Asumido el rol de partido de oposición tras el fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijóo, aunque aún con esperanzas de que haya una repetición electoral, el PP trabaja ya internamente en los cambios de partido necesarios, a nivel nacional y en el Congreso de los Diputados, para afrontar la nueva etapa. Un periodo, al menos a corto plazo y con la amnistía como objeto de confrontación, que garantiza una movilización contundente contra Pedro Sánchez, quien aspira a la reelección como presidente del Gobierno. Ahora en funciones. Los populares se guardan para ello una batería de medidas judiciales y parlamentarias que aún no ha trascendido. Únicamente, y como primera muestra de ello, haciendo valer su mayoría en el Senado, Génova ha hecho que el PSOE se muestre partidario de la amnistía rechazando el martes una moción de condena a la misma.

De cara a esa movilización, el PP quiere perfilarse como principal opción de alternativa para el Gobierno de cara al futuro. Y Vox, que también puja por ello, no es percibido como compañero compatible de viaje, dado que compiten por el mismo electorado. Todo, paradójicamente cuando ambos son socios de gobierno en cinco comunidades autónomas y más de un centenar de ejecutivos locales. La Comunidad Valenciana, con el apoyo exprés a Carlos Mazón, escenificó esa dependencia más allá de Castilla y León.

Los de Santiago Abascal, que demandan una participación activa de las fuerzas conservadoras junto a la sociedad civil, compartirán espacio, en un segundo plano, con el PP este domingo en Barcelona. Sociedad Civil Catalana (SCC), entidad constitucionalista, ha convocado una movilización de rechazo a una posible amnistía a la carta para ERC y Junts. Se anticiparon a la hora de confirman su asistencia a la capital catalana para el acto. Y en su estrategia de monopolizar la acción en la calle contra el Gobierno, Vox ha vuelto a lanzar un órdago para marcar terreno contra el PP.

El PP vincula el acto de DENAES a Vox y aboga por distanciarse. Centra el foco en la convocatoria de este domingo en Barcelona"

Lo ha hecho a través de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES). Quien convoca para el mediodía del 29 de octubre una protesta similar a la de esta semana. La entidad fue promovida en 2006 por Abascal -entre otros-, y ocupó su presidencia hasta 2014, tras su salto a Vox. Vox ya quedó rezagado ante la convocatoria del PP en la avenida de Felipe II, en Madrid, que viró de acto abierto para los populares. Allí estuvieron presente los barones, los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar, y en torno a 60.000 personas. Desde Vox reconocieron el éxito de la misma, aunque pusieron en cuestión la levedad de fuerza de los discursos. Y ahora, aunque la convocatoria se arma desde fuera de Bambú, la conexión es tan clara con Vox para el PP que se prefiere marcar distancias.

Este jueves, desde el Congreso de los Diputados, la número 'dos' del PP, Cuca Gamarra dio ejemplo de esa rotundidad frente a Sánchez, haciendo valer el peso de ganador de las elecciones, al mismo tiempo que se distanció de Vox y DENAES. Pidiendo a Francina Armengol independencia para fijar una fecha de investidura al margen de los intereses de Sánchez y renegando de la legitimidad de un pacto con Junts, Gamarra entró en materia. Expresó el "respeto" a la convocatoria de DENAES. Al igual que se justificó Vox con Pepa Millán desde el Parlamento hace algo más de dos semanas ante el planteamiento del PP y su acto, Gamarra consideró que al ser "un acto político" que "corresponde" a Vox y su órbita de alianzas, no cabe la presencia popular. Al menos oficial, con cargos representando al partido.

"Nosotros respetamos las convocatorias que puedan hacer otros partidos, que lógicamente les corresponden a ellos, del mismo modo que cuando hemos impulsado nosotros actos políticos, pues nos corresponden a nosotros", afirmó Gamarra desde las Cortes, negando así la invitación. Por el momento, ninguna otra fuerza constitucionalista ha anunciado su participación al margen de Vox. Ciudadanos tampoco, que sí estará presente en el acto del 8 de octubre en la ciudad condal.

El PP enfría cualquier polémica apelando a Barcelona

El PP quiere poner el foco en la convocatoria de SCC. Sin dar aire a Vox, que no descarta algún acto de partido en la misma Plaza de Colón, capitalizada para los grandes eventos de los de Abascal, o en Vistalegre, mitificada para el partido tras la consagración y el hundimiento allí de Podemos. "Nuestra cita más próxima es este domingo en Barcelona. Aprovecho para hacer un llamamiento a la sociedad para que se rebele, se manifieste y, por tanto, diga libremente que en su nombre no se acuerda una amnistía porque los españoles no hemos votado para que se lleve a cabo", pidió Gamarra.

Feijóo sembró dudas de si acudiría a la convocatoria frente al compromiso casi inmediato de barones territoriales como Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Finalmente, y como se anunció este lunes desde Génova, sí irá. Se apela a que, al no estar claro si habría cambio de gobierno -la limitación para una mayoría era patente desde el encargo de investidura, con todo-, el partido quería esperar hasta el fin del trámite para posicionarse. Otros asistentes del PP serán los presidentes regionales de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla; Fernando López Miras, de Murcia, y Jorge Azcón, de Aragón.

El PP, distanciado de DENAES tras la eclosión de Vox

Con anterioridad, el PP apoyó convocatorias de DENAES antes del ascenso de Vox. En ese clima de gestación de impulso nacional, en 2018, empezó a resistirse el partido de centroderecha. En la víspera de las elecciones andaluzas, Abascal movilizó a los suyos junto a DENAES contra "la impunidad de los golpistas" en Cataluña, un año después del momento culmen del procés. Pero desde entonces, los caminos entre la fundación y el PP se han distanciado.

Anteriormente, durante la etapa Rajoy, se apoyaron eventos como la protesta de 2012 ante el inicio del proceso soberanista promovido por Artur Más. DENAES impulsó el manifiesto España somos todos, al que se adhirieron los populares, pero también el PSOE y UPyD.