El viajero nacional permitió salvar los muebles al negocio turístico en Benidorm durante julio y agosto. Sin embargo, algo faltaba en el emblemático destino del levante español: los turistas británicos. En las calles que acostumbran a inundar los visitantes de Reino Unido no había el tradicional bullicio. Pero tras dos meses de 'sequía', la tendencia está comenzando a cambiar.

En la segunda semana de septiembre, los británicos representan ya un 15,7% de los visitantes que deciden alojarse en los hoteles de la capital turística de la Costa Blanca. Durante el verano hubo momentos en que no alcanzaban el 5%, siendo superados por otros mercados emisores de la Unión Europea. "Aunque todavía lejos de los registros anteriores a la pandemia, este mercado sigue incrementando su importancia cada semana", dicen desde la patronal Hosbec.

En la semana del 16 al 22 de agosto estaban en un 7% de las pernoctaciones, mientras que la siguiente alcanzaron el 9%. En la semana del 30 de agosto al 5 de septiembre siguieron creciendo hasta el 11%. "Cuando empezamos la temporada tras el fin del estado de alarma, los británicos habían desaparecido completamente", recuerda Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera.

Ahora, los hoteleros miran con esperanza la próxima revisión del sistema de semáforos que tiene previsto acometer el gobierno de Boris Jonhson. La clave estaría en que el Ejecutivo de Reino Unido suprima la necesidad de que los viajeros realicen pruebas PCR a su vuelta.

Los medios británicos dan por hecho que el denominado semáforo que establece tres categorías para los destinos –verde, ámbar y rojo- podría desaparecer a partir del próximo mes de octubre. Si el Gobierno de Reino Unido aprueba suprimirlo, los turistas británicos estarían exentos de realizarse las pruebas cuando regresen de sus vacaciones desde los destinos que figuran en las listas verde y ámbar.

Primer invierno de la recuperación

En condiciones normales, la presencia de extranjeros supone un 50% de las pernoctaciones en la ciudad durante la temporada de otoño-invierno. Un porcentaje que crece de manera muy importante en lo que respecta al segmento de los apartamentos turísticos, los campings o las segundas residencias.

Así que, si el Gobierno británico termina suavizando las medidas que impone actualmente para sus nacionales, los hoteleros de Benidorm ven posible tener un nivel de afluencia aceptable. "Parece que hemos entrado en una fase completamente distinta de la pandemia. Y el mercado británico será lo que nos permita sobrevivir este invierno", concluye Montes.

No en vano, será el primero sin las restricciones y los cierres perimetrales que marcaron el anterior, que a finales de septiembre obligaron a cerrar gran parte de la planta hotelera hasta el mes de mayo. En el aeropuerto de Alicante, el Reino Unido vuelve a ser el principal mercado de origen de los viajeros y ha recuperado frecuencias y vuelos de cara a los próximos meses. "Todo lo que sea no dar un paso atrás, será muy positivo", argumentan desde la patronal.

De momento, los hoteles han conseguido una ocupación del 71,2% entre el 6 y el 12 de septiembre, lo que supone superar las expectativas que tenían para esta época del año. Además, durante el fin de semana la ocupación creció hasta el 78% con varios establecimientos rozando el lleno.

Al margen del repunte de los británicos, los nacionales se mantienen con un 69,3%. Y a continuación se sitúan mercados como el portugués (5,4%), el belga (2,8%), el holandés (2,2%) y el francés (1%).

Para esta tercera semana de septiembre y con un 86,7% de la planta hotelera abierta, calculan que la ocupación será del 64%. Sin embargo, las reservas de última hora siguen teniendo un peso importante, lo que puede hacer que esas cifras mejoren.

De lo que también siguen pendientes los hoteleros es de la adjudicación del programa de viajes del Imserso por parte del organismo que depende del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Aunque las agencias ya deberían estar vendiendo los paquetes vacacionales que tendrían que empezar en octubre, aún no se ha resuelto la adjudicación de los tres lotes en que se divide el programa. Los propios hoteleros impugnaron los pliegos al considerar que no se incluyen sus reclamaciones.