Nuevo paso de presión a Génova y a sus 'sucursales' territoriales, en plena escalada de confrontación. Vox quiere dar continuidad a la estrategia puesta a punto en la ciudad de Valencia, que ha resultado victoriosa. Tras semanas de presión al PP local, de la alcaldesa María José Catalá, el grupo municipal de los de Santiago Abascal han conseguido entrar dentro del equipo de Gobierno dando un giro a un consistorio de dominio solitario en minoría del PP, con trece de los diecisiete votos necesarios, y convirtiéndolo en uno de coalición con mayoría absoluta.

El objeto para forzar ha sido la dependencia de Vox para aprobar los nuevos presupuestos del próximo año. Algo no novedoso en el partido de Abascal, que ya utilizó esta baza para presionar a Isabel Díaz Ayuso en Madrid o anteriormente a Juanma Moreno en Andalucía. Ambas situaciones llevaron a un adelanto electoral, al borde del término de la legislatura -una en 2022 y otra en 2023-, que ahora no se va a producir por la reciente apertura de urnas -tiene que pasar al menos un año desde la investidura-. En junio, tras ellas, la idea del PP era aplicar un modelo común en la Comunidad Valenciana, excepto en Elche o la propia autonomía, de gobiernos en solitario con pactos puntuales con los ultraconservadores. Algo que no ha tenido más recorrido que en los ya superados cuatro meses desde la toma de posesión de Catalá. Común para todos los alcaldes nacionales: el 17 de junio.

El candidato de Vox a las municipales de mayo, el hasta ahora concejal Juanma Badenas, ha pasado a ser segundo teniente de alcalde y coordinará Empleo y Formación. Por su parte, el concejal José Gosálvez llevará Mayores, Sanidad y Consumo; mientras que las concejalas Cecilia Herrero y Mónica Gil se ocuparán de Agricultura, y de Playas, Juventud, Infancia, Fiestas y Tradiciones, respectivamente. Las Fallas seguirán siendo gestionadas por los populares, pese a todo. Tras aceptar esos cambios Catalá, Vox dio su visto bueno a las ordenanzas fiscales, poniendo en marcha un proceso que desde el PP valenciano consideran muy avanzado. Ante el éxito, Vox busca dar más pasos, ya que saben que sienta un precedente.

En el punto de mira se sitúan varias capitales, como Sevilla, Huelva y las aragonesas de Zaragoza y Huesca. En la comunidad, en agosto, el PP de Jorge Azcón cedió a las demandas de Alejandro Nolasco y su grupo, incorporándolo en dos de los diez sillones que componen el Consejo de Gobierno junto al presidente. Y se quiere seguir ese camino. Nolasco, además de la vicepresidencia, gestiona el Desarrollo Territorial y la Despoblación, mientras que Ángel Samper lleva Agricultura, Ganadería y Alimentación.

Vox apunta a que en las próximas semanas puede haber noticias sobre nuevas incorporaciones a gobiernos del PP"

De hecho, en conversaciones con El Independiente, fuentes nacionales de Vox no descartan la posibilidad de entrar en nuevos gobiernos del PP en ayuntamientos: "Sí se podría entrar en nuevos ayuntamientos. Podría haber noticias en las próximas semanas". Una disposición que no gusta entre los populares, pero que se da en pleno proceso de negociación con ellos de los techos de gasto en todos los puntos geográficos donde el partido tiene influencia a escala local y regional.

La posición pública del partido la fijó en la última comparecencia desde Bambú el secretario general, Ignacio Garriga. Tras la reunión del Comité de Acción Política, el parlamentario catalán afirmó que Vox tiene "la mano tendida para cambiar las cosas de verdad, para poner los principios por delante de los puestos de gobierno" en ese contexto "en el que se van a negociar las nuevas cuentas". "Estamos hablando con el PP en muchos rincones para conformar esas alternativas", afirmó sin extenderse el encargado de la gestión territorial de las siglas.

