No hay el menor motivo de cualquier índole para indultar a los independentistas condenados por haber intentado el asalto más grave al Estado desde dentro del propio Estado. No hay ningún argumento que pueda justificar esa medida. Lo único que podríamos encontrar es una explicación de por qué el Gobierno decide, contra la opinión del ministerio Fiscal y del Tribunal Supremo -que aún no ha hecho pública su decisión-, indultar a estos golpistas que han reiterado una y otra vez que lo volverán a intentar.

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