El novelista Milan Kundera ha muerto este 11 de julio en París a los 94 años, tal y como publica Le Monde. Su editor ha confirmado el fallecimiento del escritor conocido por novelas como La insoportable levedad del ser, La inmortalidad o El Libro de los amores ridículos.

Checo con nacionalidad francesa, Kundera consiguió en 2020, tras casi 40 años fuera de su país tras exiliarle huyendo de la dictadura comunista de la entonces Checoslovaquia por su activa participación en la Primavera de Praga de 1968, que se le otorgara el Premio Franz Kafka lo que supuso la reconciliación con su tierra natal, que un año antes le había devuelto la nacionalidad.

Con una vida muy discreta pese a su fama internacional, era reacio a conceder entrevistas y dio muy pocas a lo largo de toda su carrera. En España, ha sido publicado por la editorial Tusquets, siendo seguramente uno de sus autores más vendidos.

Ganador del Premio Europa de Literatura en 1982, su obra más conocida la público justo dos años después cuando en 1984 vio la luz La insoportable levedad del ser. En 1985 ganó el Premio Jerusalén, que se concede a escritores que hayan destacado en la lucha por la libertad. También fue uno de los nombres más sonados para hacerse con el Premio Nobel de Literatura. Tuvo que esperar 22 años para publicar su obra maestra en su país natal y otro más para ser reconocido como Premio Nacional Checo de Literatura.

Nacido en Moravia en 1929 era hijo del pianista Ludvik Kundera que fue director de la Academia de Música de Brno, ciudad a la que su hijo donó en 2000 toda su biblioteca. Aunque Milan estudió también música en su infancia y adolescencia, decidió especializarse en Literatura en la Universidad Carolina de Praga aunque al poco tiempo se traslada a la Facultad de Cine de la misma ciudad.

A finales de los años 60 se caso con Vera Hrabankova pero su matrimonio no pasó unos felices primeros años ya que la invasión soviética prohibió sus obras en Checoslovaquia y el tuvo que ganarse la vida como pianista de jazz.

En 1967 se casó con Vera Hrabankova y un año más tarde, a consecuencia de la invasión soviética a su país, sus obras fueron prohibidas en Checoslovaquia y quedó desempleado. Tuvo que ganarse la vida con diversas ocupaciones, particularmente como pianista de jazz, instrumento que su padre le había enseñado a tocar a muy temprana edad.

Así pasaron casi siete años hasta que decidieron emigran a París donde empezó a enseñar literatura en varias universidades. Desde principios de los noventa siempre escribió sus obras en francés.