Al igual que la banda sonora de La La Land conquistó a la Academia de Cine de Hollywood, el S&P aplaudió la última decisión de la Reserva Federal. Porque sin duda es a las Bolsas a las que mejor sienta lo acordado en la reunión del 15 de marzo. Y es que Yellen no será tan admirada como su predecesor, Bernanke, pero se sabe bien su papel. Primera premisa: "Un Banco Central, un banquero central, no debe nunca sorprender a los mercados". Y ella, fiel al guion, así lo hizo el día 15: subió los tipos, tal y como los mercados habían puesto absolutamente en precio semanas atrás. Lo que se dice una subida “cantada”.

Y sigue la balada para la renta variable: la visión sobre la economía, crecimiento y precios mejora. El crecimiento ganando en matices: ya no viene sólo desde el consumo y el empleo sino también desde la inversión, la gran promesa, sobre la que la Fed reconoce en su comunicado que “parece haber ganado solidez”. Pasando a los precios, “la inflación ha mejorado y se acerca al objetivo del 2%, con perspectivas de que se estabilice a medio plazo en estos niveles”; mensaje que tampoco suena mal…

Avanza el tráiler y llegan las previsiones macro, con pocos cambios, cosméticos: una décima arriba en el PIB de 2019, otra décima al alza en el IPC para este año. Una prudencia más allá de la del consenso y muy alejada en crecimiento de lo que las encuestas sugieren. Y es aquí cuando la película se empieza a parecer a la que vimos del BCE y Draghi semanas atrás. “Optimismo medido”, lo que podría ser un nuevo estribillo de los bancos centrales. Que sí, que lo vemos bien, pero que todavía no cambiamos nada.Y nada, o poco, es lo que cambian también las previsiones de tipos: 2 subidas más para 2017 y otras 3 en 2018 y 2019. De tres en tres. Gradualidad. Y a la Bolsa se le van los pies pensando en lo soleado del panorama macro y los escasos nubarrones desde los tipos.

¿Cómo ha sonado la voz de Yellen en la rueda de prensa tras la reunión? Nuevos ecos de la de Draghi: los riesgos están equilibrados, aunque persisten (como siempre, ¿o no?). Y seguimos con los paralelismos, igual que el BCE hizo silencio ante la posibilidad de recortar las compras de bonos (tapering), también hay algunos temas que la Fed ha preferido no tocar en esta reunión: ni las políticas fiscales (=Trump) ni la gestión de su balance.

Y si la renta variable ha bailado al son de la Fed, para el dólar tocaría seguir cotizando en el conocido rango: 1,05-1,10. No parece que la divisa se vaya a arrancar hacia la paridad, donde por diferencial de tipos de interés debería de ir, si no es con la voz de Trump o con la inercia de la macro.

Pero ojo, porque el óscar a la mejor canción fue para “City of Stars”, tema más tranquilo que “Another day of sun”, que abre “La La Land”con un escena de verano. Después llegó en la película (y vendrá en los mercados) el otoño y luego el invierno…Pero ésas serán ya otras canciones, no la que suena ahora. ¡Bailemos!


Marian Fernández es responsable de Macroeconomía de Andbank España