Que Santiago Abascal lleva más kilómetros que el PP en Extremadura es algo que saben en Génova y en el círculo de la presidenta extremeña en funciones, María Guardiola. Pero los populares consideran que las elecciones se deciden en en las dos semanas de campaña, especialmente en los últimos días antes de la apertura de urnas. En la región serán el próximo 21 de diciembre. El objetivo es simple, conseguir independencia de gestión apelando a las complicaciones que suponen en la tierra llegar a un entendimiento con Vox. Ejemplificando lo que sería tener que volver a aliarse con los ultraconservadores tras las experiencias de los últimos dos años y medio: tensiones, salida del gobierno de coalición y tensión permanente que imposibilitaron, entre otros, los presupuestos del próximo año.
Internamente se atribuyen estas elecciones al "bloqueo" interesado de Vox de la legislatura. Algo que desde Bambú, al contrario, se cuestiona de los populares. Abascal viene insistiendo en que Vox no quería elecciones, sí Guardiola para forzar. Querían, dicen, políticas ambiciosas.
Al ser estas las primeras autonómicas en estos dos años electorales que vienen por delante, con la continuidad en Castilla y León, Andalucía, Aragón, y puede que unas generales anticipadas antes del ciclo de 2027 con el resto de comicios salvo Galicia, Euskadi y Cataluña, la implicación de Génova es total. Lo que pase en en unas semanas va a marcar la tendencia del resto de enclaves y el nivel de fortaleza de cada formación. Algo muy relevante para esas propias generales. Además de llegar con robustez, desde Madrid se quiere forzar la maquinaria para lograr los votos necesarios que permitan desconectarse al menos esta legislatura de Vox en Extremadura. Para evitar poner a Guardiola -un claro perfil centrista junto a Juanma Moreno, por ejemplo- en un nuevo brete con Vox en el que las nuevas exigencias serían muy duras de asumir tras el pacto en Valencia. Sobre todo, en materia de género y libertades sexuales. En lo más ideológico.
Por eso, y en vista de que la media de sondeos privados da a Guardiola 30 escaños, a tres de la mayoría absoluta, Feijóo se coordinará con la presidenta extremeña en funciones para distribuirse la presencia por la comunidad. Según fuentes nacionales del PP, habrá coincidencia en grandes actos, pero el gallego seguirá un itinerario propio, con un contenido más nacionalizado, con Sánchez, el Gobierno, pero sin olvidar la presión a Abascal -demostrada este domingo en la manifestación frente al Templo de Debod-. Se quiere llegar al máximo posible de votantes. Y si en una misma jornada se dobla el número de oyentes en un mitin, de saludos en un paseo callejero o de votos con una conversación informal con transeúntes, a Génova le vale si eso vale para terminar de allanar una victoria sin precedentes. En la región, si bien gobernó el PP de 2011 a 2015, nunca ha habido una absoluta popular. Solo del PSOE y antes de UCD.
Feijóo vuelve a aplicar el formato de campaña que le permitió ganar en Galicia en 2009 y que llevó a acabo con Juanma Moreno en 2022 y Alfonso Rueda en 2024
La estrategia no es improvisada. Tiene mucho que ver con precedentes que permitieron al propio Feijóo prosperar en Galicia o a Moreno Bonilla en 2022 en Andalucía. Esa dualidad la practicó el primero en 2009 con Mariano Rajoy para sacar a Emilio Pérez Touriño de la Xunta y fue exitosa. Feijóo la aplicó nada más llegar a la presidencia del PP con Moreno Bonilla en esas primeras autonómicas tan solo unos meses después que dieron a los populares su primera mayoría absoluta andaluza.
Feijóo aterriza este jueves con guiños a la región
En esa pugna abierta con Vox, Feijóo pide apostar por un partido de gobierno, responsable, y Abascal denuncia que todo lo que propone el PP es continuismo de las "políticas socialistas". Para contrarrestar el discurso de Vox, pero también por convicción, el popular llega este jueves a Don Benito (Badajoz) después de trasladar un decálogo de medidas para hacer frente a la inseguridad. Entre ellas, extender la prisión permanente revisable a los depredadores sexuales y violadores reincidentes; aprobar una ley de multirreincidencia y de antiokupación; perseguir a quienes capten a jóvenes para delinquir, o agravar las sanciones por el uso de armas blancas y mejorar las condiciones de los agentes. Pero también después de anunciar el PP que llevará al Congreso una ley para bajar el IVA de la energía y de las materias primas a las explotaciones agrarias, y para aliviar los costes de producción a los productores. Se quiere consolidar el sector como estratégico.
