Si hay una experiencia que todo ser humano debería poder experimentar alguna vez en la vida sería la de patear Nueva York. La ciudad que nunca duerme, la gran manzana no es EEUU, va más allá, es un reflejo del mundo. Cosmopolita y acogedora al tiempo cruel e implacable, hay tantas versiones de la ciudad como visitantes. Paul Auster no sería el mismo sin NYC entre sus libros. Con la excusa de la publicación de 4,3,2,1, la primera novela de Paul Auster después de siete años de ausencia, resulta oportuno dar un repaso a los rincones neoyorquinos donde transcurren sus novelas.

Esto es lo que ha hecho Fundación Telefónica en este mapa. Porque necesarios resultan Sunset Park y el cementerio de Greenwood, los rincones de Brooklyn donde Milles Heller purga sus demonios; Eliot Gardens Books, la librería de Diario de invierno; Mount Tom, la roca emblemática de La ciudad de cristal donde cuenta el autor que en los veranos de 1843 y 1844, Edgar Allan Poe pasó muchas horas mirando el Hudson; el apartamento de Broadway con Riverside Drive, donde Auster vivió allí cuando tenía 19 y 20 años o Green Tree el restaurante húngaro donde se alimentó de ‘goulash’ en sus años de estudiante. La lista resulta infinita.