El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sido elegido por el jefe del Estado, Felipe VI, para intentar conseguir su designación en un debate de investidura cuya fecha, se aventura, será uno de los principales choques entre populares y la socialista Francina Armengol. Al cierre de la ronda de consultas, la presidenta del Congreso de los Diputados, se reunió en el Palacio de la Zarzuela con el monarca, quien apuntó al gallego siguiendo, tal y como han expresado fuentes de la Casa Real, la tradición de apostar por el partido más votado. La disposición de Feijóo ha sido esencial para ello.

Pero la clave para poder presentarse como aspirante pleno ha estado en el amarre de los votos de Vox antes de la citación con el Rey. Hasta la tarde del martes, el apoyo de los de Santiago Abascal quedaba en el aire bajo petición de contacto al PP y compromiso y respeto con las siglas y sus votantes. El tono de Abascal en su comparecencia exprés, sin preguntas y dilatada desde su convocatoria hasta su ejecución, apuntaba, no obstante, a una ampliación de los tiempos para conversar con los populares; suprimiéndose la vía del ultimátum empleada un día antes. Pero, según pudo confirmar el propio Feijóo, todo había quedado atado antes del encuentro entre Abascal y Felipe VI. La exposición de Abascal, por tanto, ha estado más enfocada a su electorado que a Génova.

"Hablé con Abascal" y "hemos aclarado mal entendidos y discrepancias", dijo Feijóo, que aseguró tener su discurso esbozado en la cámara baja preparado desde por la mañana del martes. Lo que lleva a una conversación a primera hora de la jornada, o posterior a las declaraciones del secretario general Ignacio Garriga el lunes, generando dudas en la mayoría definitiva con la que el PP podría acudir a la audiencia con Felipe VI. Sin concretar cómo se han solucionado las diferencias con Vox, Feijóo sí ha reivindicado un éxito: su independencia de gestión en Moncloa de conseguir la complicada investidura. "Agradezco su apoyo sin condiciones". Un agradecimiento más amplio a Abascal que a Coalición Canaria o la UPN por su "proporción de representación". Ese pacto a cuatro ha permitido superar con 172 respaldos los que por ahora tiene Pedro Sánchez: 158 'síes'.

La imagen que dejan desde Bambú los de Abascal, en cambio, es la de asimilación de Feijóo y los suyos. El propio líder ultraconservador así lo determinaba en respuesta a las declaraciones de Vox en sus redes sociales. "Celebro que el señor Feijóo haya atendido a las justas peticiones de Vox. Espero que, a partir de ahora, los enemigos de los acuerdos de gobierno entre PP y Vox se abstengan de volver a poner en peligro la construcción de la alternativa", ha reflexionado Abascal, que ha continuado.

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa, en el Congreso de los Diputados

"Se abre, por tanto, una nueva etapa de colaboración entre dos formaciones muy diferentes, pero capaces de respetarse y ponerse de acuerdo cuando es necesario". Esas "justas peticiones" eran cuatro: no contribuir al "cordón sanitario" contra Vox, respetar al electorado del partido, reivindicar los pactos locales y autonómicos alcanzados, y "recuperar la neutralidad de las instituciones".

Abascal ve abierta una nueva etapa de colaboración entre PP y Vox, dos formaciones capaces de respetarse. Pero Murcia sigue siendo el principal foco de bloqueo mutuo"

Enterrada, por el momento, cualquier pulsión de enfrentamiento a nivel nacional, para ejemplificar, al menos, fortaleza de bloque alternativo, el único foco de inmovilidad que queda es el murciano. Allí el presidente en funciones y candidato del PP a la reelección, Fernando López Miras, buscará retomar los contactos con José Ángel Antelo en los próximos días, pero la demanda de entrar en el nuevo Ejecutivo sigue siendo una línea roja para el popular. Se exigen dos consejerías y la vicepresidencia.

Inicio de la ronda de contactos en el Congreso

Como ha adelantado el propio Feijóo desde las Cortes -antes de hacerse pública su designación-, el próximo lunes, ya con el cómputo de grupos que compondrán el nuevo hemiciclo cerrado, el PP iniciará la ronda de contactos parlamentaria con el resto de grupos ajenos a los pactos ya alcanzados. Un ciclo de diálogos de cara a un proceso de investidura que no se dará hasta bien la última semana de septiembre o bien ya en octubre -para evitar que una repetición electoral coincida con las vacaciones de Navidad-. Feijóo ya ha trasladado que no desea que la fecha sea muy próxima, dado el objetivo de conseguir los cuatro votos que le faltan para superar una mayoría de oposición ahora constituida en 178 votos.

El PNV es el principal objetivo de Feijóo, pero Ortuzar ya le ha cerrado la puerta hasta en cinco ocasiones. Han empezado a negociar con el PSOE"

En esa agenda prevista de contactos, difícilmente podrán materializarse, por el abismo ideológico que los separa, encuentros con el BNG, ERC, EH Bildu. Sí con Sumar. Vetado está el PP para el PSOE y el PNV. Los jeltzales se han negado a hablar hasta en cinco ocasiones -la última este martes mismo- y ya han iniciado esa tarea con los de Sánchez. El próximo año hay elecciones vascas, y cualquier acercamiento, por indirecto que sea, a un PP aliado de Vox, puede terminar de dar la puntilla a los de Andoni Ortuzar, perjudicados ya por el ascenso de los de Arnaldo Otegi.

Con todo, el PP sigue intentando dar en la 'tecla vasca' que haga cambiar de padecer al grupo que lidera Aitor Esteban en la cámara. Si bien el rechazo es patente, la fijación de Feijóo es clara. El primer intento de atraer el respaldo del PNV ha sido el veto a Vox en la Mesa del Congreso, un gesto que ha desatado ese ya sofocado rifirrafe entre socios de la derecha. Ahora el gallego repite un mantra: su gobierno será en solitario. "Solo nos hace falta cuatro votos", sostuvo ayer, de los que el PNV tiene cinco. Pero desde Bilbao que partidos como Vox, que piden suprimir partidos con concepciones de forma del Estado alternativas a las de Bambú, no es compatible con su proyecto.

Ante una investidura que, de no cambiar nada, fracasaría, el PSOE ya empieza a determinar los pasos a seguir: negociaciones calmadas una vez se inicie la cuenta atrás de dos meses hasta convocatoria de elecciones, y solo presentarse en el caso de tener asegurada la reelección.