Jorge Buxadé (Barcelona, 1975) combina su labor como jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo y eurodiputado, con la de vicepresidente primero de Acción Política del partido que lidera Santiago Abascal. Como abogado del Estado, destaca en su trayectoria haber sido el encargado de recurrir la celebración de la primera consulta independentista en Cataluña durante el último gobierno del PSOE de Zapatero. Algo de lo que presume.

Con la profesionalización de Vox tras las últimas generales y dentro del partido desde 2015, Abascal designó a Buxadé como número 'dos' y lo fijó al mando de la estrategia política. Un cometido que pasa también por él en Europa, donde es enlace con el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). Un ente que preside la primera ministra italiana Giorgia Meloni, referente para Buxadé y los de Abascal en cuestiones como la política migratoria y el reforzamiento de las fronteras nacionales.

En la recta final de la campaña, y combinando la presencia en mítines y el trabajo en la Eurocámara, Buxadé conversa con El Independiente por teléfono para esbozar su visión sobre el clima electoral y las relaciones con el PP. Lo hace de regreso de Menorca, de un encuentro con simpatizantes y representantes del sector primario.

PREGUNTA. ¿El éxito en las negociaciones de Extremadura por la cesión del PP ha hecho que implementen su dureza y las exigencias en Murcia?

RESPUESTA. No hay ninguna cesión del PP en Extremadura. Hay dos partidos que responden a un resultado electoral que puso de manifiesto la necesidad de un cambio de políticas. Ocurre lo mismo en Murcia, donde una mayoría apuesta por un gobierno de coalición de PP y Vox. En Extremadura eso se ha entendido, pero en Murcia se rechaza. Tras las últimas elecciones llegamos a un acuerdo de investidura que el PP no cumplió, y ahora necesitamos mecanismos para garantizarlo. Es donde estamos y lo que nos han pedido nuestros votantes.

P.- Génova les acusa de anteponer los sillones a esas políticas, pero ustedes le reprochan bloquear por electoralismo. ¿Será más fácil llegar a un acuerdo en Murcia después de las generales?

R.- Evidentemente no se entiende que en Baleares, en la Comunidad Valenciana, en Extremadura y en capitales de provincia muy importantes se haya llegado a acuerdos y en Murcia no. Parece que el PP no quería llegar al debate con Sánchez, al que no quisieron que fuese Abascal, con un acuerdo reciente con Vox en Murcia. Tienen tiempo para recapacitar y para ver que sería una oportunidad perdida no conformar un gobierno con un programa amplio para seguir mejorando la economía de Murcia, muy atacada por el Gobierno y por la Agenda 2030.

P.- Si no se acepta su entrada en el Gobierno regional con una vicepresidencia y dos consejerías, y condiciones como la derogación de la ley del Mar Menor, ¿están dispuestos a ir a una repetición electoral?

R.- Esa pregunta habría que hacérsela al señor López Miras, quien tiene la responsabilidad de conformar el gobierno. Aunque no formo parte de la mesa de negociación, Vox no tiene por qué cambiar su criterio. No podemos permitirnos el lujo de ir a una campaña electoral diciendo unas cosas y luego hacer otras como históricamente han hecho PSOE y PP. Vox no es así, y por tanto, lo que dijimos será lo que hagamos. Como ha dicho nuestro presidente Abascal, vamos sin ninguna línea roja más que la verdad.

Respecto a la exigencia con el Mar Menor, es algo de sentido común. No es admisible una norma que tiene por finalidad proteger un ecosistema perjudicando a un sector como es la agricultura y la ganadería. El motor de la prosperidad de Murcia y que arrastra tras de sí numerosos puestos de trabajado. Es algo que quieren todos los murcianos, no solo los que votaron a Vox. También los que votaron al PP.

La derogación de la ley del Mar Menor es algo de sentido común. También lo quieren los que votaron al PP"

P.- ¿Mantendrán esa posición incluso si Vox pierde representación tras las generales como apuntan las encuestas?

R.- Es que creo que hay que empezar a cambiar la forma de hacer política. Es que las convicciones profundas y de que hay una serie de políticas buenas para Murcia y el conjunto de España no pueden cambiar en función de un resultado electoral. Las encuestas no me las puedo creer, porque en diez días tenemos unas que dan 25 escaños y otras de 48. Al igual que tenemos experiencia de que el PP no cumple sus pactos en Murcia, Andalucía o en Madrid, también la tenemos con los sondeos, que no dicen la verdad. Dos meses antes de las últimas generales nos daban menos de 24 diputados, y sacamos 52.

