis lejanos donde el coronavirus no ha llegado, pero cada vez son menos.

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