Sin movimientos. Así se encuentra a una semana de que expire el plazo para la celebración de una investidura el tablero político de la Región de Murcia. Las posiciones enquistadas de los únicos socios parlamentarios que pueden sacar adelante un acuerdo regional, PP y Vox, así como la mala relación entre los grupos, deja casi sin opciones de conseguir la reelección en esta legislatura al actual presidente en funciones Fernando López Miras.

Tras la llamada telefónica producida entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, bajo el contexto del líder gallego para reunir suficientes apoyos para ser designado como candidato a la investidura por el Rey, fuentes de Vox avistaban un panorama más favorable para negociar. Una corazonada, sin ninguna comunicación desde la sede nacional de Bambú, que justificaban después de que López Miras anunciara su disposición de volver a hablar con José Ángel Antelo, el presidente regional de Vox [más información aquí].

A día de hoy, aseguran desde Vox, ni López Miras ni el PP de Murcia ha establecido nuevo contacto. Aunque, por verse ya el horizonte de la que sería la primera legislatura de tal brevedad en democracia, no se descarta que la maquinaria se mueva en los próximos días con una nueva oferta. Los de Antelo apuntan, no obstante, a que cualquier ofrecimiento debería hacerse como máximo el viernes 1 de septiembre y con una coalición como base. "Ese día se reúne la diputación permanente de la Asamblea para tratar otros temas, si ese día no hay avance, ya será difícil llegar a tiempo". En Vox entienden que ese papel, el de contactar, corresponde al barón popular, dado que es él quien quiere reunir los apoyos suficientes para la gobernabilidad. "Que tome ejemplo de Feijóo, y llame", dicen desde el partido.

Vox pide a López Miras que tome ejemplo de Feijóo, como hizo con Abascal, y llame a José Ángel Antelo para negociar"

En ese nuevo ofrecimiento, desde Vox indican que están abiertos a dialogar y rebajar las exigencias. Renunciar a la vicepresidencia y a una segunda cartera es factible. Seguir un camino, en definitiva, que ya se transitó en Extremadura. Antes del veto de María Guardiola Vox solicitaba dos consejerías y presencia en direcciones generales y secretarías de la administración; después se adjudicó tan solo una consejería de Gestión Forestal y Medio Rural, así como la designación del candidato Ángel Pelayo Gordillo como senador autonómico. Aunque no es tan fácil que Vox renuncie a ostentar competencias en agricultura, medio ambiente o agua. La demanda primaria fue aglutinarlas en "un mismo paquete".

Pero no es negociable la entrada en el Gobierno, porque lo consideran como el único método de control de la que sería la parte mayoritaria del Ejecutivo, la popular. Es reiterado el posicionamiento de desconfianza que denotan los de Antelo, que justifican primero por la ruptura, dicen, de la alianza externa con el PP para facilitar su pacto de gobierno con Ciudadanos en 2019, y por gobernar con tránsfugas de Vox tras la ruptura de los populares y el partido naranja. La postura antagónica del PP es que la coalición no está justificada por solo necesitar dos de sus nueve representantes. Pero Antelo determina que esos nueve integrantes del grupo van en conjunto.

Siete días para que se convoquen urnas

Desde Génova indican que dejan hacer al líder regional, mientras que el silencio comunicativo impera en el entorno de López Miras. La fecha límite para contar con un nuevo Gobierno y así evitar la repetición electoral es el próximo 7 de septiembre. No tenerlo conllevaría que se celebrasen comicios autonómicos en día laboral, un miércoles 25 de octubre, algo que ya ocurrió en la Comunidad de Madrid tras el adelanto electoral de Isabel Díaz Ayuso en 2021. De no llegar al entendimiento, Vox pide que se convoquen el fin de semana previo, el domingo 22, para favorecer la participación.

Antelo solo se sentará con el PP si la propuesta parte de una coalición como punto de diálogo"

Este sería el tercer ofrecimiento explícito del PP de reanudar el diálogo. En primera instancia López Miras se abrió a un pacto programático de 88 puntos, centrado en "la defensa de los intereses de la región" y sobre la defensa del agua, las infraestructuras, la bajada de impuestos o la financiación autonómica, con el que se cumplirían algunas exigencias de los de Antelo. Pero a cambio de un acuerdo externo con Vox sin entrar en el Gobierno. El rechazo de Vox y la proximidad a las jornadas de investidura, el 6 y 7 de julio, hizo al PP aumentar la oferta: retocaban el pacto programático y cedían un senador por designación autonómica, así como la posibilidad de dar entrada a Vox en la Mesa de la Asamblea mediante reforma del reglamento.

La respuesta fue negativa, y se contraofertaron 12 puntos básicos sobre los que negociar de ser aceptados, entre los que destaca la reforma -y no derogación- de la Ley del Mar Menor, con el requerimiento añadido de 3 puestos de Gobierno, entre ellos una vicepresidencia. A finales de julio, tras otro periodo de silencio, ante un nuevo amago de López Miras Vox le dio plantón. Cualquier propuesta que no conlleve la entrada en el Ejecutivo, será descartada de inmediato, avisan los de Abascal.

Vox fija ese margen viable para la investidura, dado que cualquier negociación debería cerrarse antes del domingo para trasladarse a la presidenta de la Mesa autonómica Visitación Martínez, del PP. Ésta podría fijar la fecha de investidura para el 5 y 6 de septiembre, cumpliéndose, tras primera votación, el objetivo de contar con nuevo presidente al día siguiente. Ello aprovechando al límite los plazos establecidos.