Inés Arrimadas ha pisado este miércoles el Congreso de los Diputados por primera vez desde que comenzase la pandemia. Y lo ha hecho a pocos días de dar a luz -la dirigente ya ha salido de cuentas- para defender por sí misma la postura que ha adoptado Ciudadanos respecto a su apoyo condicionado a la prórroga del estado de alarma y, por ende, al Gobierno de Pedro Sánchez después de que su decisión provocase un terremoto político tanto en el hemiciclo como dentro de sus propias filas.

El voto favorable de los 10 diputados de Ciudadanos dejó prácticamente en la irrelevancia que el PP marcase la casilla de la abstención o el 'no', y este miércoles Inés Arrimadas ha respondido a las críticas que la tachan de "traidora" por pactar la prórroga con el Ejecutivo de coalición. "No podemos normalizar el dolor. A veces parece que el discurso político está desconectado de la realidad", comenzaba la líder de los liberales desde su escaño en el Congreso.

Con un tono mucho más calmado que sus homólogos de la oposición, Arrimadas ha recordado que su formación ha venido denunciando una gestión por la que "se ha llegado tarde y mal, en la que ha habido improvisaciones y muchas decisiones unilaterales" y ha negado en todo caso que la mano tendida de los naranjas para salvar la prórroga sirva para blanquear los "graves errores" del Gobierno.

La recién ratificada como líder de Ciudadanos ha hecho especial hincapié en que el 'sí' de sus 10 diputados hoy no implica pactos a futuro con el PSOE y que, cuando el día acabe, "este Gobierno seguirá teniendo 155 escaños". "No es un sí" para Sánchez e Iglesias, subrayaba, "votamos que sí para que este mismo sábado no decaiga el estado de alarma", con las implicaciones que ello conlleva y ante la inexistencia de un 'plan B' de parte del Gobierno. "Entre ser útiles o inútiles, yo lo tengo claro", añadía.

Muy firme respecto a sus críticas al Gobierno, Arrimadas ha lanzado un órdago velado también a PP y Vox, de los que se ha desmarcado definitivamente este miércoles. "Algunos pensarán que esta votación sirve para tumbar al Gobierno, pero no". Reivindicaba la portavoz de Ciudadanos en apenas unos minutos de intervención "el interés general de los españoles" por encima de la confrontación política. "Tenemos la oportunidad de decirle al mundo que España puede enderezar su rumbo. Millones de españoles nos están mirando hoy, y no ven unidad, no ven rectificación, sólo ven bronca", lamentaba.

Por ende, ponía el broche final asumiendo para su persona "la responsabilidad" del voto a favor de Ciudadanos y congratulándose por haber "arrancado" al Gobierno tres condiciones "para salvar vidas y empleos": la adaptación de los ERTE y las medidas de apoyo a autónomos y pymes más allá del estado de alarma; consensuar entre Gobierno, oposición y autonomías la salida ordenada de la situación de excepcionalidad; y una reunión semanal entre el Ejecutivo y Ciudadanos para consensuar medidas de respuesta a la crisis.

Con este movimiento, y aunque Arrimadas ha querido desvincular toda relación con el pacto de investidura, lo cierto es que los naranjas han roto la dinámica de bloques que imperaba hasta ahora, con ERC alejándose del Gobierno y votando en contra de la prórroga del estado de alarma y Ciudadanos situado como interlocutor preferente del Ejecutivo.