El que hace unos meses era el portavoz y número dos de Podemos, Íñigo Errejón, ha consumado su paso a segundo plano en el escenario político estatal. El dirigente, que se enfrentó a Pablo Iglesias en Vistalegre II, ha evitado pronunciarse sobre el asunto catalán en los últimos días y este miércoles ha guardado un mutismo absoluto durante el debate, la aprobación de la Ley del Referéndum en el Parlament de Cataluña y la convocatoria del referéndum del 1-O por parte del president Carles Puigdemont. Ni un mensaje sobre uno de los episodios parlamentarios más reseñables de los últimos años.

Errejón ha pasado de diseñar las líneas discursivas del partido, dirigir el equipo de argumentario y ser su voz en el Congreso de los Diputados a evitar dar su opinión sobre los asuntos de actualidad más destacables. Esta semana en concreto, el diputado por Madrid se encontraba de vuelta de Colombia, después de haber visitado este verano otros países de América Latina como Argentina. Los únicos mensajes difundidos desde su cuenta de Twitter durante el debate catalán, que duró casi 12 horas, han ido enfocados al ámbito autonómico madrileño, el que será su próxima parada en virtud del acuerdo alcanzado con Iglesias después de ser derrotado en primarias.

Este pacto, por el que Errejón será el candidato de Podemos en la Comunidad de Madrid en las elecciones de 2019, no ha sido todavía anunciado oficialmente pero el dirigente ya prepara el terreno para su desembarco. Los únicos dos tuits emitidos ayer en las redes sociales fueron directamente dirigidos al PP de Cristina Cifuentes, a quien disputará la Presidencia.

Íñigo Errejón apuesta por el silencio como una forma de mantener perfil propio sin contradecir a las voces oficiales del partido. El ex número dos de Podemos huye del enfrentamiento público con Iglesias desde su derrota en la asamblea de febrero y, si antes era todo un referente en la política nacional, ahora prefiere hacerse a un lado y guardar fuerzas para la carrera por la Comunidad de Madrid.