Vox pone la lupa en Huesca, Zaragoza y Sevilla

La mencionada Huesca era -y sigue siendo- uno de los puntos de tensión más recientes con el PP. Vox amenazaba con tirar abajo las ordenanzas de impuestos y tasas previstos para el próximo año. Una hora antes del pleno del lunes así se posicionó, dado que quería votar en conjunto todo el presupuesto. Pero finalmente votó a favor y cedió, arrancando el enfado entre las filas populares. Entre medias, Vox, como en Baleares, ha prescindido de su portavoz Antonio Laborda, que será sustituido por José Luis Rubio. Allí se desvincula este bloqueo con el interés de entrar en el Ejecutivo, pese a todo. Pero es algo que no se descarta. Por ambas partes. "Se hablará en las próximas fechas", sostuvo tras el pleno Rubio. El PP no se cierra a esa posibilidad, pero la condiciona a dos condiciones: que la estructura autonómica lo apoye y que Vox sea claro con sus objetivos y peticiones, algo que ahora no ven.

Sobre ello se ha posicionado, durante un acto de agenda en un comercio local, Natalia Chueca, la alcaldesa zaragozana, quien también podría estar en la tesitura de ceder espacio a Vox en las próximas semanas. Por el momento, considera que la situación de Huesca "no es lo óptimo", y desea que esto no se replique a la capital maña durante la negociación de las cuentas, ya en proceso. Entiende que no es lo que desean los votantes de Vox, porque beneficia a la izquierda. Chueca cree que el modelo actual de alianza es el idóneo. "Vox ha querido entrar en el gobierno y en todo momento les he planteado que su apoyo es importante, pero no indispensable. Les pediría que estuviesen en la posición en la que están".

La alcaldesa de Zaragoza considera importante a Vox para su legislatura, pero no imprescindible. Le pide mantener su posición para no beneficiar a PSOE y Podemos"

Pero sin duda, uno de los puntos calientes donde se apunta que podría darse una nueva coalición es Sevilla. Se han dado varias circunstancias que apuntan a ello a lo largo de la última semana, como una bajada de tono significativa entre las dos formaciones del bloque de la derecha. El PP de José Luis Sanz necesita a Vox, y entrar en otra capital como la valenciana, más tratándose de un ex feudo socialista, sería un importante paso para los de Abascal. La escenificación de ese cambio dialéctico sucedió el jueves pasado, en el último pleno local. Previamente, la tensión con los populares venía siendo notable, que amenazaban con tumbar las cuentas, prorrogándose así las anteriores del PSOE de Antonio Muñoz. El PP, pese a todo, no ha hecho ningún amago público o privado de que vaya a producirse una coalición.

Uno de los puntos materiales con los que el PP busca el voto afirmativo de Vox a los presupuestos, en todo caso, es con la supresión de los cuadernillos didácticos sobre educación afectivo-sexual que profundizan en la igualdad, la responsabilidad y la autoestima. Es una oferta optativa en el programa educativo de la localidad para aquellos centros o clases que lo solicitan. Desde la campaña electoral, no obstante, Vox lo tiene en su punto de mira. Macarena Olona, en 2022 situada como candidata a la Junta de Andalucía, mencionó en un debate electoral que esos cuadernillos enseñaban a los jóvenes a masturbarse. Sanz garantiza limitar la actuación en educación en el arreglo de desperfectos en los centros.

Baleares, descartado por el momento

La tendencia de presión de Vox en lo que a los presupuestos del PP, en minoría se refiere, coincide en un momento de aparente crisis a dos bandas en Baleares: con el PP de Marga Prohens e internamente entre el grupo parlamentario autonómico y los responsables nacionales en la sede de Bambú, en Madrid. Fuentes del partido descartan por el momento que el bloqueo se esté dando por el deseo de entrar al Ejecutivo; el único del PP que Vox sostiene desde fuera frente a los de la Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, Murcia o Castilla y León, que actuó como proyecto piloto. Sí desean que los populares asuman "lo pactado" en junio y apoyen la propuesta para "garantizar la libre elección de lengua" en la educación hasta los doce años. "Aprobar el techo de gasto no estaba en el acuerdo, eso sí", responden. El PP no se niega a ello, pero considera más apropiado el límite de ocho años, como ya había abordado con los ultraconservadores.

Ante las tensiones mencionadas, desmentidas por la cúpula de Vox, Prohens invita a solventar los problemas y sigue tendiendo la mano confiando en que se llegará a un acuerdo. Pero por el momento, lejos de sofocar, Vox ha puesto en tela de juicio el compromiso del conseller de Educación, Antoni Vera, con ese plan para la libertad de lengua.