Todo empezó por un resbalón del contrario. Cuando el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que gobierna la capital con mayoría absoluta, sin necesidad alguna de alianza, dio la orden a su grupo de apoyar una proposición de Vox en el pleno. Una moción para proporcionar a las mujeres embarazadas información sobre un supuesto síndrome posaborto que la evidencia científica no respalda de ningún modo. El regidor aguantó el pulso un día, su partido le respaldó por esas horas, pero al final tuvo que dar marcha atrás. Pero ya era tarde.
Eso ocurrió hace dos semanas y desde entonces el PP no ha sabido salir del enredo, de un debate que le genera una patente incomodidad. La Moncloa ha decidido explotar un filón jugoso que le permitía intentar reconectar con su base femenina de votantes y situar la confrontación en el plano ideológico, de defensa de los derechos y libertades y de la gestión de lo público, un terreno fértil para la coalición. Pero también ha buscado señalar las contradicciones internas en un PP que se mueve torpe por las tensiones entre su ala moderada y la más radical, la que representa la presidenta madrileña. Isabel Díaz Ayuso. Pedro Sánchez busca el cuerpo a cuerpo con ella, como ella lo busca con él, desplazando del foco a un Alberto Núñez Feijóo líder de su partido pero desprovisto de poder institucional real. El Gobierno ha ido subiendo escalones en el choque a la vista de que la polémica no solo no se extinguía, sino que Ayuso la avivaba. Y la batalla ya no es solo política. Ya se desplaza también a los tribunales. Y ese salto no es un tema menor.
El Consejo de Ministros requiere de manera formal a Aragón, Baleares y Madrid que elaboren el registro de profesionales que objeten al aborto. Madrid es la que se ha opuesto con nitidez
Fue el propio Sánchez quien este martes dio el pistoletazo de salida a esa nueva fase de la estrategia del Ejecutivo en una entrevista en la SER, en Hoy por hoy. Anunció el paso que a continuación dio el Consejo de Ministros: requerir formalmente a la Comunidad de Madrid que cree el registro de objetores de conciencia a la interrupción voluntaria del embarazo. Esa solicitud también se dirigió a las otras dos autonomías que no han hecho sus deberes, Aragón y Baleares, ambas gobernadas también por el PP, pero a quien apuntaba el Gobierno era a Ayuso.
Primero, porque los presidentes Jorge Azcón y Marga Prohens sí apuntaron la semana pasada —cuando Sánchez les lanzó el aviso por carta— que elaborarían ese listado de profesionales sanitarios que rechazan practicar abortos, que cumplirían por tanto con lo previsto en el artículo 19 ter de la ley del aborto, punto introducido en 2023, y con el protocolo acordado por unanimidad, con el apoyo por tanto por todas las CCAA, en diciembre de 2024. Y dos, porque la baronesa madrileña no ha hecho más que mostrar su oposición radical al registro de objetores y ha dejado día tras días frases pasto de la polémica. Desde el "váyanse a otro lado a abortar" del pasado jueves hasta el "tono machito" que endosó este martes a Sánchez, después de oírle anunciar en la radio el requerimiento a tres CCAA que su Gobierno iba a aprobar en Consejo de Ministros. "Machito es decirle a las mujeres que se vayan a abortar a otro sitio, eso es machito. Todo lo demás es, como ya nos tiene acostumbrados la señora Ayuso, intentar desviar el foco", le devolvió la ministra de Sanidad, Mónica García, líder también de Más Madrid, el primer partido de la oposición autonómica.
Las tres CCAA del PP tienen el plazo de un mes para responder, pero si no lo hacen o no cumplen, entonces el Ejecutivo podrá acudir a la jurisdicción contencioso-administrativa en dos meses
Madrid, Aragón y Baleares deberán contestar en un mes al requerimiento formal del Ejecutivo central y, si lo rechazan o no responden, entonces Sanidad dispondrá de dos meses para interponer un recurso judicial por la vía contencioso-administrativa. En ese caso, el conflicto lo dirimirán los jueces. La batalla se desplazará de la arena política a las togas.
Pero el Consejo de Ministros dio otro paso muy relevante. Aprobó el anteproyecto de reforma del artículo 43 de la Constitución, para poder blindar el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). El texto se envía ahora al Consejo de Estado y la previsión del Ministerio de Igualdad es que el dictamen esté listo en unos dos meses, para que así el texto pueda llegar al Congreso en enero. El Ejecutivo sabe que es prácticamente imposible que salga adelante: un cambio ordinario de la Carta Magna necesita del apoyo de tres quintos de Congreso y Senado, una mayoría reforzada que solo se consigue con el aval del PP. La dirección popular ya anticipó que rechazaría la modificación, con el argumento de que el derecho está protegido por ley y avalado por el Tribunal Constitucional. Lo que arguye el Gobierno es que las mayorías de derechas que existen en varias CCAA son "capaces de revertir, limitar derechos", en palabras de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y además una ley es más fácilmente reversible que un cambio en la Carta Magna.
Que el PP "se retrate" cuando pase la reforma constitucional
Redondo prometió buscar el apoyo del PP, con el argumento de que la reforma del artículo 43 busca ser un "escudo constitucional" de los derechos de las mujeres ante la amenaza de "ola reaccionaria". Pero en la Moncloa creen que cualquier opción es ganadora: si sale adelante, será un tanto que se marca la coalición, pero si no servirá para que el PP "se retrate" con un tema de altísima sensibilidad y que le separa de una parte importante del electorado femenino.
