Salud

Los riesgos para la salud del "juego de la muerte"

El nuevo reto viral entre adolescentes consiste en asfixiar a alguien hasta dejarlo inconsciente, una práctica que puede tener graves consecuencias.

Imagen de la policía de Granada

Las alarmas saltaron hace una semana en Granada y este mismo viernes ha trascendido otro caso en el municipio madrileño de Pinto. Un nuevo juego viral con peligrosas consecuencias, "el juego de la muerte", se está extendiendo entre los adolescentes.

El juego de la muerte consiste en asfixiar a alguien oprimiendo su cuello con el brazo hasta que cae inconsciente. Su nombre premonitorio alerta ya de la peor de sus posibles consecuencias. "La compresión de las arterias carótidas, que llevan la sangre al cerebro, provoca que el flujo sanguíneo disminuya o se interrumpa y el problema es que las neuronas apenas tienen capacidad para almacenar glucosa por lo que el daño se produce muy rápido", explica Mikel Celaya, médico intensivista del hospital Puerta del Mar de Cádiz.

Celaya explica que a los dos minutos de la falta de oxígeno ya "empiezan a morir neuronas de forma significativa" y que en tres o cuatro minutos "pueden darse consecuencias tanto a nivel cerebral como vascular que, de mantenerse en el tiempo, pueden terminar con la muerte".

En el caso de Pinto, una niña de 12 años perdió la consciencia tras participar en el juego y, consecuencia de ello, cayó al suelo y se produjo un hematoma. La niña tuvo que ser trasladada por su abuela a un centro sanitario, sin que hayan trascendido mayores consecuencias. "La pérdida de consciencia es precisamente el mecanismo de defensa del cerebro para intentar favorecer el flujo de oxígeno, por ello si cuando se produce se para la presión y no han pasado más de dos o tres minutos, no debería haber mayores consecuencias", apunta Celaya.

Sin embargo, el médico advierte que no se deben minimizar las consecuencias de este juego, especialmente porque puede haber personas que desconozcan su predisposición a la epilepsia "que podría desencadenarse tras uno de estos episodios".

Desde crisis epilépticas a ceguera, afasia (incapacidad para producir o comprender el lenguaje), sordera, déficit cognitivos o incluso motores, "en función de la zona cerebral afectada", indica Celaya.

Otro de los riesgos que conlleva este peligroso juego es de tipo vascular. "Si la presión en las carótidas es de gran intensidad, se puede producir un aplastamiento o incluso disección de la arteria, aunque esto resulta poco probable si el estrangulamiento se hace con el brazo".

Aunque en estos casos recientes los adolescentes no han sufrido graves consecuencias, el experto subraya "el poco tiempo necesario para que el riego sanguíneo al cerebro se vea comprometido y, por tanto, se produzcan consecuencias". Además, si ha habido pérdida de consciencia Celaya aconseja acudir a un centro sanitario para descartar posibles riesgos".

 

 

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