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Ciudadanos teme que la dirección 'alonsista' del PP busque el fracaso de la coalición

La tensión por la escasa propaganda y promoción y la deficiente planificación y coordinación está tensionando la relación con el director de campaña de la coalición, Iñaki Oyarzabal, presidente del PP en Alava.

El candidato a lehendakari, Carlos Iturgaiz, junto al líder de Ciudadanos en el País Vasco, Luis Gordillo, durante la presentación de la coalición PP+Cs.

El candidato a lehendakari, Carlos Iturgaiz, junto al líder de Ciudadanos en el País Vasco, Luis Gordillo, durante la presentación de la coalición PP+Cs. MIKEL SEGOVIA

Fue un acuerdo inédito en Euskadi. Nació de un proceso complicado, convulso y con un final inesperado: la designación de un candidato que nadie preveía, Carlos Iturgaiz, anunciado horas antes de la dimisión del presidente del PP en Euskadi, Alfonso Alonso. Hasta entonces, Alonso parecía que volvería a ser el aspirante a lehendakari del partido. Apuntalar la coalición PP+Cs que estos días compite en la carrera electoral vasca fue fruto de un pulso interno en el PP vasco y dejó tras de sí una fractura en los populares que sigue sin cerrarse. Y la herida, se está dejando notar en la campaña de las autonómicas vascas. En lo que a organización de campaña se refiera, la relación y coordinación entre ambas formaciones no es fluida y acumula ya varios episodios de tensión. Según fuentes consultadas por ‘El Independiente’, la formación de Inés Arrimadas habría trasladado ya su profundo malestar a los responsables de campaña del PP por el modo en el que ésta se está organizando y desarrollando.   

El responsable de campaña de la coalición PP+Cs es Iñaki Oyarzabal, un veterano miembro del PP vasco que preside el partido en Álava. Acumula una amplia experiencia en la política vasca y en campañas electorales. Como la mayor parte de la formación en Álava, Oyarzabal arropó a Alonso en su enfrentamiento con Génova, en el que Casado impuso a Iturgaiz y forzó así la salida de Alonso de la presidencia del PP en el País Vasco. Llegó a calificar como "muy injusta" la salida del expresidente del PP vasco y cuestionó a Iturgaiz por haber expresado posiciones cercanas a Vox, "con la que nos separan demasiadas cosas", aseguró Oyarzabal.

Desde días antes del inicio de la campaña electoral, en Ciudadanos ha comenzado a extenderse cierta preocupación por el modo en el que el equipo del PP que comanda Oyarzabal está liderando la campaña. Subrayan que existe una evidente carencia de promoción de la candidatura que se evidencia en la ausencia de cartelería electoral en las calles, la falta de reparto de propaganda y otras formas de promoción. Las fuentes consultadas señalan que la coordinación de los actos de campaña entre los dos partidos también está siendo deficiente, con evidentes dificultades para la cerrar con antelación suficiente el calendario de actos. Aseguran que se está actuando con cierta “improvisación” en la planificación de las dos semanas electorales previas a la cita del 12-J.

Algunas voces sospechan que detrás de esta actitud se escondería un intento por parte de algunos sectores del PP, particularmente los críticos con la designación de Iturgaiz y del modo en el que se forzó desde Génova la salida de Alonso, de buscar que la coalición no obtuviera un buen resultado y con ello dejar en evidencia la imposición y apuesta de la dirección nacional del partido.

Buena relación 'nacional'

Una muestra de las diferencias internas en el seno de los populares vascos es el papel que está teniendo la presidenta interina del partido, Amaya Fernández, desde la salida de Alonso y la imposición de la candidatura de Iturgaiz. Fernández, mano derecha de Alonso en los últimos años, no figura en las listas al Parlamento Vasco. La ahora líder del PP vasco no asistió al acto de presentación de la coalición en Bilbao y tampoco ha participado en algunos actos significativos, como la visita la semana pasada de Casado al homenaje al concejal del PP de Rentería, Manuel Zamarreño, asesinado por ETA hace 22 años. Sí asistió al acto electoral celebrado el domingo en Laguardia, pero su papel en esta campaña está siendo muy discreto.

Fuentes conocedoras de la relación entre los equipos electorales del PP vasco y Ciudadanos aseguran que las tensiones se limitan a la organización electoral entre los equipos de ambos partidos en Euskadi, no así a la relación entre las direcciones nacionales de los partidos, que califican de muy buena. Aseguran que tanto el entorno de Casado como el de Arrimadas mantienen una relación fluida y positiva y son muy optimistas con las opciones que tiene la coalición PP+Cs en las elecciones. Señalan incluso a que las urnas arrojarán un resultado mejor al que señalan la mayoría de las encuestas, que sitúan el número de escaños para la coalición en seis asientos, tres menos de los que ahora posee el PP en el Parlamento Vasco.

La alta implicación que tendrán los dirigentes nacionales del PP y de Ciudadanos en la campaña vasca intentaría compensar esa deficiente propaganda que desde Ciudadanos se constata. El líder del PP, Pablo Casado, visitó la semana pasada hasta en tres ocasiones Euskadi para arropar a su candidato a lehendakari. Este próximo domingo está previsto que vuelva a viajar al País Vasco y esta vez junto a la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para participar en un acto conjunto en Gernika. Ciudadanos también contará con al apoyo de otros dirigentes de la formación, como la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el portavoz en el Congreso, Edmundo Bal.

Entrada de Cs al Parlamento

Ciudadanos confía en que el 12-J sea una fecha histórica para la formación con la consecución de, al menos, un escaño en la Cámara vasca. Sería la primera vez que Ciudadanos logra tener representación en el Parlamento de Vitoria. Su candiato, Luis Gordillo, ocupa el número dos de la lista por Vizcaya. El acuerdo de coalición alcanzado incluía otros dos puestos prioritarios para Ciudadanos, el número tres por Álava, para José Manuel Gil Vegas, y el tres por Guipúzcoa para Rocío Galiana Naranjo.

Precisamente el temor a que se concediera un exceso de presencia a Ciudadanos, junto a las dudas en la  defensa de la foralidad vasca y de herramientas como el Concierto Económico vasco, fue una de las reservas que Alfonso Alonso siempre esgrimió para mostrarse receloso a un acuerdo de coalición. El cambio de posición de la formación naranja ante el Concierto Económico, que tiempo atrás Rivera llegó a calificar como privilegio para dotar de un “cuponazo” al País Vasco, ha facilitado la sintonía entre los dos partidos. La formación de Arrimadas no cuestiona ahora el Concierto vasco pero sí reivindica una mayor transparencia en el cálculo del Cupo. Está cuestión, innegociable en su defensa en las filas del PP vasco, por el momento no ha irrumpido como argumento en la pugna electoral.  

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