P.- El PP confía en esa bajada de Vox apelando al voto útil como hizo Moreno Bonilla en Andalucía. De hecho la campaña electoral está adquiriendo algunos tintes similares.

R.- El PP no está apelando al voto útil. Lo que está haciendo Feijóo es ofrecer un pacto de investidura al PSOE como hizo Rajoy en 2016 a Sánchez. Lo que decimos es que Feijóo está un poco despistado. Los españoles votaron por la alternativa el 28-M, y lo que hay que hacer es consolidarla a nivel nacional. Es un despiste de Feijóo que supongo que será porque sus gurús y la gente que le rodea le recomienda eso. Él sabrá, pero el voto útil para los españoles es que Vox tenga el mejor resultado posible.

P.- Frente a la justificación de "desconfianza" para entrar en el gobierno de Murcia, Feijóo aún no les ha dado un motivo similar. De lograrse una amplia mayoría simple de 150-160 escaños, ¿se plantearían una abstención a cambio de un pacto programático?

Lo primero que hay que hacer es ganar las elecciones. El PP da el pescado ya por vendido. Está repartiéndose ministerios, la piel del oso antes de cazarlo. Y nosotros tenemos la firme convicción de que de aquí al 23-J hay que trabajar muchísimo e ir explicando por toda España nuestra alternativa frente a las políticas de la izquierda. Y luego ya veremos lo que se tiene que hacer a partir del 24 de julio. Pero ya hemos dicho: por respeto a nuestros votantes y a nuestras convicciones, los votos de Vox no se van a regalar en ningún caso. Los vamos a hacer valer.

Feijóo está despistado, será porque sus gurús y la gente que le rodea le recomienda no atender a la alternativa votada el 28-M"

P.- ¿Señalar que una nueva mayoría del PP puede dejar al margen los valores "como hizo Rajoy" en favor de la gestión económica no es una forma de justificar su entrada sí o sí en un gobierno de coalición?

R.- No nos comportamos así. Esa es la forma de los viejos partidos. Rajoy no bajó aquellos impuestos de decía que había subido temporalmente. No derogó la ley de Memoria Histórica o la injusta normativa respecto de la violencia de género. No revisó ninguna acción en favor de la prosperidad de las clases medias y firmó la Agenda 2030. Esta es la realidad. No es ningún voto útil. Tenemos un programa económico que propone la bajada radical del IRPF o de las cotizaciones para los trabajadores. Pero por supuesto también hablamos de recuperar la libertad y acabar con el adoctrinamiento en las escuelas, y exigir el derecho de poder ser educado en castellano. Nos tendremos que poner [con el PP] de la mano para configurar la alternativa.

P.- De llegar Vox al Gobierno, ¿apostaría por técnicos para los ministerios, o por la primera fila del partido?

R.- De darse la situación ya veremos quien propone Vox. De aquí al 23-J hay que ilusionar y reclamar a los españoles que vayan a votar a Vox.

P.- No va en las listas de las generales, pero, ¿se ve de ministro?

R.- Yo me sigo viendo como padre de familia numerosa, y en el caso político, me sigo viendo como miembro de Vox en el Parlamento Europeo hasta junio de 2024, cuando serán las elecciones.

El vicepresidente primero y de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, en una rueda de prensa en la sede nacional de Vox. EP

P.- Precisamente las nuevas listas han vuelto a agitar la idea de que en Vox conviven dos tendencias ideológicas, una liberal y otra conservadora que empieza a imponerse y que representaría usted. ¿Qué opinión tiene al respecto?

R.- Voy a ser muy sincero. La mayoría de medios que han hecho crónicas en esa línea son los mismos que al inicio de esos textos decían que iba a ir en las listas por Barcelona. Todo es un engaño, incierto. Del inicio al final. Vox es un partido patriota, del sentido común y centrado en la defensa de las clases populares y medias, y de la igualdad de los españoles. Ese es el partido. El día de después de que se cerraran las listas de Vox, aún se insistía en que iba a ir al Congreso. Esos medios carecen de toda credibilidad y los españoles lo saben.

P.- ¿Seguirá Espinosa de los Monteros como portavoz en el Congreso o se plantean cambios en la primera línea del grupo?

R.- No tengo ni idea.

En Vox no conviven dos corrientes ideológicas. Es todo un engaño, del inicio hasta el final y los españoles lo saben"

P.- ¿En qué situación están las negociaciones en Aragón?

