Aunar personalidades y proyectos tan distintos en una sola plataforma electoral tiene una enorme complejidad y si no que se lo digan a Unidas Podemos y sus confluencias. Aquello acabó en rupturas y enfrentamientos, porque nadie tiene la tecla que asegure una feliz convivencia entre dirigentes de distinto origen. Esto es lo que va a volver a intentar Yolanda Díaz, quien, a diferencia de Pablo Iglesias, tiene otros modos y formas de conducirse.
En su haber cuenta ya con apoyos poderosos como el de Ada Colau o Mónica Oltra, -que están haciendo distintos movimientos internos en sus formaciones-, también el de Irene Montero e Ione Belarra. En fuentes catalanas y valencianas coinciden en que el nuevo modelo de relaciones pasará por "respetar las identidades de cada uno", sin derivas autoritarias como las que, a su juicio, quiso imponer Iglesias. Esa parece ser la hoja de ruta de la candidatura que el ex director de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, ha vaticinado triunfadora de las próximas elecciones generales.
A Colau "se le acaba el tiempo" y Oltra "quiere jugar otro papel"
Se trata de "un frente amplio donde estén todos y todos encuentren acomodo", señalan las fuentes consultadas. Del mismo modo admiten que a Colau "se le acaba el tiempo" en el ayuntamiento de Barcelona, donde va a a tener serias dificultades para seguir de alcaldesa a partir de 2023, mientras que Oltra "quiere jugar otro papel" aunque actualmente sea vicepresidenta del gobierno valenciano. Quizá le apetezca desembarcar en el Congreso de los Diputados
Por su parte, la madrileña Mónica García "se lo piensa" gracias a las buenas relaciones que mantiene con la gallega y que auguran una futura escisión con el líder de Más País, Íñigo Errejón. Porque si hay algo en lo que vienen coincidiendo las distintas fuentes consultadas por El Independiente es en destacar la irrelevancia política del que fuera fundador de Podemos, lo que no se comparece con su gran presencia mediática.
No deja de tener su lógica interna que en Podemos se despachen contra él y digan que es "el último mono del Congreso, no más que el BNG" o que "no es nadie y más desde que Pablo se fue". "Lo que hizo en Podemos es infame desde el punto de vista ético y moral", agregan, aunque Errejón tiene una opinión similar a lo que hizo con él el ex líder morado, quien fue liquidando toda disidencia interna.
Errejón, a la baja
Pero es que desde el entorno de la vicepresidenta también subrayan que el partido de Errejón "tiene poco recorrido" y "carece de capacidad de mando sobre Más Madrid", que sí puede movilizar votos en la potente circunscripción madrileña. Y aunque no descartan que el fundador de Podemos se acabe sumando a ese frente amplio, se ha convertido en una especie de pieza de caza menor.
Y tres. Fuentes bien informadas de los movimientos a varias bandas que se están produciendo desde que Iglesias señaló a Yolanda Díaz como sucesora dicen que Errejón "no pinta nada". Lo cierto es que los sondeos no están siendo amables con él. El último CIS, con una credibilidad bajo mínimos, le otorgaba un 3,3 por ciento del voto, por detrás de Ciudadanos. Pero tampoco salía menor parado en el sondeo de septiembre de Gad3, porque le daba un exiguo 2,2 por cierto con una tendencia descendente desde el mes de abril.
Es el de Errejón el único nombre masculino que entra, y a duras penas, en la ecuación. Porque si hay una característica de este proyecto de andamiaje para una plataforma de izquierdas o frente amplio, todavía de resultado incierto, es que está llena de nombres femeninos, o lo que dice muy gráficamente una de las personas que promueve este movimiento "libre de 'señoros' y "machirulos".
Vendría a ser lo que Díaz calificó de "egos", sin dar nombres. El término "señoros" hace referencia a aquellos hombres que tienen tendencia al tutelaje o paternalismo, que señalan el camino por donde deben transitar, en este caso, sus compañeras de partido.
Porque a esta nomenclatura cabe añadir a otra mujer, la andaluza Teresa Rodríguez, en un territorio en el que, como en Madrid, es importante aunar fuerzas. Los diputados madrileños y andaluces representan el 28 por ciento de la Cámara Baja.
La confección de las listas
Yolanda Díaz, Ada Colau, Mónica Oltra, Mónica García, Teresa Rodríguez sin olvidar a las ministras Irene Montero e Ione Belarra componen el puzle que maneja la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. Hasta la ex alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha entrado en liza a favor de esa plataforma que no necesariamente debe estar formada por un agregado de partidos, sino también por personalidades de la sociedad civil.
Queda por evaluar qué papel quiere darle a las dirigentes de Podemos con las que comparte responsabilidades de Gobierno, habida cuenta de que si bien los morados desean actuar a modo de nave nodriza, la gallega marca distancias con el partido de Iglesias. Los movimientos son embrionarios y auguran dificultades a la hora de diseñar un modelo en el que todas esté cómodas y la confección de las futuras listas electorales no se convierta en un infierno, aunque para eso queda un largo camino.
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