Ha pasado exactamente una semana desde que Vox publicase el último comentario desde su cuenta oficial de Twitter. Desde entonces, la compañÃa sigue con su órdago contra los de Santiago Abascal y se niega a desbloquear sus funciones; y el partido mantiene el pulso y descarta de plano borrar el tuit de la discordia -la condición que ha impuesto la red social para recuperar la cuenta- ya que Twitter considera que ese mensaje "viola las polÃticas de la compañÃa" por "incitar al odio hacia un determinado colectivo".
Vox, con casi 400.000 seguidores en Twitter, no tiene suspendida la cuenta, pero sà inhabilitadas sus tres principales funciones: tuitear, retuitear y dar 'me gusta', pero sus administradores sà pueden acceder a ella y enviar mensajes directos a sus seguidores. Y es que Vox ha perdido, al menos temporalmente, su principal canal de difusión a cuenta del pin parental: en el mensaje en cuestión, acusaban al PSOE de promover la "pederastia" en los centros escolares a cuenta de las charlas complementarias que inscriben en el "adoctrinamiento en ideologÃa de género", en respuesta a la portavoz parlamentaria del partido, Adriana Lastra, que atacaba previamente en la misma red social la controvertida iniciativa de los de Abascal. "No soportan que sus ideas retrógradas no sean las de todas la sociedad. Que no lo llamen libertad, es odio", escribÃa Lastra.

Aunque la tensión entre ambos continúa intacta y ninguno de los dos bandos parece dar su brazo a torcer, fuentes de Vox confirman a El Independiente que desde el partido se han puesto en contacto con el equipo de Twitter España con el objeto de pedirles un "encuentro" para tratar de desencallar la situación sin tener que eliminar el tuit. Aunque aún no hay fecha concreta, la reunión tendrá lugar "en los próximos dÃas".
En Vox tienen claro que el objetivo de la cita con la compañÃa que dirige Nathalie Picquot en España no implicará que ellos den un paso atrás, sino que la red social "entre en razón" y desbloqueen la cuenta. Para ello, se presentarán a la cita con una recopilación de mensajes publicados en la misma red social por parte de "otros polÃticos" que "violan claramente la polÃtica que defiende la compañÃa", en lo que consideran un argumento válido que demuestra que Twitter estarÃa "vulnerando el derecho a la libertad de expresión de la tercera fuerza polÃtica del paÃs" de una manera "absolutamente subjetiva" y que no aplica al resto de usuarios.
"Un partido polÃtico no se puede permitir el lujo de borrar un comentario porque lo diga una empresa privada. Nuestros votantes no nos lo consentirÃan y polÃticamente sentarÃa un precedente que no creemos que sea bueno", justifican.
Del otro lado, fuentes consultadas de Twitter España afirman que tampoco darán un paso atrás, y confirman que la única vÃa es que Vox elimine el mensaje. Se defienden además de los ataques de los de Abascal -que han intensificado la campaña contra la "censura" impuesta por la red social"- reiterando su imparcialidad y su decisión de no participar "en prejuicios o sesgos de ningún tipo". En un comunicado, la compañÃa se mantiene firme y subraya que aplicarán las reglas "independientemente de la procedencia o afiliación polÃtica" de los afectados.
Si no hay acuerdo, actuará la justicia
Las mismas fuentes confirman que, de no llegar a un acuerdo en la mencionada reunión, el partido se plantearÃa acudir a los tribunales. "Sólo un juez está autorizado para valorar qué es incitar al odio y qué no", afirman.
En Vox consideran que la justicia deberá actuar porque, a su juicio, Twitter España no sólo se "está faltando a la verdad" y está vulnerando "el derecho a la libertad de expresión", sino que, si no da marcha atrás, seguirá infringiendo un "daño directo" a la imagen que proyecta el partido.
Vox tira de hemeroteca para exigir el fin de la "represión"
Desde que se consumase el veto, los dirigentes de Vox han iniciado una incansable campaña contra la "censura" y la "represión" impuesta por la red social a través de sus cuentas personales y secundarias del partido.
Uno de los primeros en hacerlo fue el propio lÃder de la formación, Santiago Abascal, que presionaba a la máxima dirigente de la compañÃa en España para que hiciese públicas las "explicaciones" del bloqueo. Utilizaba para ello capturas en las que "otros partidos polÃticos sà pueden clasificar como consideren a sus oponentes polÃticos sin sufrir por ello represión alguna", valiéndose de la estrategia que utilizará Vox en los próximos dÃas para ganarle la batalla a la todopoderosa red social.
La primera captura que utilizó Abascal referenciaba un tuit del actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. "Hacen falta más recortes sÃ, pero con guillotina", escribÃa en alusión al entonces alcalde de Leganés. La segunda es una captura de Izquierda Unida Madrid de hace tan sólo un mes, de la que Vox considera que "se incita al odio" y puede "ofender al colectivo cristiano". En ningún caso, Twitter tomó medidas.
Bajo el hashtag #TwitterResponde, diferentes dirigentes han tirado de hemeroteca para denunciar su caso, entre ellos el vicesecretario de comunicación del partido y responsable de redes, Manuel Mariscal.
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