"La crisis de gobierno ya les anuncio que será este viernes y que conocerán a los protagonistas el próximo viernes". Fue solo eso lo que se permitió avanzar el presidente del Gobierno. Pero era suficiente para levantar las expectativas respecto al inminente relevo de Nadia Calviño al frente de la Vicepresidencia Primera del Ejecutivo y del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. Se intuía que su sustitución estaba ya al caer porque ella toma posesión de su cargo como nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) el próximo lunes, 1 de enero de 2024, y por tanto tenía que abandonar el Gabinete de coalición antes, dado que ambos puestos son incompatibles. Pero hasta ahora se esperaba un mero reajuste. Sin embargo, Pedro Sánchez empleó la expresión "crisis de gobierno", la que se utiliza para remodelaciones ministeriales de mayor envergadura, y habló de "los protagonistas" de los cambios. En plural. No precisó más, y tampoco en su equipo quisieron avanzar si era una mera forma de contar un pequeño retoque y un probable corrimiento de las vicepresidencias o bien si el presidente tiene en la cabeza una operación mayor.

Fue uno de los titulares de carácter más políticos que el jefe del Ejecutivo sembró este miércoles en su última rueda de prensa del año, la posterior al Consejo de Ministros con el que se cierra 2023, la reunión del Gabinete que aprobó la prórroga parcial de las medidas anticrisis, un paquete que incluye la gratuidad para usuarios frecuentes de Cercanías, Rodalies, media distancia y líneas estatales de autobús, el descuento del 30% de la tarifa de los billetes urbanos e interurbanos —siempre que las CCAA aporten al menos otro 20% para llegar al 50%—, la subida gradual de los impuestos de la factura de la luz o el mantenimiento hasta junio del IVA del 0% para alimentos básicos y del 5% para pastas y aceites. Queda fuera del real decreto ley, por cierto, su promesa de investidura de que el 1 de enero el transporte público fuera gratuito para menores, jóvenes y desempleados.

El proceso de relevo será muy rápido, porque el mismo viernes se publicará la designación en el BOE, y por la tarde será la promesa ante el Rey y el intercambio de carteras

Sánchez citó muy de pasada la ley de amnistía, a preguntas de la prensa, y no se refirió a sus pactos con los independentistas. Su balance fue fundamentalmente económico, y en clave muy positiva, triunfalista: "La economía española ha desmentido a todos los profetas del caos, mostrando solidez y fortaleza, a pesar de la incertidumbre que estamos viviendo en todo el contexto internacional". "Queda mucho por hacer", reconoció, "pero que nadie lo dude: estamos en la senda correcta y el compromiso del Gobierno de España va a ser el volcar todos los recursos económicos para seguir protegiendo a la mayoría social de nuestros conciudadanos. En cinco años de Gobierno progresista, frente a cada profecía catastrofista se ha impuesto un dato positivo. La España de hoy es una España mejor que la que encontramos cuando llegamos al Gobierno. Con más empleo y con más derechos que hace cinco años. Y tenemos un Gobierno limpio, sin tacha de corrupción".

Estaba claro que el relevo de Calviño no se iba a anunciar este 27 de diciembre, para proporcionar un mayor foco al reajuste ministerial, pero el presidente sorprendió al hablar de "crisis de gobierno" y de "protagonistas" de la misma, sin entrar a más detalles. En todas estas semanas en las que se le ha preguntado, con micrófonos o sin ellos, Sánchez ha rehusado precisar si el sustituto de Calviño ya está sentado en el Gobierno o bien se incorpora desde fuera. Pero es posible que la elección desencadene en cualquier caso un reajuste de las vicepresidencias, de tal modo que, por ejemplo, la titular de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, salte de la vicepresidencia cuarta a la primera, sumando ambos cargos al de número dos del PSOE. También podría ascender en el escalafón la vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera. En el fondo, no hay más que quinielas. Ninguna confirmación.

