El espíritu con que PP y Ciudadanos asumen una futura fórmula de colaboración en Cataluña y el País Vasco no responde solo a su deseo de rentabilizar todos y cada uno de los votos que vayan al centro-derecha sino que se trata también "de construir una alternativa que trate de agrupar a todo el constitucionalismo", incluidos a socialdemócratas "desencantados" con el "giro a la izquierda" de Pedro Sánchez.

La idea es crear un movimiento lo más transversal posible que sea capaz de aunar perfiles como el del vasco Nicolás Redondo Terreros o el del catalán Francesc de Carreras, sin olvidar a la estirpe de los Múgica, hoy todos fuera del PSOE. Les une un manifiesto del foro de debate "La España que reúne", en el que expresaron su rechazo más absoluto a los pactos de Pedro Sánchez con los independentistas. "Que pretenda usted alcanzar la investidura con la ayuda del fascismo que nos asesinó en el País Vasco produce nausea infinita", escribió por su parte a principios de enero el abogado José María Múgica, hijo del asesinado Fernando Múgica, uno de los históricos del socialismo vasco, ante la sesión de investidura de Pedro Sánchez que salió adelante gracias a la abstención de ERC y Bildu.

En el PP vasco quieren explotar la imagen de un PSE "como comparsa del PNV", con quien gobierna en coalición y que sacó en las últimas autonómicas vascas los mismos diputados que el PP, 9. La foto de Idoia Mendía de hace poco más de un año brindando junto al líder proetarra de Bildu, Arnaldo Otegi, marcó un punto de inflexión. Fue más de lo que pudieron aguantar muchos compañeros veteranos del partido que habían estado en la diana de ETA.

Los sondeos auguran la mayoría absoluta a PNV y PSE

Sin embargo, los sondeos son generosos tanto con el PNV como con el PSE. De hecho, a diferencia de 2016, "parecen tener la mayoría absoluta garantizada", admiten las mismas fuentes populares, motivo de más, aducen, para intentar una unidad "constitucionalista" en torno a principios básicos como la foralidad, que la formación naranja cuestionaba hasta hace bien poco. Cabe reseñar que los diputados del grupo vasco, con Aitor Esteban a la cabeza, no aplaudieron el discurso del Rey de este lunes en el acto solemne de apertura del Parlamento con que inicia sus trabajos la XIV legislatura.

El PP vasco ya intentó ir de la mano con la formación de Albert Rivera en las última generales y, antes, en las municipales. El propio líder de los populares vascos, Alfonso Alonso -que ha expresado públicamente su deseo de volver a ser candidato a la Lendakaritza- bromea con la idea de que "a la tercera, la vencida".

El cambio de liderazgo en Cs ha sido fundamental con el giro estratégico de los "naranjas", pero Inés Arrimadas todavía tiene que ganar su congreso y hacerlo con ventaja frente a un sector no desdeñable del partido que mira hacia su izquierda convencido de que el motivo de la debacle de sus siglas es haberse negado a intentar un acuerdo de 180 diputados con el PSOE tras las elecciones del 28-A. Ese fue el motivo por el cual Francesc de Careras abandonó el partido que ayudó a fundar, pero aún así el sector proclive a Arrimadas cree que es "rescatable" en la defensa de un proyecto constitucionalista que marque distancias con el gobierno de Sánchez, dependiente de los secesionistas de ERC y de Bildu.

Arrimadas se aproxima a SSC para que apoye una listra "tranversal" en las elecciones catalanas

Para ello, la sucesora de Arrimadas se aproxima a Sociedad Civil Catalana (SCC) que acaba de fichar para su consejo asesor al propio De Carreras, además de al ex ministro del PP Josep Piqué y a la ex eurodiputada Beatriz Becerra, de la extinta UPyD. Ellos ya dan una idea bastante aproximada de esa tranversalidad que dicen buscar populares y naranjas en aquellos territorios donde el nacionalismo hace peligrar los consensos constitucionales. Incluso les podría bastar con el apoyo explícito de SCC a una candidatura que aúna todo lo que hay a la derecha del PSOE, con la única excepción de Vox, que parece no entrar en la ecuación y que aspira a sacar representación en el Parlamento catalán.

Galicia es la excepción. Aunque el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, asegura no tener problemas para integrar a miembros de Ciudadanos en sus listas, define al PP gallego como exponente de esa "Galicia suma", sin necesidad de más alianzas electorales. Todo ello en una comunidad donde creen que no hay amenaza nacionalista habida cuenta de que el BNG es cuarta fuerza política. Otra cosa es que los del Bloque puedan ser determinantes para un gobierno tripartito con el PSdG y En Marea si el barón popular no consigue la mayoría absoluta. Arrimadas quiere un pack completo, negociar en bloque las tres comunidades que celebran elecciones este año, lo que puede dificultar los acuerdos.

Rosa Díez volvería a entrar en la ecuación si hay pactos en distintos frentes

No es la primera vez que el PP sondea a socialdemócratas desencantados. Ya lo intentó con Rosa Díez para las elecciones del 10-N. Entraba la política vasca y fundadora de UPyD en una operación mucho más ambiciosa, la de España Suma. Pero una vez que ésta se frustró por la reiterada negativa de Albert Rivera a sumar sus candidaturas con las del PP, decayó la entrada de Díez.

En Génova insisten en que de haber ido unidos el centro-derecha a las elecciones ahora estarían gobernando y Ciudadanos hubiera sacado 30 escaños más de los exiguos 10 que ahora tiene, pero en política uno más uno nunca son dos y, si no, que se lo digan a Podemos e Izquierda Unida cuando perdieron nada menos que un millón de votos desde diciembre de 2015 a junio de 2016.