Para rematar el lío de banderas que tenemos últimamente tendido en los balcones solo faltaba que Adidas resucitara el morao republicano. La polémica viene de la nueva camiseta de la selección española, por una franja de la discordia que mezcla los colores rojo y amarillo con un azul de tintes violáceos no aptos para constitucionalistas malpensados.

No es a la España de Manuel Azaña sino a la de Javier Clemente a la que homenajea la nueva equipación de La Roja

No ha servido de mucho que Adidas alegue que no es a la España de Manuel Azaña sino a la de Javier Clemente a la que homenajea su nueva equipación. Aunque la que lucirá La Roja en el Mundial de Rusia está inspirada en la utilizada en el campeonato de 1994 de Estados Unidos, sus reminiscencias cromáticas a la Segunda República han despertado mucho recelo en un momento especialmente delicado para la españolidad.

Habría que agradecerle, sin embargo, a Adidas que nos haya dado esta oportunidad a los españoles para discutir sobre los símbolos de identidad nacional sin mentar senyeras ni esteladas. Porque la crisis que atraviesa la España actual y la Constitución del 78 trasciende la crisis catalana y tiene más que ver con complejos que la Transición nunca cicatrizó del todo.

Aquella camiseta de Hierro y Caminero del 94 también tenía un azulón ambiguo, pero como entonces no había Twitter e indignarse todos a la vez era más complicado, de lo que pensábamos de ella ya no nos acordamos. Seguramente nada, porque aquella España estaba demasiado ocupada con Filesa y Roldán, la Marbella de Gil o el agujero de la Expo, y bastante tenía con soñar su paso de los cuartos de final en vano, como para indignarse por cuánto se amorataba la franja azul de aquella camiseta al mezclarse con el rojo.

Gracias a Adidas sabemos que urge una reforma constitucional, no solo por la crisis independentista, también por los daltónicos

A partir de la reacción a la camiseta del Mundial del 18, como si fuera el test de Rorschach, un especialista podría psicoanalizar este país, que claramente continúa acomplejado por su simbología 40 años después de reconvertirse en una democracia. El test consistiría en ver cuánta República ve cada uno en la equipación. Lo mismo que unos perciben la franja color azul petróleo y otros la ven morada, lo mismo hay quienes la ven como una ofensa a la Constitución y quienes la utilizan como la cortina de humo perfecta para dejar de hablar de ella.

Normal que los que más contentos se han mostrado con la nueva camiseta de Adidas sean los diputados de Podemos. No podía venirle mejor al partido de Pablo Iglesias cambiar el foco de atención, de lo mollar a lo accesorio, el mismo día que dimite Albano Dante Fachin como líder de Podem, precisamente por desavenencias en el concepto de España que tiene su partido. Iglesias no ha tardado en decir "Todos con la Roja".¿Se atrevería a tuitear "Todos con España"?

Gracias a Adidas sabemos que urge una reforma constitucional, ya no solo para ayudar a resolver el órdago independentista, también por los daltónicos. Porque una cosa es que el Estado de Derecho se tambalee por el desafío independentista y otra que montemos un pollo por discrepancias con el Pantone. Está claro que en patriotismo España sigue sin pasar de los cuartos de final.