Cuando apenas quedaban un par de meses para las elecciones generales de diciembre de 2015, el Partido Popular aprovechó su entonces mayoría absoluta en las Cortes para tomar el control de la cúpula del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). En plena polémica por el futuro de la central de Garoña y del cementerio nuclear de Villar de Cañas, el Gobierno de Mariano Rajoy rompía el tradicional equilibrio entre partidos y pasaba a controlar también por mayoría absoluta el supervisor.

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