Hace meses que el Partido Popular aparcó la búsqueda de alianzas y desplegó una 'opa' contra Ciudadanos, con la vista puesta en su bolsa de votantes. Pero la hostilidad se aceleró hace sólo unos meses, cuando la 'traición' de Arrimadas con la moción de censura de Murcia dio vía libre al PP para abrir públicamente sus puertas a "dirigentes, militantes y simpatizantes" que quisiesen retornar al proyecto de Pablo Casado. La operación fue un éxito atendiendo a las encuestas y, a día de hoy, Ciudadanos apenas supera la barrera del 4% en los sondeos a nivel nacional. Pero en el PP insisten: la 'opa' a aún no se ha completado.

Los populares no quieren dar un respiro a Inés Arrimadas, pese a que la petición de aflojar la soga es la demanda más repetida en los círculos de dirigentes que aún conservan el carné naranja. Aún en privado, Ciudadanos se lanzará a explotar su última baza política, que no es otra que la de hacer ver a sus ex votantes, a sus ex cargos políticos y también a Pablo Casado que la agresiva estrategia que ha desplegado contra Ciudadanos no hace sino empujar a parte de sus electores hacia el PSOE ya que, insisten, a los votantes de centro les "repele" cualquier acercamiento a Vox, como el que ha escenificado el propio Pablo Casado en materia ideológica.

Andalucía se entiende como la última tabla de salvación para los de Inés Arrimadas, el modelo que espera exportar a la arena nacional para evitar la absorción definitiva por parte de un PP que no quiere hacer prisioneros. Allí, de acuerdo con el último barómetro trimestral del Centro de Estudios Andaluces (Centra), Ciudadanos aún tendría posibilidades de convertirse en llave de gobierno, con lo que evitaría que Juanma Moreno tuviese a Vox como única opción para conservar la Junta cuatro años más. Así las cosas y a diferencia de lo que ocurre en la mayor parte del mapa político, la formación que en Andalucía capitaneada por Juan Marín resistiría con el 8,3% de los votos -diez puntos por debajo de lo obtenido en las pasadas autonómicas-, suficientes como para condicionar al PP.

Ciudadanos, tocado y prácticamente hundido por la absorción del PP, trabaja en la idea de que su supervivencia es la única vía de escape para que el 'centroderecha' no caiga en manos de Vox. Sin paños calientes, los de Santiago Abascal ya han advertido que no firmarán más acuerdos con el PP si se quedan fuera de los gobiernos, lo que sitúa a Pablo Casado en una posición incómoda para mantener el terreno ganado en el centro político. Los de Arrimadas, que dejaron muy atrás la aspiración de recuperar todo el músculo que perdieron desde el batacazo electoral del 10-N en favor del PP, aspiran ahora a presentar su marca como la alternativa política capaz de cerrar la puerta de las instituciones a 'extremistas', pero para ello, advierten, deben acercarse más a la barrera del 5% que se les antoja ya lejana.

Pero en el PP, según trasladan fuentes del partido, no sólo descartan dejar hueco a Ciudadanos, sino que trabajan en la absorción definitiva y se lanzan a por los cientos de miles de votos que aún apostarían por la papeleta naranja para acentuar el esquinazo a Vox, tanto a nivel nacional como en autonomías y ayuntamientos. De hecho, el plan de la dirección nacional de los populares pasa por completar la absorción del partido naranja en las próximas municipales y autonómicas, acentuando su desgaste y ahondando en su desaparición. En otras palabras: el PP priorizará el cálculo electoral al político en su pugna con los naranjas.

En esta estrategia son precisamente los ex dirigentes de Ciudadanos que actualmente ocupan algún puesto de responsabilidad en el organigrama popular los que dirigen los hilos para profundizar en la invectiva contra Inés Arrimadas, como el ex secretario de Organización de los naranjas, Fran Hervías; o el ex portavoz de Cs en las Cortes valencianas, Toni Cantó. Éste último mantiene una estrecha relación con el ex presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, hasta tal punto que fue el ex político el que facilitó el fichaje del valenciano por el PP. El acercamiento a Rivera y la posibilidad de que termine sumándose a las filas populares se lo guardan en el PP como el último y decisivo estoque final al último proyecto de centro político en España.