España

Yolanda Díaz retrasa su campaña ante la garantía de Sánchez de que no adelantará elecciones

No descuida, en cambio la agenda internacional. Esta semana viajó a Brasil, lo que le impidió acudir el miércoles a la comparecencia parlamentaria de Sánchez

Yolanda Díaz el pasado miércoles con Lula Da Silva en Brasil EFE

Abril tampoco va a ser. La invasión de Ucrania, con el agravamiento de la situación económica del país, es el argumento de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para retrasar, una vez más su llamada “campaña de escucha”. Ella misma lo anunció recientemente en la Ser. Defendió que, “por responsabilidad”, no podía ponerse a recorrer España para mantener contacto con distintos colectivos políticos, sociales o culturales mientras el país superponía una crisis sobre otra que exigía respuestas del Ejecutivo central.

Éste era el paso previo para acabar sondeando alianzas y, llegado el caso, presentar su candidatura a la presidencia del Gobierno. Pero de fondo subyace otro motivo, esto es, que Pedro Sánchez le ha trasladado, tanto a ella como a la líder de Podemos, Ione Belarra, “que estén bien tranquilas porque no va a convocar elecciones generales”, informan fuentes moradas.

Sánchez insistió en este mensaje de forma colateral en la reunión que mantuvo con ambas al objeto de cerrar la enésima crisis de la coalición con motivo del envío de armas al ejercito de Ucrania. Aludió entonces a las repercusiones que el tema podía tener para el Ejecutivo argumentando varias veces que "tendremos tiempo de compensarlo porque queda mucho" para el fin de la legislatura.

Podemos no se fía de las palabras de Sánchez

Otra cosa es la credibilidad que los propios socios gubernamentales dan a ese compromiso. Podemos, a diferencia de Díaz, no se fía. No descartan que el jefe del Ejecutivo quiera pillarlos fuera de juego, entre otras cosas porque carecen de plataforma electoral y todo son interrogantes respecto a los planes de la ministra de Trabajo. Por eso, su decisión de retrasar, otra vez, la anunciada campaña de escucha comienza a desatar el nerviosismo en Podemos.

Primero fue enero la fecha elegida para comenzar a recorrer España, pero la ardua negociación de la reforma laboral exigió de toda la energía de la vicepresidenta, que estuvo a punto de naufragar si no hubiera sido por el voto equivocado el diputado popular extremeño Alberto Casero. Después, la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la nueva crisis económica desatada vuelve a posponer la agenda de una campaña para la que la titular de Trabajo al menos ya tiene los colores que la representarán. No se sabe si el morado estará entre ellos.

La actual legislatura caduca a finales del año que viene. Hay barones socialistas que apuestan por llamar a los ciudadanos a las urnas poco antes de las locales y autonómicas de mayo del año que viene para aprovechar la movilización general del partido. El problema de llevar la legislatura a fin es la presidencia de turno de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023.

Forzar el calendario para llegar a enero de 2024

Hay otra opción. Llegar a enero de 2024. Se trataría de una lectura forzada de la ley respecto a cuándo se considera que una legislatura echa a andar, esto es, si lo hace el día de las elecciones o el de la investidura del presidente del Gobierno. Sánchez fue elegido en segunda votación el 7 de enero de 2020, dos meses después de la consulta ante las unas.

Paradójicamente Díaz no está descuidando su agenda internacional. A la sorpresiva visita al Vaticano de hace unos meses, -para ser recibida por el Papa en audiencia privada-, suma otros dos desplazamientos muy recientes. Viajó a la toma de posesión del nuevo presidente de Chile junto al Rey, donde tuvo también agenda propia, y estos días estuvo en Brasil para participar en el Encuentro Internacional Democracia e Igualdad, organizado por el Grupo de Puebla. Allí aprovechó para reunirse con Lula Da Silva. Eso le impidió estar este miércoles en la comparecencia de Sánchez en el Congreso para explicar el plan nacional de respuesta.

Podemos asumió, desde que se produjo el relevo en vicepresidencia segunda de Pablo Iglesias por Yolanda Díaz, que tenía que ser la gallega la que marcara sus plazos, “sin presiones”. Pero desde entonces ha pasado más de un año, se han celebrado elecciones en Castilla y León sin que Díaz asumiera ni esa campaña ni los malos resultados como propios, y vienen las andaluzas, en las que parecía que iba a implicarse algo más aunque todo dependerá de las expectativas de voto. Además, la falta aún de un acuerdo cerrado entre la izquierda alternativa andaluza puede retraer de nuevo a Díaz.

Podemos ve cada día más "carmenalizada" a Díaz

El partido que fundara, entre otros, Pablo Iglesias, teme verse convertido en un actor secundario de los planes de la vicepresidenta, a la que ven cada vez más “carmenalizada”, esto es, despegada de la coalición política bajo cuyas siglas concurrió a las elecciones, tal como hizo la ex alcaldesa Manuela Carmena. De ahí que la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, esté reclamando un espacio propio para su formación con el que situarse en una posición de fuerza.

Belarra ha atribuido en exclusiva al espacio morado el mérito del nuevo escudo social contenido en el plan nacional de respuesta, actitud que no entusiasma en el entorno de Díaz. “No debemos hacernos daño con esas cosas. El decreto es del Gobierno, de todos”, subrayan las fuentes de vicepresidencia segunda consultadas, mientras marcan distancias con las siglas moradas.

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