Admiten en su entorno que Alberto Núñez Feijóo "se la juega". Que podría haberse "despedido por la puerta grande" de tres mayorías absolutas y una gestión de la que hacen alarde y, en cambio, se enfrenta a su cuarta contienda electoral con el reto de repetir el mismo triunfo y en la misma medida. Agregan que, hoy por hoy, los sondeos les son favorables. Ya no es que Ciudadanos no entre en el Parlamento gallego, es que "tampoco entra Vox", a pesar de estar todavía en la cresta de la ola y amagar con desalojar a Feijóo del Palacio de Raxoi si sacan los suficientes escaños para ello.

Este martes ha convocado una Junta directiva regional con carácter extraordinario en la que anunciará su candidatura, salvo cataclismo. Génova estaba esperando esta formalidad para reunir hoy martes al Comité Electoral Nacional, que es el que debe dar el plácet a los cabezas de lista autonómicos. La dirección nacional no se ha planteado nunca un candidato alternativo que no fuera Feijóo, aún a sabiendas que un nuevo triunfo incontestable del gallego le volverá a colocar como referente indiscutible de los populares, la "bala de plata" en caso de que todo se le torciera a Casado.

Casado necesita el triunfo de Feijóo aunque eso le consolide en el PP

Pero paradójicamente, el líder del PP necesita del triunfo del presidente de la Xunta. No puede permitirse el lujo de perder una de las "joyas de la corona" del poder territorial popular, pero, al tiempo, si ese triunfo se produce, sabe que tiene un contrapeso en Feijóo, el mismo que inclinó definitivamente la balanza a su favor en la segunda vuelta de las primarias populares, pero el mismo que ni tiene inconveniente en marcar distancias y criticar estrategias cuando así lo estima conveniente.

Desde Galicia no sólo niegan ningún tipo de acritud entre ambos sino que subrayan que Casado se volcará en la campaña, "en todo lo que necesite Alberto", subrayan. Asimismo esperan contar con la colaboración de Mariano Rajoy, al que se le reservaba una campaña capilar, puerta por puerta, que le encantaba al ex presidente del Gobierno.

Para el PP gallego tampoco hubo más nombre que el de Feijóo "porque es el único que puede aspirar a la mayoría absoluta. Quizá no la consigue, pero sin él era imposible". Meses llevaban los suyos pidiéndole que repitiera. También le sondeó Pablo Casado no pocas veces, aunque el gallego suele ser un hombre muy hermético. De hecho, el actual presidente del PP lanzó su candidatura a las primarias después de ver las reticencias de Feijóo, confirmadas después en un sonoro portazo.

Urkullu adelanta elecciones porque sabe que Torra no va a convocar hasta después del verano

Feijóo decidió hacer coincidir sus comicios con las vascas, como lleva ocurriendo desde el 2009, algo que él mismo ponderó durante su comparecencia pública, y esta vez no quería que fuera distinto. Incluso imitó lo acontecido en 2016 cuando anunció las gallegas pocas horas después de que lo hiciera Urkullu, con el que había hablado previamente. De hecho, los nacionalistas vascos les había hecho llegar el mensaje de que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no iba a convocar hasta después del verano, por lo que era mejor adelantar el calendario vasco y gallego. Y si hay algo que quería evitar a toda costa Urkullu era coincidir con las catalanas de modo que le arrastrara el mensaje independentista.

El presidente de la Xunta es el valor más seguro para conservar el Gobierno de Galicia en manos de los populares. Los medios consultados explican que, en este caso, además de la consolidación de la marca PP como símbolo "de estabilidad", el nombre del candidato "aporta un plus de electores" incluso en el espectro del centro-izquierda. Por eso, aducen "no hay que cambiar ni una cosa ni otra".

En apenas diez días habrá que presentar candidatos y listas. Los populares gallegos no se cierran a la incorporación de algún dirigente territorial de Ciudadanos, pero siempre bajo el paraguas del PP. En todo caso, confiesan que "no sabemos ahora mismo ni quienes son los representantes naranjas en Galicia".

No van desencaminadas las encuestas que maneja el PP. Uno de los últimos sondeos de Electograph arroja que Feijóo puede revalidar la mayoría absoluta, aunque, eso sí, por la mínima, con 38 escaños y el 43 por ciento del voto; seguido del PSdeG-PSOE con 18 escaños en el Parlamento galelgo (21,3 por ciento del voto); BNG 11 parlamentarios (14,5 por ciento); GCE 8 escaños (11,8) quedándose fuera En Marea (2,3); Ciudadanos (2,2) y Vox (1,9).