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Los abogados de las 'Big Four' y grandes bufetes escapan al control del Gobierno

El real decreto aprobado en 2019 permite a estos profesionales no tener un fichaje de horarios

Vista desde el suelo de las Cuatro Torres de Madrid

Vista desde el suelo de las Cuatro Torres de Madrid EP

Los abogados de las grandes compañías de consultoría y bufetes de abogados escapan a los controles horarios obligatorios. El Ministerio de Trabajo está llevando a cabo una investigación a las denominadas Big Four puesto que, supuestamente, los empleados no cumplen con la obligación de fichar las horas obligatorias de la jornada laboral. Y cuando lo hacen, lo hacen por encima de las horas estipuladas legalmente.

La regularización del fichaje lleva en curso desde el pasado 2019 y, tal y como adelantó El Confidencial, no están cumpliendo las consultoras. Según los sindicatos, los empleados de estas empresas trabajan hasta 80 horas semanales y que no se respeta el registro horario, mientras que el Sindicato de Inspectores de Trabajo y de Seguridad Social pide que se aplique la ley.

La normativa indica que en los registros deben aparecer horas extra no declaradas o no retribuidas e incumplimientos relativos a la jornada y a los descansos que marca la ley, que prohíbe trabajar más de 1.826 horas y 27 minutos al año.

Pero no todos los empleados han de pasar por la burocracia del control de horarios. El caso de los abogados es diferente por su “relación singular” a la hora de ejercer su trabajo. Hace 18 años se estableció un marco jurídico por el cual aquellos letrados que tenían una relación directa con sus empleados. Este pilar legal ha servido para que las grandes empresas consultoras o los bufetes más importantes de nuestro país puedan driblar el control horario que exige Trabajo.

Fuentes jurídicas explican a este periódico que el real decreto ley que aplica la relación laboral especial de los abogados que prestan servicios en despachos “excepciona la norma general” y, en consecuencia, no sería de aplicación.

“Un abogado tiene la obligación de permanecer de guardia, si se da la circunstancia, de estar operativo a cualquier hora, de ahí que el real decreto tuviera este tipo de excepciones”, señalan fuentes del sector. Otra cosa distinta son las formas. Las voces consultadas por este periódico indican que las grandes consultoras y bufetes cargan a los profesionales de trabajo sin tener que dejar constancia en ningún tipo de registro.

“Lo normal es que los empleados de este tipo de sociedades trabajen más de las ocho horas estipuladas en los contratos de trabajo”, sentencian las fuentes jurídicas. Cabe destacar, en cualquier caso, que el escape del fichaje es para todos los profesionales jurídicos por lo que los abogados de pequeñas y medianos bufetes también pueden no especificar sus horarios.

Fuga de trabajadores

En cualquier caso, la gran carga de trabajo a los que se someten los letrados que trabajan en las grandes compañías del sector y los salarios están empujando a que los abogados de profesión hayan comenzado un éxodo a despachos más pequeños.

Un estudio realizado por la International Bar Association (IBA), que recoge la opinión de más de 3.000 profesionales del sector legal, indica que más de dos tercios de los encuestados ven muy probable cambiar de lugar de trabajo en los próximos años, de los cuales cerca de un 20% valora abandonar por completo la profesión. Entre las causas, el informe señala a la mala remuneración y a los horarios como principales detonantes para la búsqueda de nuevas oportunidades.

“Es cierto que en los grandes despachos se suele cobrar más, pero la carga de trabajo es mucho mayor y la presión, también lo es”, remarcan voces de quienes conocen de primera mano el modo de trabajar en dichas sociedades.

Por otra parte, las fuentes jurídicas consultadas relatan que los perfiles que contratan las grandes consultoras “no son siempre los más brillantes académicamente”.

“Suelen ser jóvenes y con poca experiencia, y los más juniors con mejor currículum académico van a parar a los despachos más grandes de este país”, narran. Una vez que han adquirido los conocimientos y “han logrado unos salarios relativamente altos”, dan el paso al pequeño y mediano despacho.

En este sentido, José Carlos Velasco, socio director de Fuster-Fabra Abogados, cita que “a tenor de la pandemia cuando los despachos de abogados hemos tomado una nueva filosofía, o si bien, ya la teníamos, la hemos implementado con mayor conciencia”.

“Siempre planteamos dos premisas a los abogados que entran: si estás hasta altas horas trabajando un asunto, de manera recurrente, es por dos motivos: porque no entiendes el asunto y no puedes avanzar o porque entendiéndolo no tienes la capacidad para hacerlo solo. En ambos casos la solución es apoyarse en el equipo”, arguye.

Respecto a la fuga de talentos, hacia los pequeños despachos, desde Polanco & Seijas Abogados -un despacho profesional de pequeñas dimensiones especializado en Derecho penal, civil y mercantil- destacan que “una de las claves para haber alcanzado este hito temporal es haber permitido conciliar la vida laboral y personal de los Abogados que lo integran implantando unos métodos de trabajo orientados a la consecución de objetivos bien dimensionados”.

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