La exhumación de Franco, pendiente todavía de algunos recursos ante el Supremo, tiene, no uno, sino dos claros beneficiarios electorales, esto es, Pedro Sánchez y Santiago Abascal. Cada vez que se habla del traslado de los restos del dictador, Vox "experimenta un sensible crecimiento", alertan en Génova y a eso atribuyen que, tras unos primeros sondeos en los que la formación de Abascal parecía ceder algún diputado, se haya invertido esa tendencia y le auguren hasta un "empate técnico" con Ciudadanos y Unidas Podemos.

Este fenómeno ya se detectó en la campaña de las elecciones del 28 de abril y ahora toma mayor auge si, como todo apunta, Sánchez consigue en plena campaña desalojar la tumba de la Basílica del Valle de los Caídos. El candidato socialista puede, muy legítimamente, atribuirse una decisión histórica y, y de paso, alimentar el miedo a la ultraderecha, que ha arremetido con extrema dureza contra la exhumación. Conseguiría Moncloa otra vez polarizar la campaña, estrategia que tan buenos resultados le dio en las últimas generales, a sabiendas de que el mensaje del miedo a Vox ha perdido fuerza.

El PP no va a dedicar "a este tema ni un minuto"

Mientras tanto, en el cuartel general de los populares intentan soslayar este asunto todo lo que puede. Es un tema en el que no se sienten cómodos, pero, además, electoralmente les perjudica. Su única concesión fue abstenerse en la votación parlamentaria de septiembre del año pasado, que respaldó dicha exhumación, y ahora insisten en que "no vamos a dedicar a este tema ni un minuto. No es nuestro tema. Queremos hablar de economía y de Cataluña", insisten. Y casi en los mismos términos, a lo más lejos que ha llegado Pablo Casado es a decir que no dedicaría ni un euro para la exhumación. Nada más.

Moncloa podría poner fecha a la exhumación este viernes en el Consejo de Ministros

Durante mucho tiempo los populares han confiado más en los votos que les podían llegar por su derecha, entre electores de Vox, que desde Ciudadanos. Pero los sondeos hablan del desangramiento electoral de Albert Rivera con un Abascal que no sólo ha frenado el descenso sino que puede subir en apoyos "y más que lo hará cuando Moncloa anuncie la fecha de la exhumación", cosa que podría hacer este mismo viernes en la reunión del Consejo de Ministros.

«Los restos del general Franco son sólo la excusa, el objetivo es destruir la reconciliación de los españoles, reescribir la historia, deslegitimar la monarquía y derrocar a Felipe VI», vaticinó Abascal este domingo ante más de 10.000 personas en su "Vistalegre II" entre gritos de los suyos de "el Valle no se toca". Y añadió: "hay que respetar a los muertos de cualquier bando que lucharon por España como ellos entendieron que debieron hacerlo". En definitiva, munición electoral de primer orden para este partido.

También la líder de Vox en Madrid y portavoz en la Comunidad, Rocío Monasterio, aludió a esta cuestión en el acto de Vistalegre, pero lo más significativo fue que llevó el tema a la última sesión de control del Gobierno autonómico, donde interrogó a la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. Le preguntaba Monasterio -que ha llegado a hablar de "profanación" de la tumba- sobre si la Comunidad tiene algo que decir en el traslado de la momia del dictador, a lo que Díaz Ayuso respondió que, por tratarse de restos cadavéricos y tener más de cinco años, se escapaba de las competencias autonómicas. Lo peor fue cuando en su contraargumento, y quizá con la idea de no parecer connivente con los socialistas en este asunto, criticó la Ley de Memoria Histórica y replicó si lo siguiente iba a ser si "las parroquias arderán como en el 36".

Tras la polémica surgida explicó que había sido un "argumento retórico llevado al extremo", pero, en todo caso, lo que hacía era alargar una cuestión sobre la que los populares quieren pasar de puntillas, sin hacer ruido, sin dar argumentos a un Abascal que sigue creciendo.