Primera gran pugna política del año, bajo la perspectiva electoral de fondo con el objetivo puesto en las elecciones de mayo. Después de varios días tensionando, y de dar a entender el pasado martes que podría incluso plantearse romper la coalición con el PP en Castilla y León, Vox ha desplegado una estrategia de distensión hasta el punto de afirmar que no tienen voluntad de abandonar el pacto regional. Algo que no matizan de esa manera los populares de Alberto Núñez Feijóo, que tras dar, internamente, libertad absoluta al presidente Alfonso Fernández Mañueco, no aclaran si prevén o están dispuestos a romper con la tercera fuerza política de la región. Este jueves, el propio coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha evitado referirse de forma directa al asunto bajo unas declaraciones planas, no tanto enfocadas a la unidad de socios, sino a la necesidad de "hablar y dialogar" para dar dejar de lado el asunto.

Internamente, la voluntad del PP es la de mantener el acuerdo de Gobierno en lo que resta de legislatura y no adelantar elecciones, al no haber un escenario claro por delante. Pero para ello, Vox tiene que cumplir una exigencia: "corregir" la actitud del actual vicepresidente Juan García-Gallardo para que deje de tener salidas de tono y actuar de manera precipitada y dispar al resto del Ejecutivo autonómico. Y de no hacerlo, Abascal tendrá que plantearse buscar un sustituto, algo que de cara al público sería interpretado como una derrota del socio minoritario. Fuentes de Vox, además, cierran filas con su cabeza de cartel, por lo que esa opción quedaría anulada.

En la víspera a la manifestación convocada por Foro España Cívica y la Fundación Foro Libertad y Alternativa en la Plaza de Cibeles de Madrid al mediodía del sábado, contra la actuación del Gobierno y en favor de la Constitución, Vox ha presentado ante el Tribunal Constitucional (TC) un enésimo recurso de inconstitucionalidad contra la derogación del delito de sedición y la rebaja de penas para la malversación. Una forma de marcar posiciones en pro de erigirse como alternativa clara a Pedro Sánchez y complementarlo con esa cita, justo un mes después de que se anunciase ese propósito de recurrirlo. Este movimiento, junto a la estrategia de distensión puesta en marcha, se está complementando con el discurso de que el PP, al evitar hablar abiertamente del aborto, se ha ligado a las tesis de la izquierda, algo definido por Génova como "propaganda". Con ello, Vox apunta a afianzar electorado, especialmente entre los sectores más conservadores del PP que aún siguen de lado de Feijóo por utilidad.

Vox busca afianzar al electorado más conservador abriendo a debate cuestiones en las que el PP no se siente cómodo, como es el aborto. A ello, se añade la campaña para situar a Génova próximo a la izquierda

Desde Génova saben que cualquier acercamiento a las tesis de Vox puede perjudicar a la estrategia moderada y centrista impuesta por Feijóo desde su llegada a la presidencia del partido. Más en este momento, con el equipo de campaña compuesto por Bendodo, Borja Sémper como portavoz, y Carmen Fúnez e Íñigo de la Serna como coordinadores de programa, listo para esbozar las principales líneas a seguir. El vértigo entre los populares, que se plantearon en un primer momento que Feijóo participara, al tratarse de una convocatoria de plataformas civiles, es que la coincidencia con Abascal surtiera el mismo efecto que la 'foto de Colón', que animó a Sánchez a convocar elecciones. Algo que, en este momento, podría estimular la salida del voto socialista adherido y moderado en general, frustrar la capacidad de crecimiento para alcanzar la meta de sumar más que toda la izquierda en este ciclo, y dar aliento a Vox para abordar los temas más ideológicos que incomodan al PP.

Rollán, Arrimadas y Villacís representarán a PP y CS

Los populares no hablan de querer restar cualquier vinculación, en lo posible con Vox, sino que hacen hincapié para justificar la ausencia de los rostros más conocidos del partido en que el protagonismo debe ser de la sociedad civil. Desde el partido trasladan que el PP acudirá, de manera "importante y nutrida", pero rechazan que sean los políticos los que tenga el foco. El PP indica que ha invitado a participar a todos sus afiliados a nivel nacional mediante las direcciones territoriales y serán ellos quienes decidan estar presentes.

En la capital, Feijóo, la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso y el alcalde madrileño José Luis Martínez-Almeida, se han descartado, aunque desde el partido dicen que todos ellos apoyan el motivo de la convocatoria y su finalidad. Tampoco acudirá el resto de la dirección nacional del PP, caso de Cuca Gamarra, la secretaria general; el propio Bendodo; los vicesecretarios Miguel Tellado, Juan Bravo, Esteban González Pons y Carmen Navarro. No obstante, fuentes populares apuntan a que finalmente será el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, será quien asuma la responsabilidad. Él también fue el enviado, el pasado fin de semana, a la VI Asamblea General de Ciudadanos, que ha abogado por la misma estrategia que el PP, aunque con fallos en cuanto al planteamiento.

Tras la refundación del partido, los naranjas quieren desligarse de esa percepción de subalternos al PP, pero también huir de los populismos. Por ello, la nueva dirección nacional de Ciudadanos no acudirá al evento, ni si quiera su secretario general Adrián Vázquez o su portavoz política Patricia Guasp. Nadie salvo Inés Arrimadas, Begoña Villacís y el viceportavoz y diputado Guillermo Díaz. Arrimadas y Villacís integran solo el Comité Ejecutivo de manera testimonial, pero son los rostros más conocidos de la formación de cara al público, por lo que presencia acabará ligándose a la de Ciudadanos.