Fernando Grande-Marlaska está decidido a convertirse en el primer ministro del Interior que apuesta por una mujer para ocupar la dirección general de la Guardia Civil, lo que quebraría una tendencia que se mantiene inalterable desde la creación de este Cuerpo policial de naturaleza militar hace 175 años.

Año y medio después de su llegada al cargo, el juez bilbaíno pretende ahormar su propio equipo y ya ha dado los primeros pasos: las destituciones de Ana Botella como secretaria de Estado de Seguridad y de Félix Azón como director de la Guardia Civil, y la elección de Rafael Pérez Ruiz -hasta ahora su director de gabinete- como número dos en sustitución de la diputada valenciana del PSOE. Pérez, jefe de sección de Planta y Oficina Judicial del Servicio de Personal Judicial del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en excedencia, será nombrado previsiblemente en el Consejo de Ministros extraordinario que se celebrará este viernes.

El sucesor de Azón será casi con toda seguridad una mujer y tal vez juez, precisamente la profesión de los dos últimos directores generales: el saliente y José Manuel Holgado, magistrado salmantino afincado en Sevilla al que designó el popular Juan Ignacio Zoido cuando Rajoy le confió la cartera de Interior a finales de 2016.

Esta doble condición la cumple Carmen Rodríguez-Medel, la magistrada que instruyó el escándalo de los másteres irregularidades impartidos por un instituto de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y que pidió sin éxito al Tribunal Supremo que abriera causa contra Pablo Casado, al que ella no podía investigar por la condición de aforado del líder del PP. Como ha informado El Mundo, Rodríguez-Medel -antigua asesora de la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia en la etapa de Rafael Catalá (PP) como ministro de Justicia- es hija y hermana de guardias civiles. Su hermano, concretamente, es actualmente coronel jefe en Málaga.

Quinielas: Gallizo, Barcones...

En las quinielas que circulan entre los agentes del Instituto Armado también figuran otros dos nombres. De un lado, la socialista aragonesa Mercedes Gallizo, a la que precisamente Grande-Marlaska colocó en la presidencia del consejo de administración de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (SIEPSE) -adscrita societariamente a la Dirección General de Patrimonio (Ministerio de Hacienda), pero actuando operativamente como una empresa instrumental de Interior- semanas después de su llegada al ministerio.

Gallizo tiene una dilatada trayectoria de gestión en el ámbito de prisiones, toda vez que estuvo al frente de Instituciones Penitenciarias durante siete años (2004-2011). Con anterioridad había sido diputada en el Congreso de los Diputados (2000-2004) y parlamentaria en las Cortes de Aragón (1999-2000).

El ministro viene defendiendo que las mujeres han de tener más peso en la Guardia Civil, dirigido por hombres hasta ahora

En Guzmán el Bueno 110, sede de la dirección general en Madrid, también se baraja el nombre de la soriana Virginia Barcones. Secretaria-interventora municipal, Barcones también tiene experiencia de gestión: fue delegada del Gobierno en Castilla y León de junio de 2018 a abril de 2019, siendo en la actualidad vicesecretaria general del PSOE en dicha comunidad y vicepresidenta del comité federal.

Desde su llegada a Interior, Grande-Marlaska venía defendiendo la necesidad de que haya "muchas más mujeres en la Guardia Civil", donde representan poco más del 7 %. Fue el actual ministro quien aupó a Cristina Moreno -la primera teniente coronel del Cuerpo, rango que alcanzó en diciembre de 2016- como jefa del área de apoyo del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad.

La elección de la persona que estará al frente de la dirección general de la Guardia Civil -cargo a propuesta de los ministros de Defensa e Interior y que tiene que pasar por el Consejo de Ministros- en sustitución del cuestionado Félix Azón se conocerá en los próximos días, una vez nombrado el secretario de Estado de Seguridad. De éste dependen funcionalmente los dos cuerpos policiales y la secretaría general de Instituciones Penitenciarias.

Pendiente de cerrar el equipo

Grande-Marlaska citó este martes por la tarde a todos los altos cargos de su departamento para comunicarles si continúan en esta etapa o cesan en sus puestos. A diferencia de Azón y Botella, sí se mantienen Francisco Pardo Piqueras como director general de la Policía y Ángel Luis Ortiz como secretario general de Instituciones Penitenciarias.

El paso de Rafael Pérez a la Secretaría de Estado de Seguridad obligará al ministro a nombrar a un nuevo director de gabinete, sin que haya trascendido por el momento ni quién será el elegido ni si seguirá contando con los otros altos cargos del ministerio: Isabel Goicoechea (subsecretaria), Juan Antonio Puigserver (secretario general técnico), Elena Garzón (directora general de Relaciones Internacionales y Extranjería), Alberto Herrera (director general de Protección Civil y Emergencias), Carmen López (directora general de Política Interior), Pere Navarro (director general de Tráfico), Sonia Ramos (directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo) y Francisco Javier Nistal, director general de Ejecución Penal y Reinserción Social.