Hace poco más de un mes que Europa dejó atrás uno de los capítulos más convulsos de su historia al dar por finalizado el rescate de Grecia, símbolo de la crisis que convulsionó la región en los últimos años. Pero el cierre de este problema no supone, ni mucho menos, que las amenazas para la estabilidad de la región hayan quedado en el pasado. Italia ha vuelto a recordar al mercado que Europa es aún un producto en construcción en el que abundan las grietas.
Los presupuestos del Gobierno italiano, que abandonan unilateralmente la senda de reducción del déficit establecida por Bruselas suponen un desafío de consecuencias aún inciertas, pero que vuelven a poner de relieve las ineficiencias de un sistema económico que, aunque común, fía su estabilidad a las veleidades de cada Ejecutivo nacional. Cuando uno decide remar en dirección opuesta al resto, el naufragio sobrevuela la región.
Es cierto que la crisis desatada por Italia se encuentra aún en una fase muy temprana, que no debería ser difícil encauzarla. Pero al mercado le preocupa la deriva de los acontecimientos y lo muestra en el súbito repunte de la prima de riesgo trasalpina, que este martes ha llegado a superar los 300 puntos básicos, con el interés de su bono a 10 años por encima del 3,4%, en sus peores niveles en cuatro años. Los nervios también se hacen notar en la bolsa italiana, donde el índice Ftse Mib registra descensos próximos al 1% y ya se ha dejado casi un 6% de su valor en cinco sesiones a la baja, mientras en el mercado se empieza a dar por sentado que las principales agencias de rating bajarán la calificación de la deuda del país en las próximas semanas.
Italia se niega a revisar su presupuesto y el mercado ya contempla que Bruselas lo rechace
Esta presión de los mercados no parece suficiente para hacer recular a los gobernantes italianos, a juzgar por las palabras de su vice primer ministro y líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio. "Si alguien espera que el Gobierno reduzca los números del presupuesto debido al spread, deberían saber que no retrocederemos ni un milímetro", advirtió. E incluso Claudio Borghi, un asesor económico de este partido, que gobierna en coalición con la Liga, ha señalado que "Italia con su propia moneda resolvería muchos de sus problemas".
Europa tampoco se muestra dispuesta a esquivar el desafío italiano con manga ancha. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, subrayaba este lunes desde Alemania de que "un trato especial" a Italia supondría "el fin del euro" y que podría repetirse otra crisis como la griega. "No desearía que después de haber sido capaces de lidiar con la crisis griega acabáramos con la misma crisis en Italia. Una crisis ha sido suficiente", alertó.
Italia debe remitir sus planes presupuestarios a la Eurozona a mediados de este mes y en el mercado ya se contempla la posibilidad, sin precedentes, de que Bruselas rechace el proyecto de Roma. El vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis, resaltó este mismo martes que lo conocido hasta el momento sobre las cuentas italianas para 2019 "parece no cumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento".
El euro encadena su sexta caída consecutiva y está a un paso de perder los 1,15 dólares
Así las cosas, el enfrentamiento parece servido. "Esta historia no ha hecho más que comenzar y entendemos que se convertirá en un quebradero de cabeza para la Zona Euro en los próximos meses, lo que, sin duda, pasará factura a los mercados de valores y bonos de la región. No sabemos hasta qué punto esta crisis puede hacer cambiar los planes del BCE a la hora de retirar sus estímulos, pero si estamos seguros que lo analizarán en detalle", augura Juan José Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities.
Esta situación ya empieza a filtrarse al resto de activos europeos. El euro encadena este martes su sexto descenso consecutivo, un periodo en el que se ha dejado un 2,2% de su valor, hasta situarse a un paso de perder el nivel de los 1,15 dólares. En el mercado de deuda, los inversores buscan refugio en los activos considerados más seguros, como el bono alemán, que se sitúa en su mejor nivel en dos semanas, mientras la escalada de tensión se refleja en un repunte del coste de la deuda griega. Los bonos de Portugal y España, en cambio, aguantan con entereza el envite.
Más dificultades registran los mercados bursátiles. El EuroStoxx 50 se deja un 1% en la sesión, arrastrada por grandes valores como Siemens o Philips, que pierden más del 3%. El Ibex es el peor entre los grandes índices europeos, con recortes superiores al 1%, encabezados por Siemen Gamesa y Mapfre, compañías que también se dejan algo más de un 3%.
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