Salud

La nueva normalidad de este otoño: ¿qué nos espera de la pandemia?

Una mujer camina por Nueva York delante de un anuncio de Pfizer con el eslogan "La ciencia ganará".

Una mujer camina por Nueva York delante de un anuncio de Pfizer con el eslogan "La ciencia ganará". Niyi Fote /EP

La pandemia está en un nueva fase, la vacunación masiva no ha alcanzado todavía la ansiada inmunidad de rebaño pero ha demostrado que la vacuna ha mitigado la mortalidad, si bien sigue siendo dolorosamente alta. España ha pasado los meses de vacaciones con incidencias muy altas y regresa a la normalidad con más presencia laboral en las empresas mientras remite la quinta ola.

La evolución de la pandemia de Covid es una incógnita teniendo en cuenta las muchas sorpresas que el coronavirus nos ha dado. Si seremos golpeados por nuevas olas pandémicas y si tendremos más o menos restricciones dependerá de varios factores. Estas son las señales que marcarán los próximos meses de la pandemia, los próximos meses de nuestras vidas.

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EFE/Javier Etxezarreta/Archivo

Sigue la prevención

No se puede bajar la guardia, y menos con la incidencia de contagios alta. El epidemiólogo Joan Caylà nos subrayaba este mes de agosto la importancia de bajar la incidencia y mantenerla baja y que mientras esto no ocurriera “vacunados y no vacunados debemos seguir con las medidas de prevención”.

La razón principal de que los vacunados no bajen la guardia con las medidas establecidas, como el uso de mascarillas en interiores, es el dominio de la contagiosa variante Delta y el hecho de que la vacuna no es esterilizante, no evita que los vacunados se contagien y contagien a otros.

Naftali Bennett. primer ministro israelí, acompaña a su madre, Mirna Bennett a ponerse la tercera dosis de la vacuna.
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EFE/EPA/Elad Gershgoren

Tercera dosis

Cada vez parece más probable que este otoño habrá revacunaciones frente al coronavirus. Aún está por ver qué grupos recibirán la tercera inyección pero desde el Ministerio de Sanidad la ministra, Carolina Darias, ya aseguró el pasado julio que la habría.

Quienes primero afirmaron que sería necesario reforzar la inmunidad con una tercera dosis fueron las propias compañías, en primer lugar Pfizer el pasado abril. El debate estaba servido y ya antes de alcanzar el 70% de la población vacunada países como Alemania o Israel han puesto ya estas dosis de refuerzo en su calendario.

España ha asegurado que espera pronunciarse sobre este tema la próxima semana y que para ello quiere contar con la experiencia de otros países, los datos de ensayos clínicos y el pronunciamiento de la Agencia Española del Medicamento.

Quien ya ha mostrado su posición al respecto es la Organización Mundial de la Salud, que ha instado a retrasarla hasta que no se haya vacunado un mayor porcentaje de población en los países de menores rentas. Algo que no parece que Europa esté dispuesta a hacer.

En España, un estudio del CSIC refuta la necesidad de la tercera dosis aunque, en voz del investigador firmante Balbino Alarcón, afecte “al menos” a la población general. Su investigación ha hallado que “la administración repetida de la vacuna produce una especialización de los anticuerpos sobre la variante de Wuhan, que es la que se usó para la creación del fármaco. Y esa especialización hace que los anticuerpos pierdan capacidad de reconocimiento de las variantes nuevas”.

Lo que parece más probable es que los más vulnerables recibirán esa tercera dosis en los próximos meses, algo para lo que la ministra Darias aseguraba este miércoles que España “está preparada” para administrar.

Pabellón de la UPNA para vacunación masiva
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EFE/ Jesús Diges

Inmunidad de rebaño

Casi desde el inicio de la pandemia empezó a escucharse el mantra de la inmunidad de rebaño. El momento en que suficiente porcentaje de población tuviera anticuerpos para que el virus no encontrase espacios por los que seguir replicándose y circulando entre nosotros. La cifra era el 70% – mismo porcentaje de vacunados que se perseguía – aunque sin embargo la irrupción de las variantes y las reinfecciones han hecho que los expertos tengan que replantearse esa cifra.

