Lo que hay en estos momentos en el seno de Podemos es miedo. Hay además muchas otras cosas: indignación, desencuentros, reproches pero, sobre todo y por encima de todo, hay miedo. Miedo de los secretarios territoriales, muchos de los cuales ya se enfrentan a sus propios problemas internos en sus respectivas circunscripciones, a que lo que está sucediendo en Madrid acabe por fulminar sus cada vez más menguantes posibilidades de obtener unos resultados satisfactorios en las próximas elecciones autonómicas y municipales de mayo.

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