Aunque en Extremadura no hay un problema de criminalidad -creció un 1,4% en los primeros meses de 2025- se quiere competir en parte del registro de Vox. La segunda medida si tiene un enfoque claro a Extremadura: con un importante sector primario, al que se quiere rebajar la carga impositiva, y de producción de energía con la central nuclear de Almaraz al borde del cierre -algo que intentó impedir en el Congreso recientemente el PP y creen que perjudicará a Sánchez- según el calendario fijado por el Gobierno hasta 2035 para todos los reactores españoles. Abascal viene en el último mes reclamando un apoyo contundente al campo con esas rebajas fiscales o la protección de empleos en Almaraz, frente a las políticas verdes. Al mismo tiempo que critica la gestión de Guardiola y la equipara con Pedro Sánchez.
De Sánchez, Feijóo quiere hablar. Ya lo hizo en un mitin aislado en Lobón el 16 de noviembre junto a Guardiola. Cuestionando su postura con Almaraz, la presunta corrupción de su entorno y figuras clave en su partido, y denunciando que presente a Miguel Ángel Gallardo cuando está investigado por el 'caso David Sánchez', hermano del presidente y a quien supuestamente colocó en la diputación de Badajoz con un empleo 'fantasma', de la que habría cobrado sin acudir.
Una de las claves por la que apuesta Feijóo es explotar esas investigaciones policiales y judiciales que atosigan al Gobierno, erigirse junto a Guardiola como la candidatura más antisanchista en comparación con un Vox, dicen, que retroalimenta y hace pinza con el PSOE. Esos tres escaños, para Génova, en pleno desgaste de las siglas socialistas, es más posible que lleguen por el centroizquierda que por la derecha ante un descontento social con los socialistas y con Vox bastante sólido. Que este jueves por la tarde Feijóo vaya a Villanueva de la Serena es un ejemplo. Es uno de los principales bastiones socialistas y desde donde Sánchez comenzó su carrera por las primarias que le devolvieron al frente de la secretaría general del partido en 2017. Eso ya explotó Abascal este martes in situ, apelando a "la banda del Peugeot".
Este jueves, Feijóo paseará por Don Benito, atenderá a los medios e irá a una comida-mitin con Guardiola. A partir de ahí, sus caminos se separan. Aún con la incógnita de la agenda de Guardiola al cierre de esta edición, Feijóo se desplazará a Almendralejo para asistir al partido de Copa del Rey entre el CD Extremadura y el Sevilla, y participar, posteriormente, en la pegada de carteles. Desde el PP indican que "el viernes arrancará en Mérida para respaldar al sector primario y después se moverá hacia Casar de Cáceres, terminando su día en Pinofranqueado con otro acto electoral". Se espera actividad el fin de semana con algún acto importante en la que coincidan ambos mandatarios.
Contraste con Vox
El PP puede plantearse esa dualidad por el reconocimiento en la región de Guardiola. Algo que en Vox no es el caso. Abascal protagonizó dos de los más de diez actos de precampaña en solitario. Al dar a conocer a su candidato, Óscar Fernández, quien era portavoz parlamentario en la Asamblea, la dinámica viene siendo la coincidencia de ambos en todos los mítines o visitas urbanas para estar junto a la militancia. Se ha repetido en Trujillo, Navalmoral de la Mata, Villanueva de la Serena, Cáceres, Badajoz o Mérida, entre otros. Se espera que la dinámica siga siendo esa, con Abascal llevando el peso de la candidatura. Para Vox lo importante son las ideas, las siglas, y no la cabeza del cartel, aunque la dependencia de Abascal cada vez ha sido mayor. Únicamente Garriga acudió a un acto en este mes.
La competencia por el relato será clave en estos primeros días de campaña. La presencia de Abascal ya en el terreno desde noviembre deja claro que Vox busca que se imponga su marco de debate para crecer, con una previsión ya importante: de cinco a ocho o nueve diputados de media. Quiere que se nacionalice la campaña, con una constante referencia al Gobierno y a Génova. El PP aspira a que dentro de esa nacionalización, el foco se ponga en su rivalidad con el Gobierno, en cuestiones como las nucleares o la subida de los precios. Las prioridades del PP, según las 608 medidas presentadas este miércoles por Guardiola son el refuerzo de los servicios públicos, el impulso del empleo con incentivos a los autónomos o desarrollo industrial y tecnológico, la inversión en vivienda, y el apoyo al sector primario. Seriedad "frente a los populismos", dijo.
Las estimaciones electorales no dejan alternativa a la izquierda, y con ello el PP quiere movilizar a todo el votante moderado marcando distancias en puntos clave con Vox. La verbalización de Feijóo este miércoles sobre la violencia machista, para que dependa directamente del Ministerio del Interior, es un ejemplo de ese distanciamiento de Abascal en asuntos clave.
Todos los sondeos insisten en que a día de hoy Guardiola dependerá de Vox para una investidura si no quiere volver a ir a elecciones. El CIS es quien mayor desgaste da al PSOE en beneficio de PP y Vox. De los 19-21 de José Félix Tezanos, la media de la demoscopia privada da 24 escaños al PSOE y 3-4 a Unidas por Extremadura. Guardiola previsiblemente sacará más voto que toda la izquierda junta a diferencia que en 2023. Eso ya es un éxito para el PP.
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