En cualquier caso, el proceso de relevo será muy rápido. El presidente, que partió en la tarde del miércoles hacia Irak y pasará allí toda la jornada del jueves, comparecerá el viernes a primera hora, en una declaración institucional sin preguntas, para anunciar los cambios. Después, se publicará el cese de Calviño y el nombramiento de su sustituto en el BOE, en una edición extraordinaria, el mismo viernes 29, y ya por la tarde llegará la promesa del nuevo ministro ante el Rey y el intercambio de carteras. Todo se culminará en apenas unas horas el antepenúltimo día de 2023.

Si el PP considera necesario que interceda la Comisión [para la renovación del CGPJ], nosotros encantados"

Además del reemplazo de Calviño, Sánchez fue preguntado por los periodistas por otras cuestiones como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para la que ahora se echará mano de la mediación europea a petición del PP. El presidente insistió en que es "imperativo" elegir a un nuevo órgano de gobierno de los jueces "el año que viene". "En ese sentido, si el PP considera que es necesario que interceda y medie también la Comisión Europea, nosotros encantados", señaló, mostrando la satisfacción que su Ejecutivo ya había deslizado el pasado viernes, tras la reunión con Alberto Núñez Feijóo.

Tanto Reynders como Jourová

El Gobierno cree que hay dos "buenos comisarios" que pueden desempeñar esa labor de verificación: el de Justicia, Didier Reynders, el preferido por el PP, y la responsable de Valores y Transparencia y vicepresidenta comunitaria, Věra Jourová, porque ambos "conocen" la situación de "bloqueo" del CGPJ. El Ejecutivo, dijo, no va a perder "ninguna ocasión" ni "oportunidad" para "trasladar la gravedad de la situación" de un Poder Judicial que acumula diez años de mandato, los últimos cinco en funciones.

El presidente rechaza la propuesta de Aragonès de negociar un referéndum: "Nada nuevo bajo el sol". Y sobre la financiación "singular": "Hablaremos con Cataluña y con todas las CCAA" sobre el nuevo modelo de financiación

"Si mil veces dice el PP que no, mil y una veces nosotros tenderemos la mano al Partido Popular", recalcó Sánchez, quien recordó que ya llegó a tres acuerdos con la oposición en este asunto —dos con Pablo Casado, y otro con su sucesor en Génova, Alberto Núñez Feijóo, este en octubre de 2022—, y los tres fueron "rotos unilateralmente" por el PP. Remarcó que no es "aceptable" que un poder del Estado viva una "verdadera crisis institucional derivada de un bloqueo". Ahora mismo, su "absoluta voluntad" y la de su equipo es la de alcanzar un acuerdo. No precisó si está dispuesto a que se cambie la ley para que los jueces elijan a los vocales de extracción judicial, como exige el PP y como también reclama la Comisión Europea, aunque Bruselas siempre ha insistido en que lo urgente es renovar el CGPJ.

Anoche, en su discurso navideño, el president Pere Aragonès, reclamó una financiación "singular" para Cataluña. Sánchez recordó que el actual modelo se aprobó en 2009 y lleva caducado desde 2014, y por lo tanto "toca reformarlo y actualizarlo". "Hablaremos con Cataluña y con todas y cada una de las comunidades autónomas", apuntó, señalando que no habrá por tanto un concierto económico similar al que opera en Navarra y Euskadi. En los "próximos meses" Hacienda trabajará en esta línea. En ese punto aprovechó para afear a Feijóo que en su reunión del pasado viernes no quisiera debatir con el Gobierno sobre la reforma del sistema de financiación autonómica.

También el president marcó 2024 como el año en que se inicie "la segunda fase del proceso de negociación con el Estado" para que Cataluña pueda celebrar un referéndum de independencia. "Las propuestas del independentismo las conocemos. Nada nuevo bajo el sol [...]. Tenemos que abrir una nueva fase de diálogo y normalización de la situación política en Cataluña, que pasa por las medidas legislativas, como la ley de amnistía, y también encontrar un punto de encuentro entre aquellas propuestas maximalistas del independentismo", respondió.