R.- Con el PP en la primera parte de la negociación iba todo muy bien. Por tanto, una vez constituidas las Cortes y la Mesa [con la presidencia de Marta Fernández, de Vox] decidimos, porque hay tiempo suficiente, darnos un tiempo para terminar este proceso electoral de generales y continuar el diálogo. Estamos con la mano tendida para cambiar las políticas de [Javier] Lambán radicalmente. Aragón es una de las regiones traicionadas por el bipartidismo y requiere de un cambio en las políticas públicas.

P.- ¿Es la derogación de la ley de violencia una línea roja para un pacto nacional con el PP?

R.- No tenemos ninguna línea roja más que la verdad. Para nosotros la lucha contra la violencia ejercida contra las mujeres es una prioridad, pero a través de las doce medidas que publicamos justo al inicio de la campaña. Como la subida de las penas a los violadores y autores de agresiones sexuales, la protección de la mujer frente al borrado que pretenden las leyes de género y Trans, la garantía de la condición de mujer y madre, y la protección en todos los ámbitos. Eso es lo que nosotros queremos lograr alejados de todo adoctrinamiento ideológico, del gasto en propaganda y de chiringuitos. Eso no protege y queremos dejar de hacer política partidista con las mujeres, su libertad y su seguridad.

Sánchez ha repetido el mantra de que la violencia en Cataluña está en mínimos y en el PP algunos lo copian o se lo han creído. Es mentira, la violencia está en las calles y se ejerce"

P.- ¿Cómo serán las relaciones de España con Marruecos y el Sáhara con Vox en Moncloa?

R.- Si Vox tiene una mayoría absoluta no dude de que nuestras relaciones con Marruecos, con Argelia, con Mauritania, con Túnez, con Libia o con Egipto, con todos los países del Norte de África, se restablecerían con normalidad. Exigiríamos el respeto a la soberanía nacional, a nuestra integridad territorial y a la condición del Estado. Y en muy poco tiempo eso se restablecería. El problema es que tenemos y hemos tenido un Gobierno débil, sometido a los intereses foráneos. Pero se lo puedo asegurar con toda tranquilidad. Es lo que Meloni está haciendo en el Gobierno de Italia, reforzando sus relaciones con todos esos países como nosotros haríamos y luchando a la vez contra la inmigración ilegal y las mafias.

P.- Un gobierno de la derecha movilizará al independentismo, lo ha reconocido el propio Abascal. Como catalán, ¿qué solución ve más adecuada para garantizar la convivencia?

R.- Sánchez y la izquierda han repetido un mantra que yo creo que en el PP algunos copian o que se han creído: que la violencia en Cataluña está ahora en mínimos. Es mentira. El domingo estuve en el mitin de Vox de Badalona con Ignacio Garriga. Los fascistas ejercieron la violencia contra nuestro acto, cometiendo un delito como es una manifestación ilegal en un acto electoral de campaña. La violencia sigue en las calles, en las carpas de Vox. Se sigue ejerciendo contra los niños y los padres en los colegios, contra los universitarios que quieren ser educados en español. Contra los autónomos que quieren rotular sus negocios en castellano y que no pueden, y son sancionados por las leyes injustas del separatismo. Se ejerce violencia desde TV3 y el resto de la Corporación. Contra Garriga en el Parlament, al que se le quita el micrófono en contra de su libertad política. Es una anomalía lo que sucede en Cataluña y a nosotros no nos va a temblar jamás el pulso para aplicar la ley y exigir la igualdad de todos los españoles en cualquier lugar del territorio nacional.

P.- ¿Confían en que el voto por correo tiene todas las garantías democráticas?

R.- Vox fue el primer partido en denunciar la compra de votos en Melilla. Lo hice yo personalmente. Ahora lo que tenemos es el conocimiento de quejas de organizaciones sindicales en Correos y de que no se han dotado de medios suficientes de personal para desarrollar las funciones que exige la administración electoral. En Vox estamos muy preocupados de que por razones logísticas o de otro tipo se vulnere el derecho a la participación política de miles de españoles que han solicitado ese voto. Estamos muy atentos y seguimos denunciando todas las irregularidades en la Junta Electoral Central. Lo hemos hecho en Barcelona ante la falta de la papeleta de Vox.

P.- Salvando las distancias entre el PSOE y Vox, ¿a su juicio hay algo bueno que haya dejado Sánchez en estos cinco años de gestión?

R.- No, nada.