Ryanair hace frente esta semana a la mayor huelga de su historia. Unos 600 vuelos cancelados en Europa (400 de ellos en España) por los dos días de paros de los azafatos de cuatro países para exigir que se les aplica las legislaciones laborales del país en que trabajan y no se les imponga las leyes irlandesas y se les trate como desplazados.
Una huelga que llega en plena temporada alta estival, con una alta concentración de tráfico, y cuando más puede afectar al negocio de la aerolínea la falta de confianza de los consumidores. Ryanair ya viene advirtiendo que las ventas se vienen resintiendo por las amenazas de huelga y la compañía se ha lanzado a combatir un eventual parón de las reservas en pleno verano.
Ryanair ya había puesto en marcha una agresiva promoción con descuentos del 20% para un millón de asientos para vuelos en los meses de agosto y de septiembre. La promoción se terminaba anoche, pero el gigante del bajo coste ha ampliado las rebajas para hacerlas coincidir con al menos con el primero de los dos días de huelga de azafatos, convocada para el 25 y el 26 de julio.
La compañía de bajo coste está notando en sus ventas en los últimos meses la amenaza de huelga, finalmente consumada. En España, la evolución de su tráfico de pasajeros ha frenado. La aerolínea sigue creciendo, pero ahora por debajo de lo que lo hacen sus grandes rivales en lo que va de año.
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