Si bien hasta el día 27 no empezará a desenredarse la madeja murciana, con un presidente, Pedro Antonio Sánchez, aún imputado por el "caso Auditorio", algo tienen claro en Génova: un escenario electoral les perjudica. Contra la idea de que Sánchez puede usar la amenaza de la disolución como elemento disuasorio contra Ciudadanos, lo más probable es que, en caso de una contienda, ésta beneficie más al partido de Rivera que al PP. La causa principal de dicha sospecha reside en que "la campaña se centraría en corrupción y no nos interesa nada", admiten fuentes de la dirección nacional popular aunque no está solo en su mano evitar que los murcianos acudan de nuevo a las urnas.

Además, de perder representación en la Cámara murciana -actualmente los populares están a un escaño de la mayoría absoluta- sería un imposible reeditar el pacto de investidura con un Ciudadanos que considera vulnerado el actual acuerdo que hizo posible que el PP mantuviera la presidencia de Murcia, tradicional caladero de voto, donde ha ido encadenando gobiernos desde 1995. El "compromiso por la regeneración democrática" es el primer capítulo del acuerdo firmado por ambas formaciones, que en su apartado uno recoge que hay que "separar de inmediato de cualquier cargo, público o de partido, a imputados por corrupción política hasta la resolución completa del procedimiento judicial".

La estrategia popular es resistir, sin movimientos, a la espera de ver qué hace la oposición

Entienden las fuentes de la dirección popular consultadas que el alcance del debate en Murcia trascendería las fronteras de la Comunidad para instalarse en el ámbito nacional. Ir a unas elecciones con un candidato imputado no es una buena tarjeta de presentación y da artillería a la oposición en campaña y hasta en el Congreso de los Diputados, por lo que esta opción resulta indeseable en la sede nacional del PP. Y todo ello a pesar de mantener el apoyo a Sánchez del que este fin de semana el coordinador general popular, Fernando Martínez-Maíllo, dijo que tiene "el apoyo, el afecto y el cariño del PP, porque es de justicia y porque es una persona honrada e intachable".

También dijo otra cosa el "número tres" genovés, desvelando la línea estratégica popular para abordar esta crisis, a saber, resistir. "Aguantar, aguantar y aguantar. Eso es lo que va a hacer el PP de la región", señaló Maíllo durante su intervención en el congreso regional del partido del pasado fin de semana, que encumbró a Pedro Antonio Sánchez a la presidencia autonómica del partido en sustitución del eurodiptuado Ramón Luis Valcárcel.

El PP duda de que Rivera no se sume finalmente a un tripartito con PSOE y Podemos

Sánchez sigue siendo, por tanto, la "opción a" de los populares, que esperan, aunque no confían, en que Ciudadanos no se sume a un gobierno tripartito. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, dejó claro en una entrevista a El Independiente que sólo apoyarán una moción para que se celebren elecciones en la Comunidad, aunque desde el PP muestran sus dudas respecto de la "fortaleza" de Ciudadanos "a la que los socialistas pueden convencer de lo contrario". En la formación naranja lo niegan: "sólo apoyaremos una moción contra Sánchez si va acompañada del decreto de disolución de la Cámara murciana para ir de nuevo a las urnas", abriendo la puerta a las elecciones que no quiere el PP. En caso contrario, "Sánchez, sí, seguirá de presidente, aunque con la acción de gobierno bloqueada, sin apoyos".

El día 27 termina el plazo que Ciudadanos dio al PP. Un plazo pactado entre el propio Maíllo y el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, interlocutores habituales. Si para entonces Sánchez no ha dimitido o no se le ha levantado la imputación, "volveremos a hablar con los socialistas para dar una salida a esta situación", que no pasará en ningún caso, aseveran en Ciudadanos, por un tripartito con PSOE y Podemos "porque no vamos a dar a nadie en los despachos lo que no se ha ganado en las urnas", en alusión al aspirante socialista a la presidencia, Rafael González Tovar.

La gestora socialista no quiere al "prosanchista" González Tovar de presidente de Murcia

De hecho, desde Ciudadanos se malician de que González Tovar no tiene tampoco el apoyo de la gestora socialista para hacerse con los mandos de la Región de Murcia. Alineado con el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez, Ferraz no desea que éste ascienda hasta la presidencia del ejecutivo autonómico. Así como en el PP la crisis murciana tiene efectos colaterales en el debate nacional en la medida en que pone el foco sobre la corrupción, en la familia socialista la clave está en la lucha interna ante unas primarias de resultado incierto. Además, la posición prosanchista de Tovar tampoco es mayoritaria en la organización murciana lo que contribuye a enredar, aún más, la salida de la crisis en beneficio del otro Sánchez, Pedro Antonio.