Más allá de la construcción de su alternativa nacional a Pedro Sánchez, de los diferentes procesos electorales a la vuelta de la esquina, y de la operación para reunificar una fragmentada derecha política, Pablo Casado tiene un importante desafío pendiente que no terminó de resolver en 2021 y que promete perseguirle en 2022. La tensión que suscita Isabel Díaz Ayuso en los altos mandos de Génova llevaba tiempo soterrada, pero la crisis estalló cuando ella abrió la caja de los truenos en el PP anunciando formalmente su candidatura para presidir el PP de Madrid sin consultar primero al jefe de los populares, que se resiste a dejar el mando orgánico del partido al nuevo 'verso libre' del PP.

Aunque ese fue el detonante, la crisis interna se agravó por los reproches cruzados, las filtraciones y, en suma, la "guerra sucia" entre dos 'bandos' enfrentados por una cuestión de fondo mucho más relevante que el PP de Madrid, y que tiene que ver con la creciente cuota de poder de una líder a la que algunos ven capaz de mover la silla a Pablo Casado si su proyecto no termina de cuajar. El desgaste interno y externo llevó a la dirección nacional a decretar silencio absoluto sobre el asunto, pero no surtió efecto. En los últimos tres meses -desde el 1 de octubre de 2021 hasta este viernes 31 de diciembre- más de la mitad de las noticias publicadas sobre el PP en las portadas de cinco de los principales medios de comunicación nacionales -El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia y La Razón- mencionan la guerra entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso.

En concreto, de las 460 portadas revisadas -92 por periódico-, 140 incluyeron alguna información sobre el Partido Popular, de las cuales 72 eran noticias relativas a la presidenta de la Comunidad de Madrid y la crisis del PP y 68 sobre otras temáticas, desde iniciativas del primer partido de la oposición para frenar las políticas de Pedro Sánchez hasta intervenciones o anuncios de Pablo Casado, pasando por las cuentas pendientes con la Justicia, las novedades respecto al cambio de sede o la línea estratégica para frenar a Vox en las urnas. Un empate técnico que se decanta, por poco, por el protagonismo mediático de Isabel Díaz Ayuso en su pulso con la dirección de Génova, pero que pone de relieve cómo la crisis interna y la ausencia de una solución en el corto plazo eclipsa la labor de oposición de Pablo Casado.

Llama especialmente la atención el hecho de que la presidenta de la Comunidad de Madrid copase también gran parte del eco mediático durante la Convención Nacional del PP, entendida como la puesta de largo de Pablo Casado no como jefe de la oposición, sino como líder absoluto del PP y candidato a La Moncloa. Tras el contundente mensaje de Ayuso al presidente de los populares en que se descartó a sí misma para liderar el PP a nivel nacional y con el que abrieron la mayoría de las portadas anteriormente mencionadas, Pablo Casado logró que la tormenta mediática amainase... pero por poco tiempo.

El lanzamiento del nombre de José Luis Martínez-Almeida como posible contrincante de Ayuso en unas primarias; la petición coral de los barones del PP para que Pablo Casado pusiese fin a la guerra interna y pactase una lista unitaria para el congreso madrileño; la negativa de Génova a celebrar el cónclave regional "cuanto antes", como exigía Sol; la supuesta 'pinza' entre Díaz Ayuso y Álvarez de Toledo contra Pablo Casado; o la petición del presidente del PP a acabar con los "solistas" del partido han llenado las principales portadas del país día a día durante los últimos meses. Especial interés mediático tuvo también el frío reencuentro entre Casado y Ayuso durante la presentación del libro de Mariano Rajoy el pasado 1 de diciembre.

En la otra parte, y mientras algunas iniciativas del líder de la oposición pasaban inadvertidas por la ingente crisis interna -es el caso de la gira latinoamericana que protagonizó a principios de diciembre y de la que no hay una sola referencia en las portadas de los mencionados rotativos-, los medios sí llevaban a su primera página de la edición impresa el pacto con el PSOE para renovar el Tribunal Constitucional -pero no el CGPJ-; el rechazo de Pablo Casado a la contrarreforma laboral y el malestar con la CEOE por el 'sí' de Antonio Garamendi; la propuesta del jefe de la oposición de presentar un '155 lingüístico' en Cataluña por la negativa de la Generalitat a acatar la sentencia del Supremo sobre el castellano en las aulas; y, como colofón al año, el adelanto electoral en Castilla y León, que en las filas populares se entiende como la estocada definitiva a Ciudadanos.

Casado trata de 'diluir' el protagonismo de Ayuso

"No vamos a dedicar ni un minuto a hablar de cuestiones orgánicas que, lamentablemente, ocupan mucho espacio en los medios de comunicación". Durante el balance del año, Pablo Casado dibujó la línea estratégica que seguirá el partido en los próximos meses y que se ha convertido en un secreto a voces dentro de la dirección nacional: no negar el 'éxito' sin parangón de Ayuso pero equipararlo al del resto de presidentes autonómicos, con Alfonso Fernández Mañueco como principal exponente de una -casi- mayoría absoluta similar a la que obtuvo la presidenta madrileña en mayo de 2021.

El jefe de la oposición quiere volver a unir al partido en torno a su liderazgo y diluir el protagonismo que ha ido ganando Isabel Díaz Ayuso que no hace sino eclipsar su labor al frente del PP. Sin ir más lejos, en su última comparecencia de 2021, Pablo Casado ubicó el impulso del PP en las encuestas a nivel nacional antes del éxito de Ayuso el 4-M, concretamente cuando fracasó la moción de censura que Ciudadanos y PSOE intentaron en Murcia, diluyendo el relato de que el llamado 'efecto Ayuso' volvió a situar al PP como la fuerza más votada en las encuestas. "Estamos orgullosos de la labor que han hecho todos nuestros presidentes autonómicos. La gestión de Feijóo, Ayuso, Moreno, Mañueco, López Miras y Vivas ha sido extraordinaria", zanjaba Casado.