2021 ha sido el año del fin de la era Merkel. La canciller alemana, después de 16 años en el poder, ha marcado el rumbo en Alemania, y en Europa de tal forma que muchos no se imaginaban que habría un post Merkel. Con una oficina de nueve personas ubicada en el Parlamento federal, Merkel tendrá un papel hasta ahora desconocido, y sabremos más de ella en las memorias políticas que coordina su mano derecha, Beate Baumann. Son muchas las mujeres que darán que hablar en Europa este año recién estrenado año 2022, pero destacamos a siete que estarán en los titulares con frecuencia.

La mayor es la Reina Isabel II, encarnación viva de la Monarquía, a cuatro años de ser centenaria, y la más joven, Annalena Baerbock, recién cumplidos los 41 años, la primera mujer a cargo de la diplomacia en la primera potencia europea, Alemania. Algunas aspiran a la jefatura del Estado, como la francesa, Valérie Pécresse, cargo nunca antes ocupado por una mujer en la República de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, o la jefatura del gobierno, como la italiana Giorgia Meloni, que sería la primera en el Quirinale, o la húngara Katalin Novak, que aspira a la Presidencia. Nunca hubo antes una mujer en el puesto. Tanto Liz Truss, ministra británica de Exteriores, como la maltesa Roberta Metsola, candidata a presidir el Parlamento Europeo, tienen antecesoras, aunque sean pocas. Todas ellas son mujeres con poder, con gran personalidad y mucho que decir.

Isabel II, reina durante 70 años

La Reina Isabel II celebra el 6 de febrero 70 años en el trono. Será la primera monarca británica que logra este hito. Después de un 2021 de luto por la muerte de su esposo, el príncipe Eduardo, la familia real espera que 2022 sea un año de celebración. A finales de 2021 creció la preocupación por la salud de la Reina, que cumple 96 años el 21 de abril.

Por primera vez en 22 años faltó a la ceremonia del Día del Armisticio, jornada para ella sagrada en la que coloca una corona de flores en el Cenotafio de Londres. Ni siquiera había faltado en 2020 en pleno auge de la pandemia. La razón oficial fue un pinzamiento de espalda. Incluso ha llegado a pasar una noche en el hospital King Edward VII "para realizarle un chequeo", también según el Palacio de Windsor.

Lo que parece evidente es que por prudencia sus salidas serán muy excepcionales y los británicos tendrán que acostumbrarse a verla por televisión, como ha sido el caso del mensaje navideño, en el que ha rendido homenaje a su marido fallecido a los 99 años. Mientras tanto, cada vez tienen más protagonismo su hijo Carlos, el heredero, y sobre todo, su nieto, el príncipe Guillermo y su esposa Kate, cada vez más populares.

Las celebraciones del jubileo de platino tendrán lugar en junio, si todo va bien. Será entonces cuando habrá desfiles militares y hasta un concierto de música pop ante el Palacio de Buckingham. Será otro de los grandes espectáculos que la monarquía británica sabe ofrecer como ninguna otra. Como señala The World Ahead 2022, de The Economist, estas festividades estarán teñidas de melancolía. "La reina cumplirá 96 en abril. Aunque goza de buena salud en términos generales, ha tenido algunas pequeños percances, y quienes lo contemplen se preguntarán de forma inevitable si no será el último gran espectáculo de su reinado".

Y la cuestión que subyace es si la monarquía sobrevivirá a la reina muchos años. El heredero no goza de su popularidad, si bien eso podría cambiar cuando acceda al trono. Pero sin duda que nada tiene que ver con la Reina, políticamente inescrutable. Justo en 2022 se emitirá la quinta temporada de The Crown, en la que se da cuenta de su divorcio de Diana. La Reina ha marcado la llamada era isabelina en el Reino Unido. Lo que vendrá después ya lo estamos viviendo: más inestabilidad política y el cuestionamiento de la unidad del Reino Unido. En 2022 también se celebra el centenario del Estado Libre Irlandés, precursor de la actual república.

Liz Truss, una Thatcher en ciernes

En el Reino Unido, el primer ministro británico, Boris Johnson, se tambalea y en el Partido Conservador no parecen dispuestos a consentirle más errores. El partygate, lejos de ser un caso aislado, se ha demostrado que era un comportamiento habitual de Boris Johnson: mientras imponía restricciones a los británicos, tanto él como su entorno se las saltaban todas. Los electores británicos lanzaron una señal muy clara en los comicios en North Shropshire, un bastión conservador durante 189 años que perdieron en diciembre para gran alegría de los liberaldemócratas, que consiguieron el escaño en liza. "Los ciudadanos han dicho alto y claro: Boris Johnson, la fiesta ha terminado", dijo la nueva diputada, Helen Morgan. Si los tories piensan lo mismo, Boris Johnson no terminará 2022 en el 10 de Downing Street.