En la Moncloa sorprende que la polémica haya "sobrevivido" tanto en agenda, y ha sido posible por la "torpeza del PP", porque se ha enredado en la disputa "que creó Almeida". Ayuso lo revivió y Feijóo "se metió en otro lío" este lunes
El Ejecutivo está dispuesto a utilizar todos los instrumentos a su alcance para defender el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Sabe que esta es una baza potente y no la va a desaprovechar, y hasta se siente sorprendido por cómo el PP no ha sabido extinguir el fuego.
"En realidad, llegamos tarde a esta cuestión del requerimiento —explican desde la Moncloa—. Lo llamativo es que el tema haya sobrevivido en agenda tanto tiempo. Y ha sobrevivido por la torpeza del PP, porque se ha enmarañado en una disputa interna que ellos mismos crearon con el tropiezo de Almeida en el Ayuntamiento de Madrid. El alcalde reculó y el tema tenía que haber muerto. Pero Ayuso lo revivió con ese 'váyanse a abortar a otro lado'. Y luego siguió Feijóo, que se metió él solo en otro lío". Y es que el líder del PP, este pasado lunes, en una entrevista en Espejo público (Antena 3), propuso una lista no de objetores, sino de médicos dispuestos a practicar el aborto, algo que, advirtió después el Ejecutivo, contraviene flagrantemente la ley y supondría aceptar que hay una "objeción universal" de los sanitarios, cuando es justo lo contrario: la objeción es "activa e individual", decía García este martes.
Como no sea que quiere joder a Feijóo. Otra cosa no se entiende", apunta un ministro. "Ayuso no da puntada sin hilo, le da igual lo que le pase al PP", explican en la Moncloa, donde reconocen que están explotando las contradicciones internas de su rival
En el equipo de Sánchez no niegan que estén sacando brillo al error del contrario. "Estamos reaccionando de manera inteligente, es verdad, estamos disfrutando de las cadenas que en el PP se ponen", admiten. ¿Pero por qué Ayuso decide mantener abierto un melón que no ayuda a su formación? La explicación que halla el núcleo duro del presidente es que ella mira por sí misma, que emprende su "guerra cultural" por su cuenta por pura competencia también con el jefe del PP. "Como no sea que quiere joder a Feijóo... Otra cosa no se entiende", expresa un ministro. "Ayuso no da puntada sin hilo, le da igual lo que le pase al PP y quiere liderar su partido a nivel nacional a largo plazo. Y está preparando España para ella. Está haciendo de Trump porque en el caos ella es la candidata perfecta. Ella provoca el caos a conciencia. Cada día suelta una bomba, con lo que Feijóo está desdibujado. Ella es la verdadera líder de la oposición", abundan en la Moncloa.
"Ella se come siempre a Feijóo"
Los tiempos en los que Sánchez rehuía el pulso directo con la presidenta madrileña caducaron. Ella es percibida como su némesis, puesta como el "ejemplo" de mala gestión, como la avanzadilla de las políticas privatizadoras que después imitan en cascada el resto de gobiernos autonómicos en manos del PP.
Hay mucho de estrategia interna del PP y de Ayuso, que cultiva una agenda propia y personal, y lo vemos cada día. Nosotros nos beneficiamos y encantados. No tenemos por qué avergonzarnos", indican en el equipo del presidente
Desde el arranque de curso, el presidente decidió pasar a la ofensiva, dar una batalla ideológica, defender su gestión y la del Estado del bienestar, sacar la bandera de la izquierda. Y para ese choque, el molde inverso que mejor encaja es Ayuso. El jefe del PP a veces desaparece de los discursos de Sánchez, se difumina. "En las últimas horas, sí hemos hecho hincapié en la propuesta de Feijóo del registro de médicos que practiquen el aborto. Pero este martes quien destacó fue Ayuso. Es que en muchas ocasiones ella sale por incomparecencia de su jefe. ¿Dónde está él? Al final, ella se lo come siempre —manifiestan en el círculo de confianza del líder del Ejecutivo—. Hay mucho de estrategia interna del PP y de Ayuso, que cultiva una agenda propia y personal, y lo vemos cada día. Nosotros nos beneficiamos y encantados. No tenemos por qué avergonzarnos. Estamos en el lado correcto de la historia y nos parece fenomenal que ellos griten lo contrario. Pero el tiempo nos dará la razón".
Hay todavía varias balas en la reserva que el Gobierno guarda. Por un lado, acudir al Constitucional por un conflicto negativo de competencias, para que dilucide si debe obligar a la Comunidad de Madrid a cumplir con sus competencias en la prestación del derecho al aborto. Por otro, la modificación del real decreto 825/2010, el que desarrolla la ley de plazos, para impedir que se proporcione a las embarazadas información no sostenida en la ciencia.
Está pendiente aún el cambio en el real decreto de 2010 para impedir que las mujeres sean desinformadas. "No tardará muchísimo" en estar listo el texto, aducen en Sanidad
En la Moncloa señalan que ese cambio "no es prioritario" ahora mismo, puesto que Almeida reculó y hay dificultades técnicas para definir qué información veraz se puede suministrar a aquellas que quieran parar su gestación. En Sanidad, mientras, dicen que siguen trabajando en la modificación del texto y "no tardará muchísimo" en ver la luz, aunque es pronto para precisar cuándo.
El Ejecutivo dispone de combustible. Muy útil. Por eso no quiere desperdiciarlo, y siente que el PP, extrañamente, le ayuda y anima a seguir empleándolo.
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