Al director del CIS, José Félix Tezanos no le cabe duda que Pedro Sánchez repetirá un segundo mandato electoral conforme ha sido la dinámica democrática en España al margen de las "encuestillas" y de las estimaciones de voto "simplistas" que algunos hagan. En su último artículo de la Fundación Sistema titulado "Tensiones electorales", explica que desde la aprobación de la Constitución España ha venido siendo "una sociedad en la que, aun existiendo una inclinación general de la población hacia posiciones progresistas y de izquierda moderada, se ha seguido una secuencia de ciclos de al menos dos legislaturas con preponderancias de gobiernos de uno u otro color", recordando que ese fue el caso de Adolfo Suárez, de Felipe González -"que superó holgadamente los ocho años de gobierno"- de José María Aznar y de José Luis Rodríguez Zapatero.

Curiosamente, obvia a Mariano Rajoy, quien no completó su segunda legislatura por la presentación de una moción de censura de Pedro Sánchez que le desalojó del poder y que, a efectos contables, no computa para Tezanos. Siguiendo esta misma lógica, concluye en un análisis de cuatro páginas, que "es plausible esperar que en las elecciones de finales de 2023 opere ese 'factor de consolidación de ciclo' en una forma que no está siendo evaluada y prevista en todas las encuestas".

La proporción de electores de votan siempre o casi siempre lo mismo ha pasado en la primera década de siglo del 56 por ciento al 38

Tezanos, ahora en el punto de mira de Podemos, ofrece algunos datos interesantes sobre cómo han ido evolucionando los "modelos de conformación socio-política" en nuestro país, de modo que la proporción de electores de votan siempre o casi siempre por el mismo partido político ha pasado de ser en la primera década de este siglo más del 56 por ciento a descender al 38. Asimismo aquellos que cada vez “votan a uno u otro partido, según lo que más les convence en cada momento, o no votan” han pasado de ser en torno a un tercio, a casi el 54, "lo que, evidentemente, supone una mayor indeterminación de lo que puede votarse", señala a modo de justificación dado los escasos aciertos el CIS desde que está a frente del mismo.

Al tiempo, subraya, "en unos pocos lustros ha cambiado el modelo a través del que se decide a quién votar y si se vota". De forma que mientras hace dos décadas, el 81 por de los españoles decía que tomaba la decisión mucho antes de la convocatoria electoral, "ahora los que tienen tomada su decisión con dicha antelación apenas pasan del 60% encontrándose los que toman la decisión durante la última semana de la campaña entre el 20% y el 30% (en contraste con solo un 12/15% que lo hacía así hasta hace poco tiempo). "Con un porcentaje apreciable (entre el 9% y el 12%) que decide a quién votar durante la jornada de reflexión o el mismo día de la votación ¿quién puede realmente anticipar o preverse este voto de última hora? ¿Y cómo?", se pregunta.

Y es aquí donde el representante de una institución pública que pulsa el estado de la opinión de la sociedad recurre a sus habituales descalificaciones al resto de sociólogos y politólogos que, con insistencia y práctica unanimidad cuestionan su "cocina" demoscópica. Tampoco salen bien parados ni la prensa, ni los analistas ni, por supuesto, los partidos de la oposición. Tezanos no deja escapar la ocasión de ajustar cuentas con todos.

Primera descalificación: "Los que deciden su voto a última hora, incluso en el propio colegio electoral, nos plantean una notable dificultad de predicción electoral. Algo que está dando lugar a la aparición de una nueva clase de pseudo-sociólogos adivinos".

"Fuegos de artificio y columnas de humo"

Segunda: "Hay que ser conscientes de que no basta con que el clima electoral se haya activado (...). De ahí que las ínfulas de algunos partidos políticos y medios de comunicación social resulten tan exageradas como disparatadas, ya que gran parte de lo que intentan vendernos no pasan de ser fuegos de artificio y columnas de humo, con más humo que otra cosa."

Tercera: "Argumentario que lleva a las derechas negacionistas a cuestionar no solo la validez de las encuestas rigurosas que a ellos no les gustan, sinoincluso la validez de los resultados de las urnas, cuando los datos finales no coinciden con los que ellos desean. Barrera que, en España hasta ahora, solo se han atrevido a traspasar pequeños sectores de la ultraderecha más lunática y querulante".

Y cuarta y final por no ser más exhaustivos: "Los últimos datos del CIS muestran la importancia creciente que tienen los candidatos en la decisión
final de voto (...) Lo que está causando una confusión apreciable entre los que emplean modelos de estimación de voto simplistas, cuyos datos, para más inri, ni siquiera concuerdan con los registros primarios de las encuestas -o encuestillas- que realizan".

Los españoles necesitan "talantes personales capaces de generar confianza y abrir las puertas a la esperanza", lo que explica la "caída persistente de los apoyos a Núñez Feijóo", que durante varios meses se había situado a la cabeza en las encuestas del CIS, para descender ulteriormente y quedar a 11,9 puntos de distancia de Pedro Sánchez. "Y luego algunos dirán que esto son cosas del CIS de Tezanos. Esperemos que no persistan en la misma onda después de que hablen las urnas", concluye hablando de sí mismo en tercera persona.