Hay gente que insulta y gente que somos insultados, gente que asedia sedes y gente que somos asediados", subraya Sánchez, para demostrar la "polarización asimétrica"

A Sánchez se le preguntó asimismo por el nivel de tensión ambiental, por la enorme crispación que quedó reflejada el pasado viernes en el Ayuntamiento de Madrid cuando el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, agredió al concejal de Más Madrid Eduardo Fernández Rubiño, al encararse con él y lanzarle unos folios que hicieron que volara una botella de plástico. El presidente volvió a condenar estas actitudes y recordó su tesis de la "polarización asimétrica": "Hay gente que insulta y gente que somos insultados, gente que asedia sedes y gente que somos asediados. No es aceptable".

El presidente se refirió también al "me gusta la fruta" de Isabel Díaz Ayuso, la frase con la que la jefa del Ejecutivo madrileño enmascaró el "hijo de puta" que ella masculló en su sesión de investidura. "Que se bromee diciendo 'me gusta la fruta' me parece absolutamente deleznable y demuestra el bajo nivel al que ha llegado la política, en este caso por parte de la oposición". Palabras así, insistió, exigirían una condena y una retractación de quien las pronunció. Pero a su juicio no se ha producido, y tampoco "se exige por parte de muchos de los medios de comunicación".

Sánchez reiteró su compromiso de no entrar a responder a "ninguna de las descalificaciones e insultos", de no responder "a la bronca con más bronca ni al ruido con más ruido". "Al contrario, vamos a trabajar por el bien de la ciudadanía y vamos a hacer del respeto, del respeto de la urbanidad, nuestra forma de hacer política". La derecha y la ultraderecha pretenden, siguió, "desmovilizar y crear desafección" en los ciudadanos hacia la política.

Identificado con el discurso del Rey

Coleando también estaba en el ambiente la negativa de España a ampliar la operación naval Atalanta de la UE. El presidente se remitió a las palabras del comunicado del pasado sábado del Ministerio de Defensa, por el que España mostraba su apoyo a que se cree una "nueva y específica misión" para garantizar la seguridad marítima en el mar Rojo de los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen. España, señaló, "no se opone a que se cree otra operación" en el mar Rojo, pero considera que la Atalanta, que opera en el Índico para repeler los actos de piratería, "no tiene las características, ni es la naturaleza de la operación que se exige" en la zona. "La situación es completamente distinta, el riesgo diferente y el desafío es distinto. No tienen nada que ver una con otra", sostuvo.

La 'Atalanta' "no tiene las características, ni es la naturaleza de la operación que se exige" en el mar Rojo, defiende

El líder socialista se mostró "abierto y dispuesto" a formar parte de una operación militar de la OTAN y de la UE, "pero no en el marco de la Atalanta". Recordó que España es el país de la UE que participa en más misiones de paz en el marco de la Alianza Atlántica, con más de 3.000 soldados desplegados en operaciones en todo el mundo. El compromiso de España con la OTAN y con la UE, enfatizó, es "total y absoluto", de ahí que esté dispuesta a sumarse a una misión específica para defender el tráfico comercial en el mar Rojo, pero no bajo el paraguas de Atalanta. "Si se quiere lanzar esa operación, bien estará", apostilló.

Al presidente también se le inquirió por el discurso de Nochebuena del Rey, que centró este año, monográficamente, en la defensa de la Constitución y de España, y que sirvió al PP para leer que Felipe VI advertía contra la ley de amnistía, sin mentarla. Y aunque en la dirección del PSOE sí se siente un cierto malestar por la alocución real, por lo "poco generoso" que fue el monarca y por asumir en cierta medida el marco de la derecha, Sánchez evitó expresamente toda colisión con la Corona. Manifestó primero su "absoluto respeto" al discurso navideño y subrayó que la mayoría de ciudadanos, "voten lo que voten, se tienen que ver reflejados y representados" en él. "Y yo lo que le puedo decir en nombre del PSOE es que nos vimos reflejados en su discurso", zanjó.