En los últimos meses se ha abandonado el 70% para hablar del 80 u 85% e incluso se habla de una inmunidad “inestable y temporal” si no se alcanza a nivel global, cosa que no parece cercana cuando en el continente africano el porcentaje de vacunados no llega al 5% ya que el 80% de las dosis administradas han ido a países de ingresos medios y altos, como recordaba recientemente Sanidad.

En este contexto, el avance hacia la inmunidad de rebaño puede frenarse o retrasarse ante el surgimiento de nuevas variantes (de fácil reproducción en países con menos vacunados) así como la posible caída de la inmunidad meses después de la vacuna o la infección.

Sobre cuándo llegará, el genetista Salvador Macip explicaba recientemente a El Independiente esta cuestión: “No vamos a saber qué porcentaje se necesita hasta que no lleguemos a él”. Es decir, será sólo cuando veamos sus efectos que se podrá corroborar esa inmunidad colectiva. «Notaremos que estamos porque los casos bajarán en picado a medida que nos acerquemos. Veremos picos pequeñitos y locales, explicaba Macip.

Una profesional sanitaria sostiene una dosis de la vacuna de AstraZeneca.
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Eduardo Parra / Europa Press

Duración de la inmunidad de las vacunas

Uno de esos factores que intervendrán en la inmunidad de rebaño – y en la necesidad de una tercera dosis y quiénes la necesitarán – será la eficacia real de las vacunas. Con apenas ocho meses desde el inicio de la campaña masiva de vacunación, la duración y el mantenimiento de los anticuerpos destinados a protegernos realmente de la enfermedad aún no se conocen. Algunos estudios apuntan a que la protección podría ser de por vida aunque la aparición de variantes podría dificultar ese camino.

En otra investigación reciente publicada por Nature este mes se ha encontrado que los anticuerpos se mantienen o suben siete meses después de la infección.

Vacunación de profesores en febrero
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María José López / Europa Press

Repesca de no vacunados

La vacunación en España se encuentra entre las más exitosas del mundo y Europa. La campaña europea de vacunación tuvo un arranque más lento pero está, en conjunto, muy avanzada cercana ya al 70% de población adulta con dos dosis, un hito que no marca el final de la pandemia como ha quedado claro tras la expansión de la variante delta.
En este escenario se hace más necesario volver a repasar a los grupos de edad más vulnerables. Los mayores de 40 años son el colectivo que más se esfuerzan las autoridades sanitarias por vacunar, con campañas de repesca. Estas campañas ya se han iniciado en la mayoría de las comunidades autónomas y continuarán durante los próximos meses.

Entre las personas no vacunadas destacan los colectivos negacionistas, que si bien no son un problema en España, como lo son en otros países como Estados Unidos, representan una oportunidad para el virus. La quinta ola pandémica de este verano ha puesto de relieve las diferencias entre la exposición a los riesgos del Covid de las personas vacunadas respecto a las no vacunadas.

Un niño entra en un colegio.
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EFE

Vacunación de niños

El comportamiento de los niños durante la epidemia de Covid ha mostrado que no son supercontagiadores y que, cuando sufren la enfermedad, lo hacen de forma leve. Sin embargo, la necesidad de alcanzar la inmunidad de rebaño para la protección colectiva es una de las razones que han hecho incluir a los niños en los calendarios de vacunación de todo el mundo, empezando por los adolescentes de 12 a 16 años. En España ya esta semana más de la mitad de este grupo había recibido una dosis de la vacuna.

La inmunidad de rebaño no es, sin embargo, la única razón para vacunarles. Algunas de ellas las explicaba el investigador Federico Martinón a El Independiente en un reportaje ya el pasado abril: “Si no vacunamos a los niños, los convertiríamos en el único reservorio no vacunado del virus y eso no nos interesa, porque el virus podría seguir evolucionando, multiplicándose y generando nuevas variantes genéticas. Además, el riesgo no es cero y los niños tienen tanto derecho como los demás a estar protegidos”.

Meses más tarde y con la experiencia de la inmunización de cientos de millones de personas en todo el mundo, las reacciones (que de momento no parecen estar causando problemas) en los adolescentes serán clave para decidir sobre la inmunización de los más pequeños. Los resultados preliminares de los ensayos en menores de 12 años que se están realizando en España se esperan para este mes de septiembre y en función de ellos, lo mencionado anteriormente y la situación epidemiológica del momento estiman los expertos que se tomará una decisión al respecto.

