Tras su encuentro con el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, el presidente brasileño, Lula Da Silva, de visita institucional por Europa y de paso por España, ha acudido a una recepción en el Palacio Real. Allí, el Rey Felipe VI ha elogiado la defensa de la paz por parte de Brasil y, ante Lula da Silva, ha defendido que en el caso concreto de Ucrania debe respetar "la soberanía nacional y la integridad territorial" para que esta pueda ser duradera.

Así se ha pronunciado Don Felipe en el brindis durante el almuerzo ofrecido a Lula con el que el mandatario brasileño ha puesto fin a su visita oficial a España. Tanto España como Brasil, ha destacado el monarca, son países que defienden el multilateralismo y el Derecho Internacional.

Por ello, ahora que Europa y el mundo se ven sacudidos por la guerra en Ucrania, "valoramos más si cabe la tradicional defensa que siempre ha hecho Brasil de la paz", ha aseverado el Rey, sin mencionar concretamente a la propuesta del presidente brasileño de crear un grupo de países que puedan facilitar la negociación entre Kiev y Moscú.

En este sentido, y en línea con la postura que ha venido defendiendo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Don Felipe ha defendido que para que la paz "sea duradera debe sustentarse en el respeto al Derecho Internacional y a sus principios más valiosos, los de soberanía nacional e integridad territorial".

Por eso, ha añadido el Rey, "España ha rechazado firme y sostenidamente la injustificable agresión de Rusia en todos los foros internacionales".

Brasil aboga por el diálogo

El mandatario ha sostenido, a su vez, que Brasil "condena la invasión de Ucrania por parte de Rusia" y defiende tanto la Carta de Naciones Unidas como el Derecho Internacional. Pero, ha añadido, "queremos abrir caminos para el diálogo que no obstruyan las salidas que ofrece la diplomacia".

"Sin un alto el fuego no es posible avanzar", ha recalcado, al tiempo que ha reconocido que esta guerra "en el corazón de Europa es una tragedia para la Humanidad". "El mundo necesita paz", ha sostenido el mandatario brasileño, que también ha defendido que ambos países son "dos grades democracias".

Por otra parte, Don Felipe ha expresado su aprecio por la "franqueza y fortaleza" de Lula y por su "vocación y empeño en contribuir a la grandeza de Brasil". Así las cosas, ha apostado por que los dos países puedan afrontar juntos "desafíos comunes" como son el cambio climático, la igualdad o el desarrollo social.

En este sentido, ha tenido palabras de elogio hacia "los grandes esfuerzos de Brasil en la cuenca amazónica para garantizar la protección de las poblaciones indígenas y combatir la desforestación". "Queremos que sepa que no está sólo en esa inaplazable tarea que concierne a todos los países", le ha trasladado.

Socio fiable para Felipe VI

Asimismo, el Rey ha resaltado que "Brasil, además de un país amigo, es un socio fiable" lo que ha permitido a las empresas españolas integrarse "en su sistema socioeconómico con una visión de largo plazo, generando empleo", y en definitiva "prosperidad y progreso para nuestros dos países.

En clave económica, el monarca también ha reiterado el respaldo de España a la consecución del acuerdo entre a UE y Mercosur, "que puede suponer la apertura de nuevos horizontes, muy prometedores, para el comercio entre nuestros dos países y sus respectivos actores económicos".

Igualmente, Don Felipe ha reconocido que le impactaron profundamente "los actos violentos" del 8 de enero cuando miles de brasileños asaltaron las principales instituciones del Estado e "intentaron socavar la democracia y el Estado de Derecho" en su país.

"Nos reconfortó la respuesta firme y unívoca del conjunto de la sociedad y de las instituciones brasileñas, condenando dichos actos, y mostrando un apoyo claro a su Gobierno" lo cual demostró a, a juicio del jefe de Estado, "la salud de la democracia en Brasil".

Una hora de retraso

Lula ha llegado con casi una hora de retraso sobre el horario previsto al Palacio Real debido a que su encuentro con el presidente del Gobierno, Sánchez, se ha prolongado más de lo previsto. Una vez en Palacio, el mandatario ha mantenido un encuentro con Felipe VI que se ha prolongado por espacio de unos 40 minutos, lo que ha retrasado brevemente el inicio del almuerzo oficial.

En él han estado presentes, además de Sánchez, las tres vicepresidentas y los titulares de Exteriores, Comercio, Sanidad e Inclusión, al igual que los máximos responsables de Congreso, Senado, Tribunal Constitucional y Consejo General del Poder Judicial.

Asimismo, también han asistido el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, así como los portavoces de PSOE y PP en el Congreso, entre otros. Como es tradicional, también ha habido una nutrida presencia empresarial, empezando por los presidentes de la CEOE, Antonio Garamendi, y de la Cámara de Comercio, José Luis Bonet, así como los secretarios generales de UGT y CCOO.

El menú para la ocasión ha sido preparado por el chef Paco Roncero y ha estado compuesto por carpacho de langostinos, merluza de anzuelo y cremoso de chocolate blanco.