Liz Truss (Oxford, 1975) figura en las quinielas entre los posibles sucesores. Acumula carteras y desafíos: es ministra de Exteriores, la segunda mujer que ocupa este puesto en el Reino Unido, y titular de Mujeres e Igualdad. Tras la reciente dimisión de David Frost, negociador sobre el post Brexit, por discrepancias con Boris Johnson, ahora asume sus funciones. Si logra evitar la ruptura comercial con la Unión Europea, cosecharía un gran éxito que la situaría en posición privilegiada en caso de que los tories dieran la puntilla finalmente al actual primer ministro. Como Theresa May, Truss fue defensorra del Remain (la permanencia en el Reino Unido).

Es la ministra más antigua del gobierno, ya que empezó como ministra del gabinete en 2014, con David Cameron. Ha sido ministra del Medio Ambiente, de Justicia y de Comercio Internacional antes de ser la jefa de la diplomacia británica, tras la caída de Dominic Raab por la caótica salida de Afganistán.

Sus seguidores la describen como la nueva Dama de Hierro. Defiende un programa thatcheriano de economía con bajos impuestos y un Estado pequeño. De Truss dijo una antigua colaboradora: "La diferencia entre ella y un Rottweiler es que el perro en algún momento suelta la presa". Ha sobrevivido a un escándalo relacionado con una relación extramatrimonial e incluso salvó su matrimonio. Paul Mason, ensayista de izquierdas y autor en New Statesman, considera que es "un camaleón político: copiará a Thatcher de forma tan implacable como Johson hace con Winston Churchill".

Annalena Baerbock, el salto de su vida

Cuando a Annalena Baerbock (Hannover, 1980) le preguntaron en una entrevista sin palabras si se imaginaba en la Cancillería, la colíder de los Verdes hizo el pino. Su pasado como deportista y su juventud le permiten hacer estos guiños. Entonces aún era aspirante a la Cancillería, la primera mujer que aspira al cargo por Los Verdes. Una vez formado el gobierno de Olaf Scholz, un gabinete fruto de un pacto entre socialdemócratas, liberales y verdes, Baerbock ocupa el Ministerio de Exteriores. Es un gobierno paritario en el que también son mujeres, entre otras, la ministra de Interior, Nancy Faeser; Defensa, Christiane Lambrecht; y Educación, Bettina Stark Watzinger.

Al anunciar su candidatura, Baerbock decía: "Entiendo la política desde lo concreto, desde la vida de los ciudadanos. Cómo incide en la salud, en la educación... la política ha de tratar de lo concreto". Asegura que los Verdes encarnan "una nueva cultura política, basada en el trabajo conjunto".

La política exterior alemana está muy marcada por el canciller, en este caso, Olaf Scholz, que es un pragmático muy en línea con su antecesora, Angela Merkel. Baerbock hasta ahora ha sido una firme defensora de la primacía de los derechos humanos antes que los intereses comerciales como guía en política exterior. En su cuenta de Twitter, tiene como mensaje fijado su encuentro con la opositora bielorrusa, Svletana Tijanovskaya, quien desafió en las urnas al presidente, Alexander Lukashenko, y ahora ha visto cómo su esposo ha sido condenado a 18 años de cárcel.

Ha sido más más tajante con Rusia de lo que nos tenía acostumbrado el gobierno de Merkel, que dejó hacer a Moscú con el Nord Stream 2. La apertura del gasoducto en plena crisis sobre Ucrania plantea un serio reto a la nueva ministra. Pero no depende solo de su Ministerio esa decisión. Es partidaria de que el trato con China sea coordinado en la Unión Europea. Defiende, como lo hace el gobierno tripartito alemán en su acuerdo de gobierno que la UE aspire a ser un Estado federal.

Valérie Pécresse, la esperanza 'chiraquiana'

En abril de 2022 se celebran elecciones presidenciales en Francia. Es previsible que el presidente, Emmanuel Macron, anuncie en breve que aspira a la reelección. Es el favorito en los sondeos. La izquierda está atomizada y no parece tener posibilidades de pasar a segunda vuelta. La propuesta de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de concurrir bajo una única candidatura cayó en saco roto. La derecha más allá de los Republicanos contará esta vez con dos aspirantes: Marine Le Pen, por Reagrupación Nacional, que volverá a intentar vencer a Macron tras su fracaso en 2017, y el periodista y polemista Éric Zemmour, que encabezará su Reconquista.

Cuando parecía que los Republicanos, el partido conservador de Sarkozy y Chirac, estaba condenado a ser una comparsa de la lucha entre Le Pen y Zemmour, surgió Valérie Pécresse (Neuilly-sur-Seine, 1967), la esperanza de esa derecha tradicional dentro de las normas. En las primarias venció nada menos que a Xavier Bertrand, al negociador del Brexit, Michel Barnier, y a Éric Ciotti, el más cercano a Zemmour. Y Pécresse desafía claramente a Macron en los sondeos. Si pasa a segunda vuelta, tiene serias posibilidades de llegar al Elíseo.

Como escribió en El Independiente Guillem Pursals, "es una mujer que procede de la alta alcurnia republicana de la V República de De Gaulle y al mismo tiempo se declara rebelde frente a lo diferente". Ha sido alta funcinaria del Consejo de Estado, asesora de Chirac, ministra de Educación y de Presupuesto con Sarkozy, y ahora es presidenta del Consejo Regional de Île-de-France. Mezcla la tradición liberal de Los Republicanos a la par que defiende un Estado fuerte. Ha logrado lo que parecía imposible después del fiasco con Fillon: salvo disensiones menores ha unido al partido conservador.