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NIAID

La amenaza de nuevas variantes

La variante Delta (surgida en India) ha desplazado en las últimas semanas a la variante británica (Alfa), que irrumpió con fuerza el pasado diciembre. Otras se han extendido con fuerza en otros países – como la Gamma en Brasil o la Beta en África, desplazando a las anteriores variantes del SARS-CoV2 con nuevas mutaciones, en general, más transmisibles y con cierto escape inmune sobre las anteriores.

El SARS-CoV2, como en general los virus de ARN, tiene una alta capacidad para mutar y cuanta más transmisión haya, más capacidad para replicarse y dar lugar a nuevas variantes. Muchas de ellas no prosperan pero las que se adaptan mejor al medio pueden llegar a convertirse en dominantes. La Organización Mundial de la Salud vigila cuatro variantes de preocupación y cuatro de interés, mientras que el Ministerio de Sanidad vigila cuatro variantes de preocupación y ocho de interés.

En este sentido, la importancia de controlar la transmisión y por tanto vacunar a nivel global es fundamental para que no surjan nuevas variantes que obstaculicen la protección de las vacunas.

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La vacunación global

El Grupo de Trabajo Multilateral compuesto por el Fondo Monetario Internacional, el Grupo del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Comercio se ha marcado el objetivo para fin de año de tener vacunada al menos al 40% de las personas en todos los países para fines de 2021 y al menos al 60% para mediados de 2022. Para tener el 40% de la población de estos países vacunadas se requieren 3.200 millones de dosis, que estarían aseguradas. A día de hoy en esos países que suponen 4.000 millones de habitantes, más de la mitad de la población mundial, sólo hay 277 millones de personas vacunadas, según los datos de este grupo de trabajo internacional.

La desigualdad de la vacunación por países se continúa incrementando, y es previsible que la brecha aumente si los países de rentas altas siguen adelante con vacunaciones masivas de terceras dosis. » Si continuamos con políticas de acaparamiento de vacunas por parte de los países ricos con terceras dosis, todavía se dilatará más el acceso a la vacuna en países de rentas bajas. Por eso es tan importante que se comparta la propiedad intelectual y se incremente la producción de las vacunas en todo el mundo y se refuerce su producción local», señala Irene Bernal, Responsable de Acceso a Medicamentos en Salud por Derecho.

Sede de Novavax
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EFE/Jim Lo Scalzo/Archivo

Producción y nuevas vacunas

En Europa y España se espera la llegada de nuevas vacunas, siguen en evaluación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) Novavax, Curevac, Sinovac y Sputnik V. La aprobación de Novavax se prevé a partir de octubre y podrían llegar las dosis antes de final de 2021. La vacuna de CureVac sigue bajo análisis pese a la baja eficacia mostrada en los ensayos clínicos. Por su parte la vacuna de Sanofi sigue en estudio, se desconocen los resultados de eficacia y las dosis no estarían listas hasta 2022. En cuanto a Sputnik V, la vacuna rusa, sigue a la espera de una decisión de la EMA, pese a que ya está administra en países de Europa del Este y tiene la aprobación de la OMS.

La disponibilidad de vacunas ha sido uno de los principales caballos de batalla de este año 2021. Las empresas farmacéuticas han tenido que ampliar su capacidad de fabricación de vacunas ante la posibilidad -no disipada todavía de que se liberen las patentes- tal y como contemplan las normas de la Organización Mundial de Comercio.

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EP

Dosis caducadas, derroche de vacunas

Los próximos meses los países desarrollados se van a encontrar con el creciente problema de gestionar su excedente de vacunas. Un problema agudizado por la corta vida de estas vacunas que es de 6 meses, frente a los 24 meses de la mayoría de vacunas. Esto está causando que vacunas donadas de países ricos a pobres lleguen caducadas. El acaparamiento de vacunas por los países ricos ante el eventual fracaso de las vacunas en desarrollo ha causado que haya países como Reino Unido que tienen cerca de 7 dosis per cápita.

La OMS ya ha tomado cartas en el asunto para que se reevalúe esa fecha de caducidad para evitar su desperdicio. En el caso de las vacunas de ARN directamente no hay evidencia sobre su duración ya que no hay antecedentes. La distribución de vacunas de ARN sobrantes, que requieren una cadena de frío más compleja que las vacunas convencionales, añade una dificultad más a su posible donación.

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