España

Nueva etapa del grupo parlamentario

Los dos detalles de CS en el Congreso que alejan de la tregua a diputados y dirección

La continuidad de Bal como adjunto no ha sellado la división entre la facción más progresista y la continuista | La designación de Guillermo Díaz como enlace con la cúpula y la "imposición" del voto al decreto económico disgustan internamente

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, vuelve a su escaño tras dar la réplica a Pedro Sánchez en su última comparecencia en el Congreso EFE

Primera prueba de fuego para Ciudadanos en el ámbito parlamentario y pocas certezas. Tras acelerar los trámites para cerrar los detalles que marcarán el rumbo del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, la primera puesta en escena en la sesión extraordinaria, que ha convalidado el tercer decreto anticrisis y ha acogido la enésima comparecencia de Pedro Sánchez, ha evidenciado que aún quedan flecos sueltos por rematar. Ello, en beneficio de una convivencia que pueda prolongarse sin sobresaltos hasta final de legislatura, a priori fijada aproximadamente para el mes de diciembre. En un nuevo encuentro parlamentario entre Inés Arrimadas, ya como diputada rasa y portavoz naranja en la cámara baja, y Edmundo Bal, que continuará como adjunto como decisión de consenso de la nueva dirección del partido, han quedado reflejados dos detalles que distancian la corriente 'balista' con la 'arrimadista' adherida ya al liderazgo de Patricia Guasp y Adrián Vázquez. Por un lado, están las diferencias en la toma de decisiones. Por el otro, la dificultad de hacer propio un discurso oficialista calificado, ocasionalmente, de radical y "desproporcionado" durante la campaña de primarias de los liberales.

De manera previa a la última manifestación contra el Gobierno, convocada el pasado sábado en Madrid por asociaciones civiles Foro España Cívica y Fundación Libertad y Alternativa y en la que Arrimadas compartió presencia con personalidades del PP y Vox integradas entre el público general, Bal afirmó que Ciudadanos no debía estar. "Si hemos planteado que tenemos que tener un espacio autónomo al PP y Vox (...) y ser el dique de contención del populismo, Ciudadanos no debe asistir a esa concentración", expresó. En referencia a esa protesta, durante su comparecencia, Sánchez bromeó con la ausencia de Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Y también con la participación conjunta de "las derechas". Además, recomendaba a la portavoz naranja cambiar de compañías para huir de la "marginalidad" abocada por compartir plano con los populares y la ultraderecha. Tras ello, Arrimadas marcó distancias.

"No se atreve a reírse de EH Bildu o de sus socios de ERC. El 7 de enero [en Bilbao] se manifestaron 20.000 personas para pedir la excarcelación y la amnistía para los presos etarras. ¿Sabe quién estaba en la cabecera? Sus socios de EH Bildu y la plana mayor de ERC. ¿De esa manifestación no se ríe? A ver si es tan valiente de reírse en vez de hacerlo de la convocatoria de Cibeles. Fui con la cabeza alta, sin acomplejarme, y con personas con las que se han jugado la vida (...). Cuenten hasta un millón mientras ustedes aplauden a sus socios", reivindicaba Arrimadas, que solo arrancaba el aplauso de su escudero parlamentario Guillermo Díaz. El resto de diputados presentes, que apoyaron la candidatura de Bal, como Miguel Gutiérrez, Sara Giménez, José María Espejo-Saavedra, Juan Ignacio López-Bas permanecían expectantes y con rostro serio en la línea de su 'segundo'; en una evidencia de incomodidad por la cuestión abordada, pese a que Ventas dio libertad de asistencia a los cargos que lo considerasen. Hay que puntualizar, eso sí, que al término de la intervención de Arrimadas, tanto en el primer turno de réplica como en el posterior, toda la bancada de Ciudadanos la respaldó con un aplauso mesurado.

