La investigación al BBVA dentro del caso Villarejo por si su anterior presidente, Francisco González (FG), contrató los servicios del comisario José Manuel Villarejo cuando estaba en activo en la Policía supuestamente para espiar a empresarios a los que consideraba sus rivales puede tener un impulso decisivo esta semana.

El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea tomará declaración como investigados al exjefe de Seguridad del banco, Julio Corrochano, y al exconsejero delegado Ángel Cano. Ambos fueron imputados en la causa en la que la entidad también está investigada como persona jurídica en 2019, pero se acogieron a su derecho a no declarar. Corrochano sí contestó a las preguntas de los abogados del banco para la elaboración del informe interno de tipo forensic realizado por consultoras externas. Ahora, los dos han pedido comparecer voluntariamente.

Sus declaraciones pueden ser determinantes para aclarar la responsabilidad del expresidente de la entidad sobre la contratación de la empresa Cenyt de Villarejo, que entre 2004 y 2017 realizó distintos informes de inteligencia para el banco por los que cobró más de 10 millones de euros.

La Fiscalía Anticorrupción basa su acusación contra FG, contra Corrochano y contra la entidad en la teoría de que los dos primeros conocían la condición policial de Villarejo y, por lo tanto, el carácter ilegal de los encargos que llevó a cabo. Los investigadores consideran que los ex altos directivos incurrieron en los delitos de cohecho y revelación de secretos por la contratación de la empresa del comisario, que eligieron precisamente por la información confidencial a la que podía acceder por sus contactos en el Cuerpo, a diferencia de otras compañías de detectives.

Respecto a Corrochano, al que Villarejo conocía desde 1974 cuando trabajaron juntos en la comisaría de San Sebastián contra el terrorismo, los investigadores encuentran indicios también de que fue recompensando por su viejo amigo por abrirle las puertas del banco. En concreto, una filial del grupo Cenyt - Stuart&Mckenzie- habría comprado muebles al jefe de seguridad por importe de 44.579,49 euros entre julio y octubre de 2013. Fue la misma empresa que emitió a su favor una certificación de evaluación de prácticas, lo que le permitió -según la Fiscalía- ‘reforzar’ su currículo como graduado en Derecho.

Corrochano, ¿inculpará o exculpará?

Según un informe del Ministerio Público de noviembre de 2019 incluido en la pieza 9 o BBVA del caso Tándem, Corrochano (policía retirado, fue comisario general de la Policía Judicial) habría "recibido directamente del entonces presidente del BBVA, Francisco González, el encargo de gestionar las contrataciones con Cenyt por sus vínculos personales con José Manuel Villarejo Pérez tras años como compañeros en el Cuerpo Nacional de Policía, a sabiendas de su condición policial en activo y de que sus servicios incluían el acceso a información reservada". En el citado informe se consideró que "desde el primer contrato con Cenyt del 2 de diciembre de 2004 ya sería conocida por BBVA la naturaleza ilícita de las contrataciones".

Tanto los abogados que ejercen la defensa de BBVA, como los de de FG volcaron toda la responsabilidad de las contrataciones en Corrochano. También el exjefe de Riesgos de la entidad, Antonio José Béjar, declaró que el expresidente González le indicó que contratara a la empresa que eligiera Corrochano, sin saber él si era la del comisario Villarejo.

Sin embargo, en un escrito remitido recientemente al juez de refuerzo del Juzgado Central 6 ante el que declara este martes, Corrochano avanzaba que nunca supo si Villarejo continuaba en la Policía. Afirmó que para él era "inimaginable" que estuviera en activo y que en el Cuerpo no se conociera el tipo de trabajos privados que realizaba porque su relación con la cúpula, así como con miembros del CNI, era conocida. En dicho escrito, afirmaba que se limitó a firmar contratos y deslizó la responsabilidad de la contratación en la cúpula de la entidad. Su declaración y la de Cano este martes pueden servir para aclarar las contradicciones que hasta ahora se han dado en la causa o para hacerlas más evidentes.