La estrategia del PP en los cinco días de campaña, que culminarán el próximo domingo ante las urnas, estará marcada por intentar concentrar el voto en torno al único candidato con posibilidades de ganar la contienda, esto es, Alberto Núñez Feijóo. Por ello mirará indistintamente a su izquierda y a su derecha, tanto al votante moderado y de centro-izquierda, como al que optó por Vox en 2019. La lona desplegada el pasado viernes en la calle Cedaceros de Madrid, al lado del Congreso, es el mejor resumen de este espíritu: "Puede que no seamos tu partido, pero somos la solución", dicen.

A la espera del "milagro" andaluz, esto es, una mayoría absoluta que "no es imposible, pero sí muy improbable", los sondeos internos de Génova les sitúan "más cerca de los 160 escaños que de los 150", según confiesa a El Independiente un alto dirigente. El objetivo ahora es romper esa barrera de los 160, conseguir un resultado incontestable que no les haga rehenes del partido de Santiago Abascal, "cada vez más nervioso", por unos sondeos no muy favorables.

Y precisamente porque no quieren depender de la ultraderecha como única solución para alcanzar mayorías parlamentarias sólidas, lanzan ese exhorto a los votantes por entender que "frenar a Vox es cosa de todos", algo que el elector andaluz "sí comprendió el 19 de junio del año pasado". Ahora sólo falta, coinciden con un punto de ironía distintas fuentes populares, "que en el debate del miércoles Abascal diga, como Mónica Olona, que quiere ser vicepresidente".

Aluden con estas palabras, por un lado, al debate a tres que celebra RTVE con Pedro Sánchez, Santiago Abascal y Yolanda Díaz, una vez que Feijóo ha decidido no acudir y, por otro, a la estrategia de Vox durante esas andaluzas, donde dejó muy claro que exigirían la vicepresidencia de la Junta aunque Juan Manuel Moreno sólo necesitara un voto. Las urnas acabaron dándole al barón popular la mayoría absoluta.

Génova no duda respecto del acierto de su estrategia de dar plantón a ese debate. Primero, porque huyen de la visualización de dos aspirantes a presidente con sus respectivos vicepresidentes; segundo, porque Núñez Feijóo salió victorioso del "cara a cara" del día 10 "rebatiendo el argumento de la derechita cobarde".

Génova cree que la única que puede rentabilizar el debate a tres es Yolanda Díaz

Es decir, por un lado arrebató al presidente del Gobierno su bala de plata en esta campaña -de lo que no se ha recuperado- y, por otro, dejó, al menos intentó dejar, al ausente Abascal fuera de juego. La única que, a juicio del PP, puede rentabilizar el debate es la candidata de Sumar, Yolanda Díaz, la misma que comenzó marcando el discurso de la campaña con propuestas como la renta de 20.000 euros para los jóvenes y ha visto su estrella decaer en los últimos días.

En todo caso, asumen que no toda la campaña ha sido ni mucho menos un lecho de rosas. Lo acontecido en Extremadura fue el elemento más disonante de la estrategia popular aunque insistan en que hubo "más momentos de tensión periodística que real" a cuenta María Guardiola, hoy presidenta de la región. Adelantar las legislativas a julio para pillar al PP enredado en sus pactos territoriales con Vox fue una buena maniobra de Sánchez pero más por el ruido, por la descoordinación de los populares y por la sensación de que Feijóo no controlaba su partido que por los pactos en sí. Porque pasados esos episodios, el popular no deja de crecer en las encuestas.

Triple reto para Feijóo

No obstante, aún con los sondeos a favor, Génova se enfrenta a un triple reto nada fácil. Según lamentó el propio Feijóo el pasado sábado en una conversación informal con periodistas, primero tienen que ganar, luego hacerlo con una diferencia respecto a la segunda fuerza política, -esto es, el PSOE-, de entre 25 y 30 escaños y, en tercer lugar, no pactar con nadie. Una ecuación complicada de cumplir, por no decir imposible que conduciría al bloqueo parlamentario y, con ello, el abismo de una repetición electoral a la espera de unos sondeos más favorables para los socialistas.

Según los cálculos genoveses, hay posibilidades de seguir creciendo en Madrid, Cataluña, Málaga o Sevilla además de en 18 circunscripciones que tienen entre cuatro y cinco escaños. Este lunes, Feijóo celebra un acto en el Faro de Moncloa, un mirador giratorio con vistas a la sede de la presidencia del Gobierno y residencia del jefe del Ejecutivo. Encara un sprint final con parada la noche del viernes 21 en La Coruña, donde cerrará campaña contra la tradición de hacerlo en Madrid, cuya lista encabeza.

Apoyos socialistas para el debate

Por medio queda un largo periplo en el que los suyos aseguran haber recibido apoyos inesperados. Además de haber sido asistidos en la estrategia del "cara a cara" por el jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, a lo largo de este tiempo hablaron con muchos otros. Desde Javier Arenas, pasando por Carmen Martínez Castro, a personas "cercanas al PSOE que nos proporcionaron ideas discursivas y hasta escenográficas" y consultorías externas que aportaron algunos de los momentos mas inesperados de la cita que, si nada cambia, ha marcado más que ningún otro debate el devenir de esta campaña.

"Feijóo tenía la oportunidad de meter un mordisco a Sánchez; no de consolidar los 140 escaños sino de acercarnos a los 160 y, de paso, desmontar el mantra de la derecha cobarde. Hemos jugado con las urgencias del presidente del Gobierno", dicen a modo de balance de una convocatoria electoral a contrarreloj.