Aunque entró en vigor el pasado 1 de julio, la nueva norma de calidad del pan aún no se cumple en los supermercados. En algunos casos, puede estar justificado porque las empresas tenían derecho a gastar todo su stock de bolsas o paquetes antes de cambiarlo, pero en otros no hay excusa. Porque en algunos lineales de pan a granel los carteles – de papel – siguen sin ajustarse a la legislación vigente. Apenas hace unos días un usuario planteaba la cuestión a Lidl y generaba el debate.
Hola @lidlespana . Lo de informar como integral una barra que tiene un 30% de harina integral (según su libro de info) está correcto? Me da a mi que integral es otra cosa no? Que dice la normativa nueva @gominolasdpetro @juan_revenga ? El precio lo dice todo. pic.twitter.com/UUdHIbA07m
— Diego Muñoz (@diegmunoz) September 3, 2019
Porque en estos lineales es donde la norma debería haber estado vigente desde el 1 de julio, ya que no había envase. Y la adaptación está llegando muy lentamente. Andrés J. Rascón, Doctor en Seguridad Alimentaria, subraya que ha sido mucho más recientemente cuando los supermercados han empezado a adaptarse a la normativa e incluir el porcentaje de harina en este tipo de productos a granel. Un ejemplo lo daba también en twitter Miguel Ángel Lurueña, que actualizaba con la imagen de otro supermercado de la misma cadena.
Es cierto que en este caso puede ser debido al stock de bolsas. En granel ya lo han arreglado pic.twitter.com/jSOJSdAJGD
— Miguel A. Lurueña (@gominolasdpetro) September 3, 2019
Aunque la norma abarca más aspectos - de fiscalidad, relativos a masa madre u otros cereales, es en el pan integral donde se ha producido el cambio de mayor envergadura. La normativa dice que los productos ya no pueden denominarse integrales si la harina que lo componen no es 100% integral y que si no es así, debe estar especificado el porcentaje en la misma denominación del pan.
Sin embargo, un paseo por dos supermercados al azar deja ver que el consumidor aún no puede confiarse porque muchos de los productos no cumplen los criterios de la nueva normativa. “Es complicado, porque las empresas tenían derecho a agotar todo su stock de envases. Está bien que no se haga desperdicio de envases pero, por otro lado, ¿se estarán aprovechando que las personas piensan que donde pone integral es realmente integral?”, se pregunta Gemma del Caño, farmacéutica especializada en seguridad alimentaria.
Manuel Gómez Pallarés, catedrático de Tecnología de los Alimentos en la Universidad de Valladolid habla también de que, más allá del cumplimiento de la letra pequeña de la norma, lo importante es "que se siga engañando al consumidor". Es así cuando en el envase de un pan el reclamo a gran tamaño es integral, pero en los ingredientes solo figura esta harina después de la harina de trigo (refinada).
A continuación figuran algunos ejemplos extraídos de la visita a dos supermercados, pero son sólo ejemplos y no implica que sean las únicas marcas que estén haciéndolo o las que más lo hagan.
Barra integral vendida en Mercadona: Esta pieza supone el incumplimiento más flagrante porque no es que no indique el porcentaje de harina integral, es que no tiene harina integral en absoluto. Se compone de harina de trigo que se completa con salvado.
Mini biscotes de trigo integral marca Carrefour: no especifica el porcentaje de harina integral en la denominación y al darle la vuelta al envase se ve que el principal ingrediente es harina refinada, que aunque no especifica el porcentaje, al ir primero se comprueba que tiene más de un 41% de harina integral, que va en segundo lugar (el listado de ingredientes se ordena de mayor a menor presencia en el producto).
Pan tostado integral Recondo: en la parte frontal de la caja se indica "integral" y hay que dar la vuelta al envase para ver el porcentaje de harina integral.
Panecillos tostados extra crujiente integral Ortiz: En este caso, el porcentaje no está en la parte frontal, pero tampoco en el listado de ingredientes.
Pan tostado integral Mercadona: figura en grande integral y el porcentaje solo está en la parte de detrás. Además, afirma Gómez Pallarés, este envasado es nuevo tras la implantación de la norma y no formaría parte del stock anterior. "Antes estaban compuestos de harina refinada y salvado, ahora han incluido el porcentaje pero solo en la parte trasera", afirma el experto.
Todos estos panes incumplen la normativa aunque, como indicábamos, es posible que las marcas continúen - casi dos meses y medio después de la entrada en vigor de la norma - utilizando existencias de envases. Aunque esto puede generar confusión al consumidor, que no tiene porqué conocer este último punto y creer que estos panes están adaptados a la legislación vigente.
Comparte esa posición el Doctor en Seguridad Alimentaria Andrés J. Rascón, quien cree que aunque "los envases están empezando a cambiar, los fabricantes están encontrando las fórmulas para engañar al consumidor. Por ejemplo, si deben incluir la información en el mismo tamaño, juegan con los colores para llamar la atención del consumidor aprovechando los vacíos de la norma. Por ejemplo, ahora ya no se puede denominar 'pan artesano' a uno producido de manera industrial, pero incluyen en su lugar 'estilo artesano', como ya he empezado a ver".
Sin embargo, Rascón se muestra optimista - otros expertos ya se mostraban pesimistas a la entrada en vigor de la norma - y cree que en unos meses "las compañías se habrán adaptado y esto ayudará mucho al consumidor a saber qué está comprando", concluye.
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