"Vamos a pedir cada día que se levante el estado de alarma". Esta fue la primera reacción del Gobierno regional a la declaración del estado de alarma en Madrid el pasado viernes por parte del Ejecutivo. Y no era un farol. Este martes, el alcalde, la presidenta y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid han comparecido para exigir, precisamente, el fin de la situación de excepcionalidad por la positiva evolución de la tendencia en la región.

En concreto, José Luis Martínez-Almeida ha repasado las últimas cifras aportadas por la Consejería de Sanidad, de las que ha concluido que todos los municipios actualmente confinados, salvo Parla, estarían ya por debajo de los 500 casos por cada 100.000 habitantes, uno de los tres parámetros dictados por el Ministerio de Sanidad para decretar el cierre de Madrid. Asimismo y según las cuentas del ejecutivo madrileño -que no coinciden con las del ministerio- otros 16 de los 21 distritos de la capital actualmente afectados por las restricciones también habrían bajado ya de ese límite y la incidencia acumulada en toda la comunidad estaría ya rozando los 400 casos, según las cifras de las autoridades sanitarias de la región.

Según la propia orden del Gobierno, las restricciones sólo deberían entrar en vigor en aquellos municipios de más de 100.000 habitantes en que se cumpliesen tres indicadores: además del mencionado, aquellos territorios con una positividad en PCR superior al 10% y una ocupación de UCIs superior al 35%, con la condición de que tienen que darse a la vez los tres parámetros para decretar el cierre. Precisamente por este motivo Alcalá de Henares quedó fuera de la lista de municipios confinados por el Gobierno a raíz de la publicación del estado de alarma en el BOE el pasado viernes, por lo que ahora el ejecutivo madrileño exige que se aplique ese mismo criterio para el resto de municipios y distritos que están ya por debajo del umbral de los 500 casos.

Tanto el regidor madrileño como la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, han pedido al ministro de Sanidad "normas claras" y comunes para toda España, sobre todo después de que Salvador Illa descartase esta mañana levantar el estado de alarma en Madrid hasta que la incidencia en la región bajase de los 200 casos, unas declaraciones que contradicen las reglas del juego hasta ahora estipuladas.

Sánchez quiere "aniquilar" la libertad de Madrid

La tensión entre Ayuso y Sánchez no ha dejado de escalar desde hace semanas, y tampoco parece que vaya a desaparecer en el corto plazo. Este martes, y antes de pedir al Gobierno central volver al "diálogo" sin "imposiciones" para atajar la crisis sanitaria en Madrid sin recurrir al estado de alarma, la presidenta regional ha lanzado unas duras palabras al jefe del Ejecutivo, al que ha acusado de "dinamitar el estado de derecho con la excusa del bien común", lo que a su juicio sólo tiene una salida: la "anarquía" y "la implantación de un estado autoritario".

En este punto, ha lamentado que el proyecto de Sánchez pase por querer "aniquilar" la libertad de los madrileños y "poner freno al desarrollo económico y social" de la región. A día de hoy y según lo expresado en la rueda de prensa, este es el único motivo con el que Ayuso se explica las "medidas arbitrarias" que se han aplicado en Madrid y no se aplique "la misma vara de medir" en otras comunidades autónomas. Navarra, sin ir más lejos, supera por mucho la incidencia acumulada de Madrid y está ya por encima del 10% de positividad, aunque no ocurre así con la ocupación de camas UCI, cuyo umbral se establece en el 35%.

El terremoto provocado por la ruptura entre administraciones a raíz de la declaración unilateral del estado de alarma el pasado viernes ha seguido teniendo réplicas en los días posteriores. Este martes, el Financial Times publicaba una entrevista con la presidenta regional en la que ésta advertía sobre la deriva "autoritaria" del Gobierno de Sánchez y le acusaba de querer imponer "una única manera de pensar" y destruir "el consenso entre las dos Españas".