Se cumple una semana desde que, en el formato que dirige desde 2005, El programa de AR, Ana Rosa Quintana confirmó que a partir de septiembre será ella quien se encargue de la sobremesa de Telecinco, siendo esta una franja ocupada durante 14 años por Sálvame diario, en sus distintas y frutales versiones y con un panel de colaboradores cambiante.

"No voy a dejar la mañana, no os hagáis ilusiones, por lo menos hasta las elecciones estaré en la mesa política. Que Dios reparta suerte", dijo la presentadora, sin hacer mención a Sálvame.

Que Ana Rosa Quintana tome el testigo de Jorge Javier Vázquez como presentadora estrella de la cadena, lejos de ser un mero movimiento de casillas, supone un cambio en la forma de entretener, en la línea editorial de Mediaset España y el colofón a unas variaciones que vieron su pistoletazo de salida en noviembre de 2022.

Fue en ese entonces cuando el grupo de Fuencarral nombró a Alessandro Salem nuevo consejero delegado de la compañía en sustitución de Paolo Vasile, que llevaba 40 años en la matriz italiana; delegando competencias ejecutivas en Borja Prado.

Hasta ese entonces, Jorge Javier Vázquez que parecía, como Dios, omnipresente y eterno. Pero nada más lejos de la realidad: el 23 de junio, mismo día en el que falleció la comunicadora Mila Ximénez, el programa pondrá fin a su emisión.

Giro ideológico y cambio en los contenidos

Eso hasta septiembre, cuando Ana Rosa pasará a llevar un programa del que, según ha confirmado la productora Unicorn Content a El Independiente, aún no se ha concretado nada, aunque si como se espera sigue la línea del matinal, será una propuesta más sobria, alejada del humor que Sálvame y más marcada por la agenda política que por la social.

Antes de esto, la franja será ocupada por Sandra Barneda con el programa Así es la vida de Cuarzo, productora creada por Ana Rosa que en la actualidad pertenece al gigante Banijay Iberia y que está detrás, por ejemplo, de La isla de las tentaciones, ¿Te lo vas a comer? y Madrid directo, por lo que es en la actualidad uno de los actores más importantes en el mercado audiovisual televisivo.

Sandra Barneda, presentadora de La isla de las tentaciones, no tomará solo el relevo de Sálvame, sino que tendrá también un formato en el prime time de los viernes, sustituyendo el Deluxe. Esto implica que, desde finales de junio, la plantilla de Sálvame se queda sin sus dos programas estrella. Que se defenestren dos de los formatos más característicos de La Fábrica de la Tele puede significar también que se abra la ventana para otras productoras como Secuoya (MasterChef), Gestmusic (Operación Triunfo) o Boomerang (La voz).

Lejos de mostrar una actitud derrotista, el equipo del programa, como es habitual, está aprovechando las circunstancias para morir matando, pero también riendo. En sus últimos suspiros, está dando algunas de sus entregas más cómicas.

La misma tarde que Ana Rosa Quintana reconocía que se encargaría de la franja (aunque cabe mencionar que no será su primera vez en la sobremesa, pues ya lo hizo en Antena 3), llevaron a Sálvame a un asesor para ayudar a los colaboradores a potenciar lo mejor de sí en sus nuevos currículums y, en los programas siguientes, hicieron cosas como limpiar las energías del plató "para que los siguientes incquilinos no puedan usar el mal fario como excusa", tasaron el espacio o, con ironía, hicieron, Sálvame algodón, una versión blanca del formato bajo la premisa de hacer contenido apto para sus detractores.

Al margen de los colaboradores, si a alguien le ha afectado la abrupta decisión es a La Fábrica de la Tele, empresa creadora de también de Rocío, contar la verdad para seguir viva. "Sálvame es el programa de tarde más longevo de la televisión española, un legado que nadie podrá borrar y que forma ya parte de la cultura popular de este país", declararon.

Queda en el aire si otros de sus programas en emisión, como Todo es mentira y Socialité, se verán afectados de alguna manera por estos cambios, aunque a priori parece algo improbable, pues tienen un tono distinto al de los progrmas cancelados.

Antecedentes de la cancelación de Sálvame

Estos cambios tendrán dos consecuencias directas: un nuevo modelo en el tipo de entretenimiento, que será más políticamente correcto; pero tambiénde un tinte más conservador en las cadenas, pues es a lo que han virado las decisiones desde que entró en la ecuación Borja Prado. Uno de los primeros cambios que se conocieron fue la circular interna que vetaba a nombres como Rocío Carrasco, siendo los protagonistas más recurrentes de los programas de prensa rosa de Telecinco.

Una de ellas, Bárbara Rey, dijo poco después en El Hormiguero que, en su caso, su veto se debió a que Borja Prado es hijo del que fue administrador del Rey Juan Carlos I durante 20 años, Manuel Prado y Colón de Carvajal, quien falleció en 2009, a los 78 años de edad.

