Política

Iglesias y Montero se lanzan contra los anticapitalistas tras laminar al errejonismo

Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias saludando.
Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez en un acto electoral. | E.I.

La lucha de poder continúa en el seno de Podemos. Tras el desmantelamiento de la corriente errejonista, que se ha quedado sin control dentro del partido, el sector oficialista, liderado por Pablo Iglesias e Irene Montero, se ha fijado un nuevo objetivo: debilitar a los anticapitalistas que dirigen, entre otras, la federación andaluza.

Podemos afrontará en los próximos meses procesos de renovación de órganos autonómicos y municipales tras crisis como las del partido en Cataluña y después de que el secretario de Organización, Pablo Echenique, desmantelara el 90% de las estructuras municipales. En este contexto, dirigentes anticapitalistas consideran "obvio" que Iglesias pretende "debilitar" a su corriente para hacerse con el control total del partido.

De esta manera, y tras la laminación del errejonismo, el sector oficial llegará a esos procesos en unas condiciones de fortaleza que le servirían para imponer o negociar cuestiones clave como los cabeza de listas en las próximas elecciones autonómicas, municipales y generales.

La ofensiva se produce, además, cuando existe un nuevo consenso interno "favorable" a las tesis errejonistas. Según admiten dirigentes anticapitalistas, la situación sociológica que describen las encuestas, con un importante auge de Ciudadanos, avalaría la necesidad de ofrecer un discurso transversal que saque a Podemos de la posición ideológica de extrema izquierda que le atribuyen los sondeos.

Por ese motivo, la dirección federal ha recurrido al ex número 2 del partido, que ha vuelto a los platós de televisión y a hacer preguntas al Gobierno en la sesión de control en el Congreso de los Diputados. La recuperación pública de Errejón ha coincidido con un silenciamiento del líder de Anticapitalistas, Miguel Urbán, en los medios de comunicación.

Aunque la proyección política de Errejón se sigue reduciendo a la Comunidad de Madrid, personas que se identifican con sus tesis han ganado primarias en Euskadi, Aragón y Murcia. En otras como Baleares y Madrid los secretarios generales han sido consensuados por 'pablistas' y 'errejonistas'.

Los afines a Errejón también han mostrado cercanía a los Anticapitalistas en comunidades como la andaluza, donde han coincidido en cuestiones como su rechazo al cupo vasco. Muestra de esa sintonía es el hecho de que todos los diputados andaluces de Podemos en el Congreso se reunieran el pasado miércoles con el coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, para analizar cuestiones políticas que afectan a la comunidad.

Frente a este auge territorial del errejonismo y la geometría variable existente entre las tres corrientes según los procesos internos, el sector oficialista ha optado por debilitar a los anticapitalistas.

Así se lee en el seno del partido la expulsión de Podemos de Laura Pérez, ex secretaria general en Navarra, que apoyó la candidatura anticapitalista en Vistalegre 2. Esta decisión de la Comisión de Garantías del partido en la comunidad, que acusa a la también diputada autonómica de contravenir el código ético del partido, ha fracturado el grupo parlamentario a año y medio de las elecciones autonómicas y municipales. Navarra es una de las comunidades donde Podemos obtuvo un mejor resultado en diciembre de 2015.

Paralelamente, Iglesias rompía el acuerdo con los anticapitalistas alcanzado en Madrid hace año y medio para hacer frente a Errejón en las primarias de la comunidad. El secretario general, Ramón Espinar, ha apartado de la ejecutiva autonómica a miembros relevantes de la corriente más izquierdista de la formación. Se trata de Raúl Camargo, Jacinto Morano e Isabel Serra, que han perdido sus funciones en la Secretaría Política, la Secretaría de Acción Institucional y la de Comunicación. La única que mantienen los anticapitalistas es la de Feminismos.

Podemos en Movimiento, la candidatura que presentó la corriente anticapitalista en las primarias de Madrid y que estuvo encabezada por Isabel Serra, que perdió frente a la del ex jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) Julio Rodríguez, candidato pactado por Iglesias y Errejón, ha manifestado su discrepancia con esta decisión. "No solo es un error político del modelo organizativo, sino una ofensa a los propios círculos y su espíritu que, hasta ahora, han sabido gestionar las discrepancias y conjugar mucho mejor la pluralidad que los órganos y los dirigentes de esta organización”, protestó en un comunicado.

La expulsión de los anticapitalitas de la dirección de Madrid también se produce tras la crisis en el Ayuntamiento por la negativa de los concejales de IU de asumir el Plan Económico Financiero (PEF) para cumplir con la regla de gasto impuesta por el Ministerio de Hacienda.

Por su parte, en Andalucía ha supuesto un auténtico varapalo el nuevo reglamento interno elaborado por Pablo Echenique que ha desmantelado los consejos ciudadanos municipales y ha desfenestrado de la noche a la mañana a los secretarios generales municipales. La formación de Teresa Rodríguez avanza con paso firme hacia una nueva confluencia con IU y otras fuerzas políticas andalucistas y de izquierdas en la comunidad, de cara a las elecciones andaluzas, previstas para marzo pero que probablemente se adelanten  a antes de fin de año.

Esa coalición electoral pretende extenderse a las elecciones municipales para crear una unidad de acción frente al todopoderoso PSOE de Susana Díaz. El desmantelamiento del partido a nivel local ha dejado a Podemos sin dirigentes ni órganos de decisión frente a una fuerte estructura de IU, que dirige 80 ayuntamientos y mantiene un grupo parlamentario con cinco diputados.

Por este motivo, Podemos Andalucía prepara una batería de propuestas municipalistas que presentará a la dirección federal con el objetivo de resucitar al partido en las ciudades y no tener que admitir unas candidaturas controladas mayoritariamente por IU. Además, Teresa Rodríguez avanza en la constitución de un nuevo partido que le desconecte con Podemos y lo convierta en una formación federada al modo del resto de confluencias. El registro de la marca Marea Andaluza con ese objetivo levantó las iras del secretario de Organización, Pablo Echenique, antiguo compañero de candidatura de Rodríguez en Vistalegre 1.

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