La actitud del grupo en este punto del discurso vuelve a sacar a relucir las diferencias ideológicas mostradas durante el mes de diciembre y la campaña hacia la VI Asamblea General del partido, entre una propuesta combativa con el nacionalismo y crítica con el PSOE de Sánchez, y otra aperturista hacia el centro izquierda para dar capacidad de tejer acuerdos con los socialistas para, así, alejarlos de EH Bildu y ERC. A ello, se incluye la acentuación expresada por la diputada por Cádiz María del Carmen Martínez a la hora de trasladar el voto al real decreto de medidas económicas en su tercera prórroga. Tras esbozar las líneas generales de la postura del grupo frente al nuevo texto, basado en el cuestionamiento de que la rebaja del IVA en los alimentos vaya a materializarse notablemente en el bolsillo del consumidor y en la petición reiterada de que se deflacte el IRPF, Martínez afirmó con contundencia: "Por esto, la dirección de mi partido ha decidido que nos abstengamos y así lo haremos".

En el seno del grupo de Ciudadanos hay malestar, al ver que esta primera gran decisión de voto en la nueva etapa del partido se ha tomado "sin preguntar" o debatir con los nueve representantes. Porque "siempre la decisión de votación parte del Congreso, y esta vez no ha sido así". Y es que la líder política, Guasp, anunció la decisión tras la reunión semanal del Comité Permanente, el alto mando de los liberales, el lunes. También genera dudas que Guasp, tras insistir en ello durante las primarias, deje ahora en el aire si terminará presentándose a las nuevas primarias de otoño que definirán al candidato a las elecciones generales. "Ya habrá tiempo de decidir si me presento", dijo recientemente en una entrevista a ABC. Más cuando el entorno de Bal desveló que durante el momento en el que se debatía implantar una bicefalia orgánica, Arrimadas propuso a su mano derecha dar paso conjuntamente a una nueva dirección y volver a presentarse este otoño en tándem. Sigue sin descartarse que, como publicó El Independiente, Bal vaya a concurrir a esas primarias.

Mayo será uno de los principales puntos de inflexión en Ciudadanos y en las relaciones internas del grupo parlamentario, que recela de la imposición de la abstención al decreto económico

Uno de los puntos de inflexión más relevantes en los próximos meses, para saber si se avanza hacia el cierre de heridas o se amplifican, serán los comicios de mayo y el resultado que obtengan las diversas candidaturas de la formación. Un panorama, no obstante complicado, en el que se estima la salida en todos los parlamentos autonómicos y el mantenimiento en algunos feudos locales y a gran escala como el de Madrid.

Como también adelantó este periódico, Bal negoció con Vázquez un mantenimiento en sus funciones parlamentarias a cambio de permitir en la ponencia de estatutos de la última asamblea el éxito de la enmienda al artículo 71, que hubiese impedido al secretario general compatibilizar su cargo con el de eurodiputado. Asimismo, se llegó a un acuerdo para incorporar a la lista de Bal en un tercio del Consejo General de Ciudadanos, y hacerse con dos quintos del Comité de Garantías. Eso ha pesado en la decisión del dirigente madrileño que, sin embargo, no ha visto impedimentos para afianzar nuevos mecanismos de "control" parlamentario.

Nuevos instrumentos de supervisión en el Congreso

Aunque no impedirá que la mayoría parlamentaria, in extremis, decida firmar un escrito para sustituir de la portavocía a Arrimadas, como podrían hacer los representantes afines a Bal vía escrito a la Mesa del Congreso -algo que solo se plantearían ante una presión notable desde la cúpula de Ciudadanos-, la dirección ha introducido algunas variables para afianzar su control sobre la toma de decisiones. Pese al mantenimiento de Bal en sus competencias, y debido además a la casi nula presencia de la Permanente en el grupo, Ventas ha designado a Díaz como coordinador y enlace. La dirección lo atribuye a que el malagueño, viceportavoz nacional, es el único puente entre los dos ámbitos; en el grupo pesa más una idea de control y compensación por ser fiel a la candidatura ganadora.

Para el grupo, y como adelantó The Objective, esta designación a posteriori no ha sentado bien, ya que consideran que va en contra de los nuevos estatutos conformados a mediados de mes en el cónclave de los naranjas. En su artículo 97, el cual atribuye a cada grupo institucional la competencia de elaborar un reglamento interno que, "una vez ratificado, será la norma básica de organización y funcionamiento del grupo sin posibilidad de modificación alteración o reforma, salvo por la misma vía seguida para su aprobación y ratificación". Ello, no se ha producido. A ello, se une que, cada jueves, en la reunión cotidiana del grupo en las instalaciones del Congreso, tendrán presencia el secretario general Vázquez, y el vicesecretario general Mariano Fuentes.

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