En política no hay nada peor que ser un animal herido y, en estos momentos, Podemos lo es. Los malos resultados del 4-M, que provocaron la deserción de Pablo Iglesias, dejan a los morados abiertos en canal y con claros signos de debilidad. Pero además, Madrid ha abierto una puerta, la de otra izquierda que se mide de igual a igual con los socialistas y aunque en el ámbito nacional apenas es testimonial, se están moviendo muchas cosas bajo la superficie.

Como le pasara a Ciudadanos con el PP, Podemos empieza a ser víctima de una OPA. Le viene desde varios frentes y pretende, como objetivo compartido, arrebatarles la "joya de la Corona", esto es, a la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como candidata para las próximas elecciones generales y orillar a los morados, que no entran en la ecuación, según ha podido saber El Independiente de fuentes conocedoras de esta maniobra.

De fondo hay un frente amplio que aúna a Íñigo Errejón, de Más País, y a Mónica Oltra, de Compromís. Ellos ya fueron socios electorales en las últimas legislativas, de 2019, y no descartan la confluencia tras los buenos resultados en Madrid. Pero la operación va más allá de consolidar una opción verde al estilo alemán. Es ambiciosa y pretende sumar otros nombres, incluidos los de supuestos aliados de Pablo Iglesias, como el de Ada Colau, de los Comunes. La alcaldesa de Barcelona se implicó en la campaña madrileña, pero sus choques con Iglesias han sido continuos y públicos a lo largo de los últimos años.

Unai Sordo ha alertado a Pedro Sánchez que Díaz "es intocable"

También los anticapitalistas andaluces de Teresa Rodríguez, -que le tienen ganas al ex vicepresidente segundo y a la ministra de Igualdad, Irene Montero-, están participando de este proceso, incluso "se puede dar casi por hecho el acuerdo con Más País". En definitiva, se trata de unos movimientos a varias bandas, que conoce la propia Yolanda Díaz, según aseguran los mismos medios consultados.

Uno de los grandes impulsores y valedores de este movimiento está fuera de la política. Se trata del sindicato Comisiones Obreras, para quien Díaz es una de los suyos. Tal es así, que el secretario general de este sindicato, Unai Sordo, ha hecho llegar a Moncloa que consideran a la ministra poco menos que "intocable", aunque ella forme parte de un cuota sobre la que Pedro Sánchez no tiene capacidad de decisión.

La organización obrera que fuera "correa de transmisión" del PCE "no se resigna a carecer de un referente político". Podemos no ha cubierto esa necesidad, el partido histórico es residual e IU "no existe", a decir de algunos de sus antiguos dirigentes. De hecho, el ministro de Consumo y coordinador general de IU, Alberto Garzón, no sólo esta orillado en el Ejecutivo sino que sus relaciones con Díaz acabaron en bronca y con ella rompiendo el carné de militante de IU, que no del PCE, a finales de 2019.

Comisiones reconoció en marzo a Díaz por "lucha en la mejora de las condiciones de la clase trabajadora"

El grado de sintonía es tal, que recientemente, CC.OO. de Galicia reconoció a la vicepresidenta tercera con el premio "10 de marzo" por su "lucha en la mejora de las condiciones de la clase trabajadora gallega". Al acto acudió Suso Díaz, su padre, quien fuera secretario general de la dirección territorial del sindicato. Efectivamente, una de los suyos.

El fichaje de Yolanda Díaz para una nueva plataforma de izquierdas asestaría, sin duda, un golpe mortal a Unidas Podemos. Iglesias le ha ungido como candidata a la presidencia del Gobierno, sean cuando sean las próximas elecciones, y ella, prudente, no ha dado el "sí". A finales de abril, en una entrevista en La Sexta, dijo agradecer "la confianza" del líder morado, pero su prioridad ahora es trabajar "en la mayor crisis económica y social" y no se quiere "distraer". Además, de tomar una decisión en este sentido, "le daría la palabra a los militantes". Una manera muy elegante de ganar tiempo.

Díaz es una de las ministras más valoradas por los ciudadanos a decir de los sondeos del CIS, mientras que Irene Montero e Ione Belarra están en el furgón de cola, aunque la titular de Derechos Sociales y Agenda 2030 es todavía una gran desconocida para el público. A la titular de Trabajo sólo le separa una décima de valoración de la ministra de Economía, Nadia Calviño, y de la de Defensa, Margarita Robles, ambas con un 5,3 de nota. La gallega un 5,2. Son las únicas que aprueban. En cambio, Montero y Belarra se tienen que conformar con un 3,5.

La verdad es que tanto la candidatura a la presidencia del Gobierno como el relevo en el liderazgo de Podemos marcaba un horizonte a medio plazo. Sin embargo, la dimisión de Iglesias ha precipitado a celebración de una Asamblea Ciudadana el 13 de junio tras la cual el partido quedará en manos de Ione Belarra y de Irene Montero. Ya no se trata de una bicefalia, sino de un tricefalia a la que añadir además, a Garzón.

Muchos ven en Podemos un lastre condenado a seguir los pasos de Ciudadanos

No es menos verdad que la opción del frente amplio que capitanea Errejón con la ayuda de Tania Sánchez y su entorno, incluye a más actores políticos, pero muchos ven en Podemos un lastre condenado a seguir los pasos de Ciudadanos, aunque sus 32 escaños en el Congreso y su pertenencia al Gobierno de la Nación le dan un poder que no tienen, ni de lejos, los naranjas. Otra cosa es que esa alianza, más la ausencia de Iglesias, les perjudique electoralmente como eslabón débil de la coalición.

Además, fuentes conocedoras de esta operación vaticinan trasvases próximos de dirigentes y cargos medios de Podemos a Más País, Compromís o Andalucía no se rinde. Ni Errejón, ni Oltra, ni Rodríguez se van a quedar parados ante el proceso que se abre en Podemos. Porque las opas no son sólo cosa del mundo empresarial.