Dista de ser euroescéptica, pero antepone la identidad francesa. Así lo ha mostrado en su última queja al presidente Macron, que deja claro su desafío. Pécresse le reprocha que haya sustituido la bandera francesa por la europea en el Arco del Triunfo. "Debemos todo a los combatientes que vertieron su sangre por la tricolor", ha dejado escrito en su cuenta de Twitter. Es toda una señal al inicio de la Presidencia francesa de la UE.

Giorgia Meloni, la 'hermana' de Italia

En febrero de 2022 debería elegirse en Italia al sucesor de Sergio Mattarella, el actual presidente. No se trata de una elección directa sino que son los 1.000 parlamentarios los que designan al jefe del Estado en votación secreta. Hay un candidato que sería el ideal: el actual primer ministro, Mario Draghi. El problema es que también es el ideal para seguir como jefe del Consejo de Ministros. De la resolución de este complicado rompecabezas dependerá en gran parte que haya elecciones legislativas anticipadas.

Si Draghi dejara de ser primer ministro, la opción más viable es que se convocaran en 2022. Los partidos de derecha, la Liga, encabezada por Matteo Salvini, y Hermanos de Italia, liderados por Giorgia Meloni, saben que el viento sopla a su favor. En teoría, han dicho que apoyan a Silvio Berlusconi para ser presidente, pero solo con ellos no contaría con suficientes apoyos.

En caso de que finalmente haya elecciones legislativas, las miradas se dirigirán a Giorgia Meloni (Roma, 1977), quien podría ser la primera mujer en el Quirinale. Incluso los detractores de su ideología reconocen la talla política de Meloni, que poco tiene que ver con Salvini, cuyo éxito se construyó gracias a la habilidad en redes sociales de su gurú, Luca Morisi, combinado con un populismo a la italiana que ya había inaugurado Berlusconi.  

Meloni no es una recién llegada. Lleva en política desde la adolescencia, cuando ingresó en las juventudes del Movimiento Social Italiano (MSI), que luego se reconvertiría en Alianza Nacional. Con 31 años fue ministra de Juventud con Berlusconi. Y seis años más tarde fundó Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia), una formación ultranacionalista.

Ha logrado el sorpasso a la Liga, según los sondeos, y rivaliza con el Partido Democrático por ser el partido más votado. Hace apenas unos años era un partido minoritario, por sus vínculos históricos con el fascismo, pero se ha normalizado. Meloni está detrás de este éxito. Su meta está clara.

Roberta Metsola, a la cabeza del Parlamento Europeo

El pasado 14 de diciembre el italiano David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo, anunciaba en sus redes sociales que no iba a volver a postularse para el cargo. "El frente proeuropeo correría el riesgo de dividirse e iría en contra de mi historia, nuestras creencias, nuestras batallas. No puedo permitirlo", escribió. Sassoli ha ejercido en un momento difícil, con la pandemia, y eso no ha ayudado a contrarrestar a quienes le reprochaban haberse aislado de la institución.

El Parlamento Europeo va a elegir a su sucesor a mediados de enero. La clara favorita es Roberta Metsola, maltesa, candidata del Partido Popular Europeo. También aspira al cargo la española Sira Rego, de Izquierda Unida, pero no cuenta con respaldo suficiente. El pacto para que en la segunda parte de la legislatura los socialistas favorecieran a un candidato conservador garantizaría la elección de Metsola (San Julián, 1979), aunque el partido que lidera Iratxe García en Estrasburgo intentará negociar algo a cambio.

Si finalmente Metsola es presidenta del Parlamento, será la tercera mujer en este puesto. La primera fue la francesa Simone Veil. Curiosamente Veil fue como ministra de Justicia permitió la despenalización del derecho al aborto en Francia. Metsola es antiabortista. La segunda presidenta fue Nicole Fontaine. Por primera vez coincidirán una presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, y del Parlamento Europeo. Von der Leyen y Metsola son conservadoras.

Katalin Novak, la 'elegida' por Orban

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, quiso sorprender a sus detractores con la designación de Katalin Novak (Szeged, 1977), la ministra de Familia, como candidata a la Presidencia del país. El cargo es ceremonial pero tiene un gran valor simbólico el hecho de que sea una mujer quien pueda ocupar el puesto. El ratio de mujeres con cargos políticos en Hungría es el segundo más bajo de la UE.

El actual presidente, Janos Ader, aliado de Orban y cofundador del Fidesz, su partido, dejará el cargo en mayo después de dos mandatos, el máximo permitido en la Constitución. Su sucesor es elegido por el Parlamento, donde ahora el Fidesz cuenta con una mayoría de dos tercios.

Hay elecciones en primavera y puede cambiar su composición, pero Novak, con una meteórica carrera política tiene muchas posibilidades de ser la primera presidenta de Hungría.