Lo siguiente fue que se desrecomendasen los temas políticos en formatos de entretenimiento, algo llamativo en el marco de la libertad de expresión y que Jorge Javier Vázquez, como era de esperar, se saltó, por ejemplo, cuando hizo un alegato contra la tauromaquia desde Supervivientes.

La prohibición no afectó a El programa de Ana Rosa, en teoría, por considerarse un programa de infoentretenimiento. También se prohibieron los abandonos de plató tan característicos de Sálvame, así como los desencuentros entre productoras, en clara alusión a las discrepancias entre La Fábrica de la tele y Unicorn Content, que vivieron su punto álgido durante la emisión de Rocío, contar la verdad para seguir viva y que, ahora, parece haber ganado Ana Rosa Quintana.

La productora Unicorn, cuya directora ejecutiva es Xelo Montesinos, tiene mucha presencia en pantalla más allá de las fronteras de El Programa de Ana Rosa: uno de cada cinco minutos emitidos en 2021 fueron creados por Unicorn, que tiene bastantes contenidos en televisiones locales como Telemadrid o incluso en plataformas como HBO Max y Prime.

Además, entró en el juego al absorber Mediaset Media For Europe, empresa gestionada por los Berlusconi, en marzo de este año. Desde entonces, la permanencia de Sálvame pendía de un hilo. Tanto es así que el propio Jorge Javier Vázquez planteó la posibilidad de finalizar su etapa en Mediaset pese a tener contrato hasta dentro de dos años: "Tengo contrato y me quedan dos años, hasta 2025. Si quieren contar conmigo, perfecto. Y si creen que no caso con esta época, también. La televisión no es mía, es un negocio de otras personas que deciden contar conmigo, aunque también podría pasar que yo me levante y me pregunte si tengo que continuar, si este es mi sitio", dijo la misma semana que se supo el fin de Sálvame desde el formato de La 1 La matemática del espejo.

Poco antes de esta Crónica de una muerte anunciada, Ion Aramendi (Supervivientes) declaró a El Independiente que le auguraba un largo futuro a Sálvame por su capacidad de adaptación, así como que apoyaba el giro del grupo de Fuencarral hacia "unos contenidos más familiares".

En la misma línea, Christian Gálvez (25 Palabras) se mostró tranquilo tras renovar su contrato de larga duración ya en la época de Alessandro Salem, lo que da pistas de que, en el nuevo Mediaset, habrá sitio para concursos, aunque sus últimos formatos estrenados de este tipo no hayan conseguido las mejores cifras.

El mayor reto de Telecinco será cambiar de modelo sin convertirse en Antena 3

Pero, esta nueva etapa va más allá de ese contenido familiar: aunque primero va Sandra Barneda, la nueva racha lleva un nombre propio, Ana Rosa Quintana, y esta periodista y empresaria madrileña hace continuos alegatos por la derecha política: tal y como ella misma dijo en una entrevista recientemente, respeta a Jorge Javier como profesional, pero no comparten nada ideológicamente.

Pese a que en sus programas había bastantes personas de derecha, era él quien aprovechaba continuamente para posicionarse con líderes de izquierda o mostrar su rechazo a otros populares como Ayuso y Feijoo o a quienes compadrean con ellos, como Mario Vaquerizo; generando filias y fobias a partes iguales.

Es por ello que la nueva etapa no solo supone un modelo más políticamente correcto y sobrio, sino también un importante giro editorial en el que se cambiarán los alegatos sobre la violencia contra el colectivo LGTBI por la defensa del modelo de sanidad privada o las críticas al gobierno de Pedro Sánchez habituales en El programa de Ana Rosa: la sobremesa de Telecinco deja de ser "un programa de rojos y maricones" como proclamó el de Badalona durante la cuarentena.

Sin embargo, el reto de la comunicadora en su nueva etapa, más allá de mantener la audiencia de Sálvame, que incluso ha convocado una manifestación contra el cierre del programa, será que ya hay otra cadena que ofrece ese entretenimiento más familiar y conservador: Antena 3.

El grupo de San Sebastián de los Reyes lleva liderando las audiencias año y medio con formatos insignia muy duraderos como Pasapalabra, La ruleta de la suerte, El Hormiguero o La voz. Solo el tiempo dirá si los cambios en Mediaset convierten al grupo en un Atresmedia de serie b o en una alternativa solvente al modelo de realities, discusiones y emociones que instauró Vasile. De momento, Mediaset no ha renunciado a los programas de telerrealidad:

Produce la séptima edición de La isla de las tentaciones y emitirá próximamente En busca del nirvana y ¡Vaya vacaciones!, presentado este último por Luján Argüelles; además de explotar los personajes resultado de estos formatos en plataformas como Mitele+ y MtMad.

Así, y mientras queda en el aire lo que pasará con formatos de La Fábrica de la tele, si veremos a los colaboradores de Sálvame en otras cadenas o si son ciertas las informaciones que apuntan a que Mediaset podría hacerse próximamente con otro gigante de la comunicación, Prisa; de lo que no hay duda es de que hay Ana Rosa Quintana, Sandra Barneda y tentaciones para rato.