El Carnaval de Venecia, quizá el más famoso y celebrado de Europa, no se celebrará con normalidad en 2020. La ciudad italiana ha registrado este domingo sus primeros dos casos de coronavirus, que se suman a los más de 100 que ya afectan al resto del país, especialmente en la región de Lombardía y el Véneto. "Tenemos que tomar medidas drásticas", ha dicho el gobernador regional Luca Zaia, que ha confirmado que estas decisiones incluyen la cancelación de los eventos del Carnaval "y más cosas".

En declaraciones a la prensa, Zaia ha confirmado que los casos en el Véneto siguen creciendo y que los dos primeros positivos en Venecia corresponden a dos ancianos hospitalizados. Mientras se esperaban las medidas oficiales, los eventos del carnaval han reuniendo a decenas de miles de personas en el centro de la ciudad durante toda la mañana. Un centro plagado de máscaras, de carnaval y sanitarias, en un ambiente de preocupación que ha terminado por lastrar a la celebración, que contaba con eventos programados para toda la semana.

Italia se esfuerza en contener la cadena de contagios extendida desde el viernes y que ha obligado a prohibir la entrada y la salida de personas en 11 localidades del norte del país. Pese a que el foco está centralizado en torno al municipio lombardo de Codogno, hay casos confirmados en Venecia, Padua, Turín o Milán, donde se han suspendido todas las actividades escolares y universitarias temporalmente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha declarado preocupada por el brote italiano, ya que la cadena epidemiológica no está clara ni apunta de forma coherente a China. Un empresario que regresó del país asiático a finales de enero había sido señalado como 'paciente cero', pero todos sus test han dado negativo y tampoco se le han encontrado anticuerpos que indiquen que ha derrotado al virus.

No hay evidencia, por tanto, de cómo se contagió el hombre de 38 años de Casalpusterlengo declarado oficiosamente como 'paciente 1', y que permanece ingresado en estado grave. Tampoco como el virus se trasladó de Lombardía al Véneto, donde falleció el viernes Adriano Trevisan, un hombre de 78 años sin aparente relación con el brote de Codogno.